Argentina: Economía no muestra signos de recuperación

Argentina: Economía no muestra signos de recuperación

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La recuperación económica de Argentina, que prometió el presidente Mauricio Macri, no se ha materializado al ritmo que había previsto al inicio de su gobierno.

La producción industrial se contrajo 8% en octubre frente al año anterior, mientras que la construcción cayó 19%, según los datos más recientes del instituto nacional de estadística de la nación. Ambos indicadores, que equivalen al 20% de la economía, empeoraron en comparación con los datos del mes de septiembre.

“Ha habido varios giros que han causado falta de confianza y, además de ello, los salarios reales han caído un 5%”, dijo Orlando Ferreres, director de la firma consultora Orlando Ferreres & Asociados.

Macri reconoció en el foro internacional de inversionistas que realizó hace dos meses en Buenos Aires que la economía estaba mostrando las primeras señales de recesión y, cambiando su promesa inicial, aseguró que la economía empezaría a recuperarse ahora a partir del cuarto trimestre de 2016.

Las últimas cifras sugieren que la recesión, de al menos un año, aún tiene un largo camino por recorrer. La economía se contrajo 2,1% en el segundo trimestre frente a los tres meses previos –su cuarta contracción consecutiva– y también cayó 3,4% en comparación con el mismo período de 2015, el mayor descenso en al menos dos años.

Ferreres dijo que, sin embargo, todavía espera que se registre una recuperación con signos de crecimiento en diciembre, pero aclaró que la recuperación real será en marzo o abril de 2017.

Macri asumió el poder en diciembre de 2015 y de inmediato congeló muchos proyectos de construcción a través de la revisión de contractos y devaluó el peso, causando un repunte en la inflación que erosionó el poder adquisitivo de los ciudadanos. En tanto, el banco central elevó la tasa de referencia en marzo en un intento por contener la inflación que alcanzó un peak de 47% en julio.

DIAGNOSTICO GENERAL

Para los economistas argentinos, hay varios factores que impactaron en el consumo y la producción. Unos son endógenos, como la devaluación del peso y la alta inflación, que hicieron caer los salarios reales. Otros son exógenos, como la recesión brasileña con impacto directo en las exportaciones manufactureras.

Pero lo más destacado es que las expectativas eran demasiado altas. Si bien es cierto que la llegada de Macri a la Casa Rosada daba un respiro a la economía –por su política de apertura y regreso a los mercados internacionales que permitirían afrontar los desequilibrios macroeconómicos de la gestión anterior–, las condiciones siguen sin ser las más aptas.

Eduardo Fracchia, director de Economía del IAE Business School de la Universidad Austral plantea que “la economía cerrará 2016 con una importante recesión”, y prevé que la caída del PIB se ubique en torno al 2%.

SECTORES GANADORES

Parte del agro, la banca y los servicios públicos entran en la categoría de un 2016 más positivo.

Con la eliminación del “cepo” cambiario, la baja de las retenciones y la eliminación de restricciones comerciales, el sector agropecuario y sus proveedores vivieron un buen año y podrían seguir en terreno positivo en 2017, según los analistas.

Sin embargo, se mantiene la preocupación con respecto al comportamiento de los precios internacionales y el aumento de los costos internos, con una inflación anual promedio de 40%.

El trazado de un plan energético y la actualización de las tarifas cambiaron el panorama de los servicios públicos, que recibieron incentivos importantes para empezar a normalizar la provisión de sus prestaciones.

En tanto, la normalización de la deuda y las altas tasas de interés hicieron que los servicios financieros registraran un buen nivel de rentabilidad este año, a pesar de la caída de la demanda de créditos.

LOS MÁS AFECTADOS

Entre los segmentos menos beneficiados de la economía, figuran el consumo, la construcción y la industria.

La caída de los salarios reales golpeó el gasto masivo de los ciudadanos, mientras que una mayor tasa de interés real y menor disponibilidad de crédito repercutió sobre la construcción.

Por otra parte, la caída de las exportaciones hacia Brasil –país que atraviesa una severa crisis política y económica– afectó principalmente al sector automotor y las autopartes.

En 2017, la suerte del sector dependerá de mejores condiciones externas: precios internacionales y demanda de los principales consumidores.

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