A. Velasco: "La NM no ha sabido interpretar reformas que Chile pedía"

A. Velasco: "La NM no ha sabido interpretar reformas que Chile pedía"

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Para el líder de Ciudadanos,  el problema no es la Presidenta Bachelet, sino la Nueva Mayoría, que no supo interpretar las reformas que la calle pedía. Confiesa que sus definiciones presidenciales serán más adelante, pero que si están formando partido es para “competir y ganarle” a los conglomerados tradicionales. Sus preocupaciones para este 2016 que viene son claras: darle cuerpo al nuevo bloque de centro y mirar con cautela el escenario económico que será, sin duda, el telón de fondo de las próximas elecciones. En medio de lo anterior, cuestiona con dureza a la administración del ex Presidente Sebastián Piñera.

Según la encuesta UDD-PULSO, el 53% desaprueba al Gobierno y lo califica con una nota menor a 4. ¿Dónde está hoy el talón de Aquiles de la Presidenta? 

El talón de Aquiles no es de la Presidenta, es del Gobierno, y parte con un diagnóstico de dónde está Chile y qué le hace falta a Chile. El Gobierno de la Nueva Mayoría interpretó las reformas sociales y las interpretó mal, porque en las protestas sociales que partieron el 2011 la gente que protestaba quería transformar la casa, arreglarla, pintarla, abrirle ventanas y no echarla abajo y hacer una casa nueva. Por eso muchas de esas reformas inspiradas en el espíritu de la retroexcavadora no han sido bien recibidas. Y no deja de ser una paradoja que reformas que se hicieron, en parte porque se esperaba que fueran populares, hoy tengan una aprobación muy mala.

En ese escenario, sólo el 19% de los encuestados evalúa con nota roja al Gobierno anterior. ¿La mala evaluación de las reformas ayuda a que la gente valore más la administración del ex Presidente Piñera hoy?

Quién sabe. Habría que tener más datos para concluir eso. El Gobierno de Sebastián Piñera, a pesar de tener un desempeño económico mejor que el actual Gobierno, salió de La Moneda con cifras bastantes mediocres. Quizás con perspectivas las cosas cambien. Creo que el dato básico es que en muchas dimensiones el juicio popular al Gobierno de Sebastián Piñera nunca fue bueno y no se entendería que eso haya cambiado.

¿Tiene relación con el manejo comunicacional, que también es blanco de críticas en esta administración?

Todo Gobierno al que le va mal sostiene que lo está haciendo bien, pero que las comunicaciones están mal. Eso lo he escuchado demasiadas veces como para creerlo. Así como el problema del actual Gobierno es de fondo, el Gobierno de Sebastián Piñera también tuvo un problema fondo y que va mucho más allá de si la política estaba bien hecha o no, si la prensa fue exitosa o no. El Gobierno de Piñera nunca tuvo la confianza de la gente en Chile, porque la gente percibía, correctamente, que era un Gobierno integrado por gente de cuatro colegios, dos universidades y una ciudad, Santiago de Chile. Y, por eso, con ese gabinete la gente nunca se identificó. Jaime Mañalich habrá sido un ministro muy controvertido, pero tenía un gran atributo. Era el único del gabinete de Piñera que había estudiado en un liceo. Este es un problema no solamente del Gobierno de Piñera, es un problema que los partidos de derecha sufren. No han terminado de ganarse la confianza de la gente. No han terminado de convencer. En realidad, nunca han comenzado a convencer a los ciudadanos de que lo que hacen es por ellos.

¿Pero no es el mismo pecado original de la ex Concertación?

Para nada. De la Nueva Mayoría se pueden decir muchas cosas, pero si uno mira los colegios, las universidades, los orígenes sociales, es mucho más diverso. Otra cosa es que algunos de esos funcionarios sean malos gestores y son gestores con bastantes deficiencias. Pero cultural, política y socialmente, la Nueva Mayoría ha sido más diversa que la Alianza y esa es una de sus ventajas.

