El papel que jugarán los senadores de la DC en la tramitación de la reforma laboral preocupa a muchos en el oficialismo: al PS, al PC, al PPD, e incluso a algunos diputados y senadores de la misma DC. De hecho, por estos días varios se están preparando -con reuniones, documentos y asesores-, para contrarrestar la posible ofensiva de la falange.
Lo cierto es que la propia bancada de senadores DC no tiene un consenso respecto de cuál será su postura frente al proyecto, que comienza a votarse el 5 de agosto en la comisión de Trabajo. Y además, que los parlamentarios dicen no tener claridad respecto de los objetivos del gobierno, que es el único que tiene iniciativa en este tipo de materias, y por lo mismo, el único que tiene las facultades de modificar el proyecto.
Ayer, en su oficina del ex Congreso, el presidente del partido, Jorge Pizarro, trató de despejar las dudas que han surgido a raíz de los múltiples documentos y declaraciones emanadas de la DC. Una de ellas, es si la colectividad está o no por reponer parcialmente el reemplazo en huelga.
“Para que entendamos bien, estamos en contra del reemplazo en huelga. No nos gusta porque debilita inmediatamente lo que queremos conseguir, que es un fortalecimiento de la organización sindical y el proceso de negociación colectiva. Pero entendemos que hay situaciones de excepción”, explicó Pizarro.
Un ejemplo de estas excepciones, agregó, se produciría cuando fuera fundamental mantener un servicio mínimo. “Nuestro punto es que ahí la única posibilidad sería un reemplazo con gente de la propia empresa”, afirmó.
Pizarro remarcó que es un tema que hay que analizar y discutir, y que solo sería aplicable en situaciones de excepción. Además, aseguró que será una decisión que se adoptará en concordancia con lo aprobado por los diputados, con el resto de la Nueva Mayoría, el gobierno “e invitando a actores de la oposición”.
Definir cuáles serán y qué alcance tendrán los servicios mínimos, y si en estos el reemplazo en huelga interno -es decir con los mismos trabajadores de la empresa- será una fórmula aplicable, son parte de los nudos que la DC no ha podido resolver internamente y que se anticipa serán difíciles de solucionar.
En opinión de Pizarro hay servicios, como el metro o las compañías de transporte de valores, cuyo funcionamiento continuo se debe dejar mejor resguardado en la legislación. Una opción aplicable, a su juicio, sería considerarlos como servicios mínimos.
“No se puede permitir una huelga que termine destruyendo a una empresa o afecte a todo el país. No es lo mismo una huelga en una fábrica de calzado que en una empresa estratégica”, apuntó.
Sus definiciones, sin embargo, están en directa contraposición con las de la jefa de comité de senadores y representante del partido en la comisión de Trabajo, Carolina Goic.
“Eso es simplificar demasiado el argumento. Nunca ha sido el objetivo de una huelga terminar con una empresa. Aquí hay un mal entender el sentido de una huelga, que tiene que ser un mecanismo de presión efectivo. La idea no es que destroce a la empresa, pero sí tiene que tener la capacidad de paralizar la capacidad operacional de la empresa, sino no es huelga”, afirmó.
Por lo mismo, la senadora por Magallanes no es partidaria de que exista reemplazo en huelga ni siquiera a nivel interno, y tampoco cree que los servicios mínimos deban extenderse a la continuidad operacional de las empresas, como ocurriría en el caso de aplicarlos para el metro.
En el texto del Ejecutivo, los servicios mínimos apuntan principalmente al área de salud, y en otras empresas a resguardar el funcionamiento y la seguridad de las propias empresas. También existe un tercer concepto -que también consideran debe definirse mejor-, que son las empresas estratégicas. Éstas no tienen posibilidad de paralizarse, y su situación se resuelve por un triunvirato de ministros.
