No hay dudas de que Elon Musk jugó un rol preponderante en la última elección presidencial de Estados Unidos. El magnate sudafricano fue figura central de la campaña de Donald Trump tanto en su faceta de financista -llegando a aportar más de 250 millones de dólares- como también participando en numerosos actos.
La apuesta del empresario tuvo resultados positivos considerando el arrollador triunfo del republicano en los comicios. Y al parecer, ahora decidió poner su vista en otro proceso.
En las últimas semanas, Musk ha manifestado públicamente su apoyo al partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) de cara a los comicios adelantados del próximo 23 de febrero.
El magnate ahora puso la mira al otro lado del Atlántico en un país donde tiene claros intereses, puesto que ahí se ubica una de las «Gigafactories» de Tesla, su empresa dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos.
Todo empezó el pasado 22 de diciembre, a raíz del atropello masivo ocurrido dos días antes en una feria navideña de Magdeburgo que dejó cinco muertos. Musk compartió en la red social X (de su propiedad) una publicación en la que se criticaba duramente a la inmigración y se remarcaba que Alemania necesita un nuevo liderazgo. La respuesta del magnate fue clara: «Solo AfD puede salvar a Alemania».
Ese día, el dueño de Tesla y Space X señaló también que el canciller Olaf Scholz «debería dimitir inmediatamente» y llamó al jefe del Gobierno alemán «necio incompetente». Días después, el empresario escribió una columna para Welt am Sonntag, la edición dominical del diario Die Welt, en la que confirmó su apoyo a la colectividad ultraderechista, al afirmar que «abre el camino» a un país acomodado «en la mediocridad».
En esa línea Musk aseguró que «Alternativa para Alemania (AfD) es el último rayo de esperanza para este país», puesto que, entre otras cosas, esa formación apuesta por «desmantelar la sobrerregulación gubernamental, reducir los impuestos y desregular el mercado«, principios que han hecho triunfar a compañías exitosas del empresario.
Según él, este partido «puede llevar al país hacia un futuro donde la prosperidad económica, la integridad cultural y la innovación tecnológica no sean solo deseos, sino una realidad». Además considera que la calificación de la AfD como de extrema derecha «es claramente falsa», porque, según dice Musk, su líder Alice Weidel «tiene una pareja del mismo sexo de Sri Lanka».
«¿Eso les suena a Hitler? ¡Por favor!», afirmó. «AfD aboga por una política de inmigración controlada que favorezca la integración y la preservación de la cultura y la seguridad alemanas. No se trata de xenofobia, sino de garantizar que Alemania no pierda su identidad en favor de la globalización», remarcó.
ESCÁNDALO
La publicación de la columna de Musk desató todo un escándalo en Alemania. Sin ir más lejos, la periodista Eva Marie Kogel presentó su renuncia como jefa de contenidos editoriales del Welt am Sonntag, en señal de rechazo al texto difundido por el medio propiedad del grupo periodístico Axel Springer, el más influyente del país.
Por su parte, el nuevo redactor jefe de Die Welt, Jan Philipp Burgard, refutó los dichos del empresario en un artículo que acompañó la columna de Musk. «Incluso un genio puede cometer errores», indicó el periodista, para quien la AfD «es un peligro para nuestros valores y nuestra economía», y recordó que otro líder del partido, Björn Höcke, «ha sido condenado varias veces por usar un eslogan nazi prohibido».
Aseguran que Elon Musk se reunió con el embajador iraní en la ONU para mejorar las relaciones con EE.UU. En tanto, la Asociación de Periodistas Alemanes (DJV) protestó contra la «publicidad electoral» permitida por la redacción de Die Welt.
«Los medios de comunicación alemanes no deben permitir que se les manipule como portavoces de los autócratas y sus amigos», criticó su dirigente, Mika Beuster.
Pero los cuestionamientos también vienen del mundo político. El secretario general del oficialista Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Matthias Miersch, calificó en el periódico económico Handelsblatt de «vergonzoso y peligroso» el texto publicado por Elon Musk. «Es inaceptable que multimillonarios extranjeros intenten influir en el panorama político, apoyando partidos que socavan los valores democráticos», indicó el dirigente.
Por su parte, el líder de la CDU, Friedrich Merz, calificó de «prepotente y presuntuoso» el pronunciamiento de Musk. «No recuerdo un caso comparable de injerencia en la campaña electoral de un país amigo en la historia de las democracias occidentales», remarcó.
«Si fuera por AfD, no habría inversiones de Elon Musk en Alemania», dijo por su parte Jens Spahn, destacado político de la CDU y exministro de Angela Merkel. El ex funcionario recordó que AfD quiere abandonar «la zona euro» y, en su momento, se opuso incluso a la construcción de la fábrica de Tesla en la población germana de Grünheide.
Todo esto ocurre en medio de la vorágine electoral en Alemania, donde según sondeos, la AfD cuenta con un 19% promedio de intenciones de voto para los comicios de febrero, ubicándose en un expectante segundo lugar, solo detrás de la CDU, que alcanzaría un 32%.
Por detrás de esos partidos figuran el SPD, al que se ve lograr hasta un 17% en las últimas encuestas, además de Los Verdes (14%) y la populista de izquierdas Alianza Sahra Wagenknecht (7%).
«ATAQUE FRONTAL» A LA DEMOCRACIA
El Gobierno alemán también salió al paso de los dichos de Elon Musk, y con dureza. La vocera adjunta del Ejecutivo, Christiane Hoffman, acusó el lunes al magnate de querer «influir en las elecciones» legislativas de febrero. «La libertad de opinión es un bien valiosa. Y aquí estamos viendo un intento de ejercer influencia. Que se consiga o no eso es otra cosa. Vemos un intento de ejercer influencia», apuntó la portavoz.
En esa línea, Hoffman recordó que las elecciones en Alemania las deciden los votantes cuando acuden a las urnas y que «son un asunto alemán». Al mismo tiempo, consideró necesario señalar una vez más que, en el caso de Musk, se trata de una recomendación de votar a favor de un partido objeto de vigilancia por la Oficina Federal para la Protección de la Constitución -los servicios secretos del Ministerio del Interior- por sospecha de ser de extrema derecha y reconocida parcialmente como tal. Por su parte, el vicecanciller alemán, Robert Habeck, acusó también al empresario este viernes de realizar un ataque frontal a la democracia con su abierto apoyo a AfD.
«La combinación de una riqueza enorme, el control sobre informaciones y redes, el uso de la inteligencia artificial con la voluntad de burlar reglas es un ataque frontal a nuestra democracia», dijo Habeck en una entrevista con la revista «Der Spiegel».
«El hombre más rico del mundo, dueño de una de las plataformas de comunicación más influyentes apoya abiertamente a un partido que en parte es ultraderechista», agregó. Con todo, Elon Musk ya se metió de lleno en la campaña electoral alemana ¿Influirá en algo su participación? (Emol Agencias)