Todos los ojos del mercado se posaron esta mañana en el Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del Banco Central (BC) correspondiente al primer semestre del año, luego que la autoridad anunció ayer sorpresivamente la activación de los requerimientos de capital contracíclico (RCC) para la banca ante la evidencia del deterioro del escenario externo.
El IEF apuntó que “las condiciones financieras se han deteriorado a nivel global y exhiben un grado de incertidumbre por sobre lo habitual respecto de su evolución futura”.
Tras la activación de los RCC, el Banco Central recalcó a la banca que “es importante que continúe fortaleciendo sus capacidades para enfrentar nuevos eventos adversos”.
Se recordó que tras los episodios de tensión bancaria a nivel internacional luego de la caída de entidades financieras en Estados Unidos y la absorción de Credit Suisse por parte de UBS, “han aumentado los riesgos de episodios de corrección abrupta de los precios de activos y salidas de capitales, especialmente en economías emergentes”.
El ente rector precisó que a nivel local el impacto de estos eventos “ha sido acotado, en una economía que continúa resolviendo los efectos de los desequilibrios macroeconómicos acumulados en años previos”.
Destacaron que desde el informe anterior, “la incertidumbre político-económica local se redujo de manera importante, aunque en los días siguientes a los eventos de la banca internacional tuvo un leve aumento”. El BC precisó que actualmente, el indicador se ubica algo por sobre su promedio histórico.
En términos de los movimientos del mercado chileno, el IEF resaltó que las emisiones de bonos bancarios han mantenido su dinamismo en los últimos meses, mientras que en abril las corporativas presentaron una incipiente recuperación.
Bajo este contexto, el Banco Central observó que los fondos de pensiones “han sido los principales demandantes de estas emisiones y los fondos mutuos han aumentado la liquidez de sus carteras”.
Por su parte, la menor actividad del sector inmobiliario no ha tenido un impacto significativo en el desempeño de las compañías de seguros.
ENDEUDAMIENTO
Un punto de preocupación del instituto emisor fue que “la posición financiera de los hogares se ha estrechado, mostrando una tasa de ahorro negativa. Mientras, las empresas han seguido reduciendo su endeudamiento tras su paso por la pandemia. El mayor uso de tarjetas y líneas de créditos -entre hogares y empresas- se ha traducido en una mayor exposición a las tasas de interés, con un impago que ha vuelto a niveles pre pandemia”.
El informe destaca que el aumento de los impagos sigue concentrado en empresas de los sectores como el comercio, construcción e inmobiliario; las firmas de menor tamaño y las que optaron por la reprogramación de FOGAPE.
En los últimos meses, el crédito comercial ha seguido mostrando caídas en su variación anual. Profundizaron que continúa la debilidad del sector construcción e inmobiliario, que enfrenta un mercado menos dinámico y mayores restricciones de financiamiento, tanto a proyectos inmobiliarios como a créditos hipotecarios.
RETROCESO DE UNA DÉCADA
En cuanto a los hogares chilenos, la autoridad dijo que “la posición financiera de los hogares se deterioró, con una significativa reducción del ahorro, que llegó hasta niveles de -0,7% del PIB”.
Los dardos del Banco Central vinieron a dar cuenta que si bien las ayudas sociales y los retiros de ahorro previsionales ocasionaron una fuerte inyección de liquidez que significó un impulso al consumo y al freno temporal de la deuda, tuvo impactos.
“Los desequilibrios macrofinancieros generados por el aumento abrupto y duradero del consumo agregado han sido significativos. Uno de ellos ha sido la elevada y persistente inflación”, sostuvo el reporte.
Estos desajustes también redujeron la riqueza financiera neta de los hogares. Al cierre del 2022, esta llegó hasta 120% del PIB, nivel equivalente al de una década atrás, aseguró.
Asimismo, el Banco Central reiteró sus críticas a los retiros previsionales -que totalizaron 18% del PIB y representaron aproximadamente dos tercios del aumento de la liquidez- señalando que “no solo tuvieron un efecto adverso en los ahorros de los hogares, sino que además elevaron el costo de financiamiento de largo plazo y redujeron la capacidad del sistema financiero para amortiguar shocks”.
Asimismo, el IEF destacó que el impago de los hogares chilenos aumentó con mayor intensidad en deudas de tarjetas y líneas de crédito, y entre deudores de menores ingresos.
El foco de atención estuvo en la situación financiera de las personas de menores ingresos que “se ha vuelto más estrecha, con una mayor carga financiera producto del mayor uso de líneas y tarjetas de crédito, en un contexto de mayores tasas. Esto se ha materializado en un aumento más pronunciado de su impago en consumo, el que se ha concentrado precisamente en deudas rotativas”.
LAS TAREAS
Hacia adelante, el Banco Central consideró que “resulta fundamental priorizar iniciativas que fomenten el ahorro y que fortalezcan la capacidad del sistema financiero para amortiguar eventos adversos”.
Agregó que el rezago de los hogares, que muestran un significativo deterioro en su posición financiera, es un elemento a tener presente: “Es fundamental priorizar iniciativas que fomenten el ahorro”, sostuvo.
Además, señaló que “se deben evitar medidas que afecten el normal funcionamiento del sistema financiero, que eleven la incertidumbre y el costo de financiamiento, o que reduzcan su capacidad para amortiguar shocks negativos”. (DF)