El escenario económico se vislumbra complejo. Alta inflación y perspectivas de una desaceleración más pronunciada. Una señal de aquello se refleja en el Índice de Riesgo Empresarial que elabora Red Negocios de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS) el cual muestra que en junio subió a niveles de principios año, siendo nuevamente el mayor registro desde que comenzó esta medición.
De acuerdo al informe, el indicador se ubicó en 6,73 puntos en el sexto mes de 2022, acercándose a los niveles de febrero y marzo pasado. De este modo, el indicador se ubicó 1,2 puntos por sobre el promedio de 2021 y cerca de 2 puntos por encima de julio del año pasado. Del total de empresas, un 3,2% presentó un riesgo superior a 50 puntos, y de ellas, un 56% corresponde al segmento de las Pymes.
El Índice, que adopta valores entre 0 y 100 puntos -en que 100 representa el mayor nivel de riesgo- se elabora a partir de indicadores laborales (cumplimiento de obligaciones laborales y prácticas sindicales), y de morosidad (cumplimiento comercial y protestos), donde ambos componentes ponderan un 50%. La base de cálculo se construye a partir de los indicadores de más de 6 mil empresas al mes, que forman parte del registro de proveedores de Red Negocios de la CCS.
En el desglose se muestra que la morosidad subió 0,5 puntos, mientras que el componente laboral bajó 0,2 unidades, lo que llevó al indicador total a pasar de 6,57 puntos en mayo a 6,73 en junio.
En el detalle, el indicador de morosidad reflejó un deterioro en la condición financiera de las empresas al subir 0,5 puntos respecto de mayo, explicado tanto por la mora comercial, que subió 0,8 puntos, como por el indicador de protestos, que aumentó 0,2 puntos respecto del mes anterior. Como resultado, el indicador de Riesgo en Morosidad pasó de 8,43 puntos en mayo a 8,96 puntos en junio, siendo la cifra más alta desde el primer mes de medición, en julio de 2021.
La otra variable, que es la situación laboral, exhibió una mejoría al pasar su indicador desde 4,71 puntos en mayo a 4,50 puntos en junio, a consecuencia de la reducción de 0,2 puntos en el indicador de obligaciones laborales, mientras que las prácticas sindicales se mantuvieron sin variación respecto de mayo.
A nivel de sectores de actividad, los que mostraron un mayor aumento del riesgo fueron la industria eléctrica, con un alza de 1,2 puntos respecto de mayo, la construcción (0,9 puntos), y publicidad, marketing y medios (0,7 puntos).
En el otro extremo, los sectores que mostraron una disminución en su riesgo correspondieron a salud y seguridad, que bajó 1,5 puntos, servicios empresariales y financieros (-0,5 puntos), y transportes, logística y comercio exterior (-0,4).
Al descomponer el Índice general por tamaño de empresa, el segmento de las pequeñas y medianas empresas registró la mayor variación, al aumentar 0,3 puntos. Estos resultados, obedecen a que la morosidad aumentó 0,5 puntos y las obligaciones laborales se mantuvieron respecto de mayo, lo que llevó al indicador de riesgo empresarial del segmento a ubicarse en 6,43 puntos.
En las grandes empresas aumentó 0,1 puntos en junio, ubicándose en 8,08 puntos. Este leve incremento fue el resultado de fuerzas contrapuestas: por una parte, la morosidad comercial aumentó en 1 punto, mientras que el riesgo laboral disminuyó 0,9 puntos.
Rodrigo Mujica, gerente general de RedNegocios de la CCS, sostuvo que “el alza en morosidad y la baja en el componente laboral, refleja que las empresas están haciendo esfuerzos por mantener el trabajo de sus colaboradores en desmedro del cumplimiento de sus obligaciones financieras”.
En ese sentido, Mujica aseguró que “esto ocurre normalmente cuando las empresas creen que el periodo de estrechez será acotado y, por lo tanto, tienen la expectativa de que en el corto o mediano plazo podrán cumplir con esas obligaciones”.
El ejecutivo subrayó que “no hay que perder de vista que el indicador de junio es uno de los más altos del año, y esto responde claramente que el escenario para los próximos meses sigue marcado por los altos niveles de incertidumbre externa e interna, aumentos de costos e inflación, desaceleración en la actividad económica e inversión, y por costos de financiamiento más elevados, todo lo cual genera por ahora condiciones complejas desde el punto de vista del riesgo empresarial”. (Pulso)