«Hace cuatro años, había 1.649 haitianos en Chile (…) Hoy hay 71.449. Ese sí que es cambio», dijo el ministro del Interior, Mario Fernández, durante la interpelación que enfrentó en la Cámara de Diputados.
La acotación la hizo al ser increpado respecto de la tardanza del Gobierno, en el envío del proyecto de Ley de Migraciones. La cifra fue entregada por el jefe de Gabinete como evidencia del rápido crecimiento de la migración y, por tanto, de las dificultades que existían para elaborar un texto legal que respondiera a estos acelerados cambios.
Sin embargo, los 71.449 haitianos a los que hizo mención Fernández contrastan con otras cifras que maneja el Estado. Sin ir más lejos, con otras que adjuntó en una de las tres cajas de documentación que llevó consigo al Congreso el pasado martes.
Dentro de los antecedentes, estaban los cambios de situación migratoria desde el 11 de marzo de 2014, con desglose por nacionalidades. En el caso de los haitianos, se indica que hasta el 30 de junio, 47.303 pasaron de ser turistas a residentes temporales, es decir, accedieron a una visa sujeta a contrato, temporaria o de estudiante. En el mismo periodo, 7.939 residentes temporales de dicha nacionalidad obtuvieron su residencia definitiva.
La PDI, por su parte, lleva el registro de los ingresos y salidas del país. Solo durante el año pasado, entraron 47.026 haitianos, mientras que solo 2.062 salieron. Hasta julio de este año, habían llegado como turistas 46.366, y apenas 1.327 habían abandonado Chile.
UN TOTAL INCIERTO
Para el informe financiero que se elaboró en torno al proyecto de Ley de Migraciones, el Ministerio de Hacienda consideró un total de 518.941 inmigrantes, según datos de la encuesta Casen 2015 y del Departamento de Extranjería y Migración. Aunque citó la cifra en la interpelación, el ministro Fernández recalcó que el total real se conocerá en abril del próximo año, con los datos desagregados del censo.
Lorenzo Agar, doctor en Sociología y experto en migraciones -lideró el tema en el Ministerio de Desarrollo Social hasta fines de 2015- asegura que estos problemas no son exclusivos de Chile, por las dificultades propias de medir un flujo tan cambiante. Sin embargo, estima que los migrantes irregulares, y por tanto no contabilizados, no serían demasiados: «Cuando hay muchas trabas, ahí puede haber una migración irregular. Pero en el caso de Chile, la gente en seis meses se consigue un contrato y accede a la visa laboral. Por eso se han generado tantos contratos falsos».
El diputado Ramón Farías (PPD) afirma que es necesario unificar los datos, ya que existiría información duplicada sobre inmigrantes, asociada a números distintos en instancias como los consultorios y los colegios. Jaime Bellolio (UDI) coincide en que las diferencias de estadísticas ratifican la urgencia de una política moderna.
La diputada Paulina Núñez (RN), quien encabezó la interpelación, saca en limpio sobre la sesión del martes: «Desconocimiento del tema, confusión en las cifras y reconocimiento de la no convocatoria al Consejo de Política Migratoria. Al no conocer las cifras demuestra que no conocen el tema, y lo que es peor, no les importa o no han medido sus consecuencias». (El Mercurio)