Las aspiraciones presidenciales de Marco Enriquez-Ominami y Andrés Velasco se verían fortalecidas si logran hacer una toma amigable —una Oferta Pública de Acciones— sobre la Nueva Mayoría y la Alianza respectivamente. Incluso una toma hostil será más fácil que intentar convencer a los electores de que se puede gobernar sin los cuadros de funcionarios que provienen de los partidos políticos existentes.
ME-O y Velasco tienen similitudes. Mientras ME-O rompió en 2009 con una coalición encaminada a la derrota, Velasco esperó a que Bachelet cayera en aprobación para declararse de oposición a la NM. Los dos hicieron carrera política meteórica, Velasco como ministro de Hacienda por cuatro años y Marco como diputado por un periodo. Ambos poseen apellidos asociados por generaciones a los pasillos del poder político. Los 13 años de diferencia que le lleva Andrés a Marco se moderan por el hecho de que ME-O tiene hijas más grandes y porque ambos vivieron, de forma distinta, el exilio en dictadura.
Marco aparece a la izquierda de Bachelet, mientras que Velasco se ubica a su derecha. Si bien el electorado es moderado, la segunda vuelta en la elección presidencial hace que la disputa siempre termine siendo entre un candidato de derecha y otro de izquierda (ambos privilegiando posiciones más centristas en el balotaje que en primera vuelta). El desafío de Marco es avanzar desde la izquierda hacia el centro, mientras que el reto de Velasco será evitar que los candidatos de izquierda y derecha lo ahoguen en el medio.
Las encuestas muestran que ningún candidato presidencial entusiasma demasiado. A diferencia de fines de 2011, cuando Bachelet tenía una gran ventaja de cara a 2013, hoy los ex Presidentes Lagos y Piñera no despiertan igual entusiasmo en sus coaliciones. ME-O y Velasco aparecen en posiciones expectantes (más ME-O que Velasco), pero necesitan lograr que la gente crea que pueden ser Presidentes.
Por eso, la OPA es una opción atractiva. En la NM, la lista de presidenciables es de tercera edad. Mientras Lagos es de la era pre Internet y su trayectoria lo hace más apropiado para el rol de sabio que para el del joven de la película, Isabel Allende es la guardiana de un apellido con creciente capital político. Por eso, Lagos usa herramientas del pasado elitista para avanzar sus aspiraciones presidenciables (diciendo que ya fue Presidente, pero evitando decir que no volverá a ser candidato) y Allende carga el peso del apellido (nada peor para el legado familiar que los chilenos rechacen en las urnas a la hija del Presidente mártir). Los otros aspirantes de la NM generan tanto entusiasmo como la final del Mundial Sub-17 realizada el pasado domingo.
En la Alianza, aunque Evelyn Matthei y Manuel José Ossandón también marcan en las encuestas, Matthei sufrió la peor paliza electoral de la derecha en 20 años y Ossandón todavía no es lo suficientemente conocido como para amenazar seriamente a Piñera. Si bien la UDI ha anunciado que tendrá su propio candidato, y nunca se debe descartar una nueva candidatura de Allamand, el escenario en la derecha está abierto para la irrupción de un candidato que desafíe a Piñera en primarias.
Es verdad que será difícil ganarle a Piñera o Lagos en primarias, pero será mucho más difícil sacar más votos que los candidatos de la Alianza y Nueva Mayoría en la primera vuelta.
Las amenazas de quiebre de la NM si entra el PRO no son creíbles. En las municipales de 2016, los aspirantes DC a alcaldes tendrán la llave que permitirá a ME-O el ingreso a la coalición. Si se toman fotos con Marco en vez de Ignacio Walker, de poco servirá la oposición de la desacreditada directiva PDC al ingreso del PRO a la NM. Como los candidatos velan por sus intereses antes que por los de sus partidos, el PDC deberá resignarse a que el rostro de la campaña de la NM en 2016 será alguien de izquierda (Lagos, Allende o Frei), no un camarada del partido. Es más, precisamente porque la NM irá en dos listas en 2016, aumenta la posibilidad de que una de ellas lleve al PRO.
En 2016, si los candidatos de la Alianza buscan a Piñera como rostro de la campaña, Piñera será imparable. Pero si los electores reciben con poco entusiasmo el retorno del ex Presidente, habrá oportunidad para que se levanten otros liderazgos en la derecha. Ahí, Velasco podrá entrar a disputar con Ossandón, Allamand y los aspirantes de la UDI.
Hay obstáculos para una toma amigable de la NM y la Alianza por parte de ME-O y Velasco. Además, ambos candidatos todavía pudieran ver frustradas sus aspiraciones por los coletazos de las investigaciones sobre SQM y Penta respectivamente. Pero ya que albergan aspiraciones presidenciales, tanto ME-O como Velasco debieran considerar la opción de una OPA sobre la NM y la Alianza. Incluso si el intento por toma amigable deviene en toma hostil, ese camino tiene más posibilidades de éxito que intentar llegar a segunda vuelta por una tercera vía.