El dólar abrió este jueves en Argentina a 15 pesos, pero pocos minutos después bajaba a 14,5, significando una fuerte devaluación de la moneda local con un aumento de la divisa de más de 40% en el primer día sin control de cambios.
Con gran expectativa se esperó la apertura frente a las pantallas de las casas de cambios en Buenos Aires, donde marcó 15 pesos por dólar, tras cerrar el miércoles en 9,84 pesos.
Esta es la mayor devaluación diaria del peso en décadas. La más cercana en tiempos recientes fue en 2002, cuando la moneda cayó un 28% luego de que el país abandonó la ley de convertibilidad que mantenía una paridad entre el valor del peso y el del dólar.
Analistas financieros advirtieron que en la jornada habrá altibajos después de cuatro años con restricciones cambiarias.
Menos de una semana después de asumir el gobierno de Argentina, el nuevo Ejecutivo que encabeza Mauricio Macri puso fin a cuatro años de restricciones a la compra de dólares y unificó el mercado cambiario. Terminó así una de las medidas más controvertidas del pasado gobierno kirchnerista que se instauró para frenar la fuga de divisas.
“Estamos muy contentos de poder anunciar el fin del cepo cambiario”, dijo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, ayer en una conferencia de prensa. Sostuvo que “están dadas las condiciones” para tomar una medida así, una de las promesas de la campaña electoral macrista, y que era esperada con ansias por el sector industrial, el campo y los mercados.
Ayer el precio aproximado del cambio conocido en el mercado local como “contado con liquidación” figuraba a 14,25 contra 9,84 del oficial. Prat Gay destacó que “el tipo de cambio fluctuará dentro de un sistema que los economistas llamamos flotación sucia”.
Eso significa que el Banco Central de Argentina podría intervenir comprando o vendiendo dólares para evitar variaciones bruscas. Para eso, explicó, el gobierno está buscando armarse de un “colchón” de reservas en el Banco Central que provendrá de exportadores, especialmente agrícolas, y bancos extranjeros.