Para el presidente de China, Xi Jinping, el escenario estaba preparado para un comienzo explosivo de la presidencia de Donald Trump, después de que hiciera campaña con la promesa de castigar al gigante asiático con aranceles.
En cambio, obtuvo un respiro inesperado. Durante la campaña, Trump propuso aranceles a China en torno al 60% y prometió imponer un gravamen del 10% por la supuesta incapacidad de Beijing para detener la «entrada» de drogas en EE.UU.
Pero en una improvisada rueda de prensa en el Despacho Oval este lunes en Washington, el líder republicano evitó comprometerse con un plan de aranceles a China, mientras firmaba ante las cámaras una ráfaga de órdenes ejecutivas.
«Vamos a tener reuniones y llamadas con el presidente Xi», dijo Trump, quien agregó que había sido invitado a China sin dar más detalles. El mandatario de EE.UU. escribió una orden para que su administración aborde las prácticas comerciales desleales a nivel mundial e investigue el cumplimiento por parte de China de un acuerdo alcanzado durante su primer mandato.
En contraste con ese enfoque más lento con China, Trump declaró su intención de promulgar aranceles de hasta el 25% sobre México y Canadá para el 1 de febrero, aduciendo problemas de control fronterizo. «Trump es una bola de demolición y es imposible predecir en qué dirección golpeará», dijo Dominic Meagher, subdirector y economista jefe del centro de estudios australiano John Curtin Research Centre. «Aún no apunta en dirección a China, lo que significa que aún tienen tiempo de influirle».
Las acciones chinas fueron las que más avanzaron en Asia. El yuan mantuvo la mayor parte de sus ganancias durante la noche. La decisión de Trump retrasa cualquier ajuste de cuentas inmediatas con Beijing por su enorme superávit comercial mundial y su dependencia de las exportaciones para compensar la débil demanda interna.
También lanzó un salvavidas a la empresa ByteDance Ltd al darle 75 días para encontrar un socio en EE.UU. Esto permitirá que siga operando en EE.UU. la aplicación de video TikTok, que Trump usó para llegar a los jóvenes encuestados.
La decisión de Trump quitó presión a China para una respuesta política inmediata. Pero muchos en Beijing, que recuerdan el tono más cálido del republicano al inicio de su primera presidencia, se prepararán para una acción más contundente.
«Un comienzo suave no significa que vaya a haber ningún cambio en las políticas de contención de Washington sobre China», dijo Zhu Feng, decano ejecutivo de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad de Nanjing.
Agrega que Trump solo tendría prioridades más urgentes, como convencer a Rusia de poner fin a su guerra en Ucrania. «Imponer aranceles a China será finalmente inevitable», dijo.
Ya hay señales de que el indulto para China es temporal. Trump amenazó con un arancel de hasta el 100% si China rechazaba dividir la propiedad de TikTok, prometió recuperar el control del Canal de Panamá de manos de una empresa de Hong Kong y firmó una orden para retirarse de la Organización Mundial de la Salud en la que se quejaba de que China aporta al grupo casi un 90% menos que EE.UU.
El vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, dijo que había espacio para «la cooperación y el diálogo» entre las mayores economías del mundo el martes en una sesión informativa en Beijing, junto con señalar que las relaciones económicas y comerciales de ambas potencias «beneficia a la economía global».
«Esperamos que Estados Unidos y China avancen en la misma dirección y promuevan conjuntamente el desarrollo estable, saludable y sostenible de las relaciones económicas u comerciales entre China y Estados Unidos», añadió.
Por su parte, Neil Thomas, investigador de política china en el Centro de Análisis de China del Asia Society Policy Institute, señaló que «Beijing se sentirá aliviado por evitar los aranceles el primer día, pero no se dormirá en los laureles». «Xi sabe que Trump puede cambiar rápidamente de opinión”, añadió. «Trump tiene más experiencia y su administración está más organizada, lo que significa que Xi puede tener que hacer más concesiones esta vez». (Emol)