Hay veces en que más que grandes análisis, los hechos nos muestran si las cosas andan bien o no.
Esta semana leíamos que un terrorista condenado en Chile, que además participó en un secuestro en Brasil, asesinó a un guardia de seguridad en San Bernardo. Después nos enteramos de que el sujeto recibe una pensión vitalicia del Estado chileno de un millón trescientos mil pesos, maneja un auto último modelo y tiene garantizada su salud y educación para él y su familia. Algo dice que esto no está bien. A los terroristas no se les puede subsidiar para que sigan cometiendo actos de terror.
También leímos que en La Araucanía, grupos terroristas con armamento de alto calibre siguen incendiando maquinaria agrícola en pleno estado de excepción constitucional. La respuesta de la autoridad es “vamos a mandar más carabineros”. Algo también dice que lo ocurrido, y la respuesta, no están bien. A los terroristas se les debe combatir con armas antes que sea demasiado tarde. Los terroristas ya son un ejército irregular. (El Mercurio Cartas)
José Yuraszeck T.