A medida que pasan los días, comienza a crecer la expectativa acerca de quién tomará el control una vez pasado el período de transición en Cuba. Porque si bien Raúl Castro se mantiene como presidente, se espera que en febrero de 2018 deje el poder. Y el vicepresidente del Consejo de Estado, Miguel Díaz-Canel, aparece como una de las figuras clave.
“La información que trasciende fuera de Cuba acerca de Miguel Díaz-Canel es bastante limitada”, dijo el director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, Jorge Duany, y agregó que, se supo que fue nombrado como Vicepresidente de Raúl Castro, que proviene de las filas del Partido Comunista, que había ascendido progresivamente a puestos cada vez más importantes, “pero su filosofía y manera de pensar acerca del futuro de Cuba todavía no está muy clara” comentó el experto.
Ingeniero electrónico de 56 años, nació en la localidad de Placetas (un municipio ubicado en la zona central de la isla), en la provincia de Villa Clara.
“Es la figura más visible y el que supone es el heredero de Raúl Castro” señaló Diego Moya-Ocampos, analista de IHS Markit para América Latina. “Es considerado una persona de línea dura, rígida absoluta” agregó Moya-Ocampos.
Calificado por el New York Times como “la estrella en ascenso del castrismo”, también es conocido como “el delfín” del actual mandatario cubano. Ha ascendido básicamente por ser ortodoxo y bastante alineado con la línea castrista y sobre todo con esa tendencia pragmática desde el punto de vista económico. Pero desde el punto de vista político, negado a una apertura o reforma democrática.
Hijo de una profesora y un trabajador de una planta mecánica en Santa Clara, luego de terminar sus estudios universitarios, alcanzó experiencia militar en el Ejército, cumpliendo tres años en diferentes unidades, donde también fue oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).
EL RECAMBIO
The Economist lo describió como una persona callada en público, pero agudo y mentalmente muy ágil. Díaz-Canel es el primer dirigente cubano nacido después de 1950 en alcanzar un cargo de tan alto rango en ese país.
Al no haber participado de la revolución de 1959, “también es innovador dentro del partido” señaló Christopher Sabatini, académico de la Universidad de Columbia.
Sabemos que ha sobrevivido a lo que no pudieron sus predecesores como Carlos Lage, Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque que también perfilaban como sucesores “pero no se llevaron bien con Fidel porque no pudieron mantener bajo perfil” agregó Sabatini.
Lo que tendrá que hacer Díaz-Canel es equilibrar los tres puntos de poder: la nueva generación, de la cual no se conocen sus opiniones y perspectivas; los históricos que pese a la muerte de Fidel siguen en el mundo político; y el sector popular. “Él es visto como un puente entre esa nueva generación y los históricos”, agregó el experto de Columbia, quien agrega que a nivel popular, Díaz-Canel no tiene ni el apellido ni el carisma.
El mismo Raúl al nombrar a Díaz-Canel a su actual cargo en 2013 (antes desempeñaba el de ministro de Educación) dijo que “no es un advenedizo ni un improvisado”.
Amante de la música, apasionado por los Beatles, también asistió al concierto de los Rolling Stones cuando visitaron La Habana en marzo de este año, un acontecimiento cultural sin precedentes en Cuba.
En el Pleno Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte (SNTECD), realizado los primeros días de este mes en la isla, Díaz-Canel manifestó la necesidad de contar con un personal competente, capaz de transmitir valores y sentimientos a las nuevas generaciones.
“El tema de quién venga va a ser básicamente si va a seguir dando continuidad a las reformas económicas, con más espacio para el sector privado”, señaló Moya-Ocampos, quien añadió que, de todas maneras, lo esencial será conocer si avalará una reforma política democrática. (Pulso)