La compleja situación que se vive en Venezuela luego del accidentado retiro de circulación de los billetes de 100 bolívares tiene un antecedente claro y reciente.
Hace poco más de un mes, India anunció que dejaban de tener validez cerca de 20.000 millones de billetes de rupias en varias denominaciones.
Tal como ocurrió con la decisión de las autoridades en Caracas, la medida del gobierno en Nueva Delhi generó turbulencias en la economía y un amplia rechazo de la población.
La «guerra contra los billetes» en India ha llevado a muchos a concluir que sacar de circulación de la noche a la mañana determinados billetes es una solución drástica cuyos enormes costos ponen en duda sus posibles beneficios.
Pero por el momento el gobierno del presidente Nicolás Maduro en Venezuela insiste en completar una medida parecida.
UN 8 DE NOVIEMBRE
Mientras el resto del planeta centraba su atención en elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el pasado 8 de noviembre los 1.300 millones de ciudadanos de India enfrentaban una sorpresa bien distinta.
Ese día el primer ministro Narendra Modi salió en televisión para anunciar sin previo aviso que en las siguientes cuatro horas saldrían de circulación los billetes de 500 y 1000 rupias, siendo reemplazados por nuevas denominaciones de papel moneda.
Pese a que los billetes viejos no serían aceptados ya en los comercios, los habitantes de India tendrían hasta el 30 de diciembre para cambiar su moneda en los bancos.
Lo que siguió en India fue una situación caótica que anticipó lo que ha estado ocurriendo en Venezuela escasas semanas después.
Los billetes retirados constituyen cerca de 80% de todo el circulante en India, un país en el que 90% de las transacciones se hacen en efectivo, asegura Soutik Biswas, corresponsal de la BBC en India.
Más de la mitad de la población no tiene una cuenta bancaria y 300 millones de personas no disponen siquiera de un documento de identidad que les permita poder obtener los nuevos billetes en efectivo de las autoridades.
Lo que ha seguido es un proceso traumático para cientos de millones de personas, especialmente los más pobres.
De un momento para otro han visto como sus escasos ahorros quedan a las puertas de no valer nada.
Tienen que enfrentar enormes filas para intentar convertir algo de su efectivo en los nuevos billetes aceptados por el gobierno indio. Y mientras se efectúa la transición a los billetes nuevos, han visto como muchos sectores de la economía se han enfriado por la escasez física de papel moneda.
POR QUÉ
Tanto el gobierno de India como el de Venezuela, han atribuido su decisión de sacar ciertos billetes de circulación a su voluntad de acabar con la corrupción.
Las autoridades indias aseguran que la medida monetaria forzaba a los que detentan dinero en efectivo procedente de actividades ilegales a reportarlo oficialmente o arriesgarse a perderlo todo una vez los billetes viejos dejaran de ser aceptados en los comercios.
En Venezuela la explicación ha sido más compleja.
El gobierno en Caracas ha dicho que su intención al sacar de circulación los billetes de 100 bolívares era desbaratar una conspiración de mafias extranjeras de contrabandistas, que supuestamente estaban acaparando moneda venezolana como parte de la guerra económica contra la Revolución Bolivariana.
«Se está viendo como hay una cantidad de dinero en Europa y Asia, y tenemos pruebas de galpones llenos de billetes en países como Suiza, Ucrania, Polonia, España y la República Checa», dijo el lunes pasado el ministro para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Néstor Reverol.
«Estas ONG trabajan con mafias organizadas siguiendo lineamientos del Departamento de Estado» de Estados Unidos, explicó el funcionario sin dar pruebas exactas ni datos concretos, según reportó desde Caracas el corresponsal de BBC Mundo, Daniel García Marco.
En las últimas horas, las autoridades han vuelto a hablar de «sabotaje internacional» para explicar la demora en la llegada de los nuevos billetes de distintas denominaciones que reemplazarán a los de 100 bolívares.
LOS BILLETES HACEN FALTA
Los resultados iniciales de la experiencia en India no son del todo alentadores para Venezuela.
Kaushik Basu, quien se desempeñó como economista en jefe del Banco Mundial, asegura que el «daño colateral» de sacar todo ese dinero de circulación probablemente superará a los potenciales beneficios en la lucha contra la corrupción.
En opinión del exjefe del Banco Central de India, Raghuram Rajan, «existen alternativas distintas a la desmonetización» ya que«no es tan fácil hacer salir a flote el dinero sucio».
Rajan encuentra más lógico que el gobierno se centre en el uso de la tecnología de la información para rastrear el uso ilícito de dinero por parte de grandes mafias.
INFARTO
La drástica decisión de sacar de circulación millones de billetes, ha afectado de manera desproporcionada a los pobres en India, y probablemente lo hará también en Venezuela.
Ambos experimentos prueban que, pese al auge global de la moneda virtual bitcoin, de las transacciones electrónicas y de diversos métodos alternativos de pago, el mundo todavía depende de esa invención tan simple, centenaria y «low-tech» que es el papel moneda.
En sociedades en las que partes sustanciales de la población no tienen acceso al sistema bancario ni a otros sistemas de intercambio electrónico, los billetes impresos juegan un papel central en el funcionamiento de las actividades más básicas de la gente.
Cambiar millones de billetes casi de un día para otro, como hicieron India y Venezuela, requiere de un esfuerzo logístico enorme.
Cualquier demora o tropiezo genera un verdadero infarto en el funcionamiento de la economía.
Y la economía venezolana, que ya bordeaba la hiperinflación antes de este episodio, parece no necesitar más choques adversos. (BBC Mundo)