Salud, Educación y Seguridad Ciudadana son las áreas que más preocupan a los chilenos, según esta encuesta. En los tres ítems hay una evaluación negativa sobre el 60% en el manejo del Gobierno. ¿Dónde hay que poner el foco para mejorar estas áreas? 

Las políticas públicas no hay que arreglarlas para mejorar la aprobación, hay que mejorarlas para que la gente viva mejor. Y a veces, cuando el foco está exclusivamente en las encuestas, es cuando las políticas públicas terminan como ovejas descarriadas. En educación el debate que ha existido ha sido malo y los cambios que han surgido como fruto de ese debate también han sido reformas que ‘rascan donde no pica’, y que tratan de resolver problemas secundarios y dejan de lado los problemas importantes. Chile tiene un tremendo desafío de reformas de fondo en educación que tiene que ver con currículo y contenido, con cómo se vincula la educación técnica con la científica humanista, cómo se le integran herramientas del siglo 21 a un sistema profesional del siglo 19.

En Salud se ha destapado una “olla a presión”. ¿Qué tan preocupante es lo que ahí ocurre?

Salud y seguridad son los grandes ignorados, los grandes olvidados de la clase política. Hace mucho que la gente se queja de esto. En salud y seguridad ciudadana el mundo político no ha tenido ni siquiera un discurso ni respuestas concretas para abordar este problema. En salud la raíz de esto no es tan difícil de encontrar. Por un lado somos un país en plena transición demográfica, con una población que está cada día exigiéndole más al sistema de salud. Y segundo, tenemos un sistema donde muchas veces la política predomina por sobre la gestión. Muchos directivos están ahí porque pertenecen a algún partido y donde el problema es identificado, pero no ha sido resuelto por razones políticas. Otro ejemplo: es un lugar común decir que faltan especialistas. Entonces por qué no formamos más especialistas; porque así como hay el cartel de los partidos políticos y el cartel del papel higiénico, también hay un cartel de los especialistas.

¿Y en seguridad ciudadana?

Es un caso clásico de cómo la clase política más tradicional ha fracasado a la hora de tener un discurso en este asunto. También hay posturas muy ideologizadas. La derecha sostiene que todo es un problema policial y que todo se resuelve con más carabineros en la calle. Todos los gobiernos, desde el ‘90 en adelante, prometen y añaden 1.000 efectivos, y a esta altura es evidente que eso no resuelve todos los problemas. Y, por otro lado, hay una izquierda más tradicional que no se atreve a abordar el tema, porque piensa que la seguridad ciudadana es un tema conservador, cuando no hay cosa más ciudadana que el temor a salir a la calle y ser asaltado.

¿Cuándo se define la candidatura presidencial de Andrés Velasco?

Estamos construyendo un partido político para competir y, obviamente, la democracia tiene que ver con elecciones. Pero al mismo tiempo queremos hacer las cosas bien y eso significa  hacerlo con una institución. Eso significa tener 6.250 firmas en la Región Metropolitana, mil y tantas en Valparaíso y la Octava, y así sucesivamente. Y después con las bases pactar las municipales. Nuestro proyecto colectivo no se funda en una persona y tampoco gira en torno a una candidatura en particular, así que vamos a hacer cada cosa en su momento y obviamente nuestra expectativa es tener influencia.

¿Es un hecho una primaria entre usted y la senadora Lily Pérez?

No es un hecho, porque no tenemos decidida nuestra postura al respecto. Y no quiero entrar en el juego de si lo descarto o no lo descarto. Eso es vieja política que no sirve para nada. La afirmación aquí es muy clara: queremos construir una alianza con Amplitud y Red Liberal.Estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho con esas dos agrupaciones. Hemos encontrado acuerdos en tareas programáticas, pero también hay concordancia en que la política se hace desde abajo hacia arriba, partiendo por las ideas.

Y en una posible segunda vuelta, ¿cómo se dividirían los apoyos de este bloque que tiene a Amplitud, proveniente de RN, y a Ciudadanos, con una raíz más de centroizquierda?

Nosotros esperamos ganarle a los grandes conglomerados. Ese planteamiento es lo que hacen los partidos tradicionales. Estás carneando al animal antes de haberlo criado y alimentado.

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