“Yo era uno de los pocos convencidos en la industria de que las pensiones eran muy malas, cosa que no era un diagnóstico tan compartido”. Así comenzó la autocrítica a la industria que realizó este domingo el ex gerente de AFP Cuprum, Ignacio Álvarez, a Quien estuviera doce años al frente de la primera línea de las AFP, criticó el retorno a la discusión pública de José Piñera, a quien estimó, se encuentra alejado de la realidad chilena actual.
A su juicio, jamás se sintió manejando un Mercedes Benz como deslizó el mayor de los hermanos Piñera. «Las declaraciones de esta persona son completamente desafortunadas y probablemente él vive una realidad que no es la que vive el 95% de los chilenos. Él no entiende lo difícil que es vivir con una pensión básica de $ 95 mil», aseguró.
En la misma línea, rechazó la idea de calificarle como «el padre» de las AFP. «Este es un sistema que existía fuera de Chile mucho antes de que existiera en Chile. Existía en Singapur, Estados Unidos y en muchos países. Puede que no se haya llamado exactamente igual, pero el principio general de que las personas ahorren bajo un mecanismo para obtener en el futuro una jubilación es muy anterior a 1981. Y desde ese punto de vista, yo no lo concibo como el creador de un sistema de ahorro para la jubilación».
Si bien concede elementos «positivos» dentro de las AFP, hay otros que «fueron inadecuados desde el inicio y durante 35 años nadie ha querido modificarlo: básicamente, la tasa de cotización y la edad de jubilación.»
«Independiente de cuál sea la edad, en ningún país del mundo son distintas para hombres y mujeres. De hecho, en Chile, para acceder al Pilar Solidario la edad es igual para hombres y mujeres», añadió.
«La culpa es de quienes crearon el sistema»
En su análisis sobre las críticas al sistema, reconoce que ha responsabilidades compartidas, pero insiste que fue desde el comienzo cuando las cosas se hicieron mal.
«La primera culpa es de quienes crearon el sistema, porque en Chile la tasa de cotización era de un 20%, en el resto del mundo en promedio también es un 20%, y en Chile, con un alto populismo, se bajó esa tasa a 10%, porque eso hacía aumentar, en ese minuto, los sueldos líquidos, y las personas lo iban a percibir muy positivamente».
Por lo mismo, «estamos pagando el costo de haber puesto una tasa de cotización tan baja. Y digo compartida, porque eso es algo que se ha sabido durante los últimos 35 años y no había existido hasta ahora la voluntad política de aumentar la tasa de cotización de 10%.
La Tercera
