Siguen las repercusiones por el 3,9% del gasto público para el 2018 anunciado por Michelle Bachelet, ya que para algunos expertos su gobierno es uno de los que más se ha endeudado durante los últimos 30 años, por lo que califican de arriesgado el aumento del presupuesto, y que podría hacer crecer la deuda fiscal.
Carolina Gronwald, economista del Instituto Libertad y Desarrollo considera que la cifra dada a conocer por la Presidenta es excesiva, toda vez que supuestamente este mayor gasto se sustentaría en proyecciones de la Dirección de Presupuestos (DIPRES) que contemplan unos ingresos estimados más altos de lo que se había previsto.
“Ellos han planteado que la deuda va a ir subiendo cada vez menos, pero todavía vamos a seguir endeudándonos, por lo tanto parece que es un presupuesto un tanto irresponsable desde ese punto de vista. Si los ingresos que ellos están estimando son tan maravillosamente altos podrían haberse ajustado un poquito más y haber apostado por una reducción del déficit más rápido”, planteó la economista.
En opinión de Carolina Gronwald, la deuda fiscal ha aumentado en el gobierno de Michelle Bachelet porque el gasto ha crecido más de lo que crece el país. “Todo el mundo quiere que la gente vaya gratis a la universidad, pero es algo en este momento que el país no se puede permitir. También ha habido una gran expansión de gastos en todo lo que es mano de obra del Gobierno, han aumentado las contrataciones, sus sueldos crecen más que el promedio de los chilenos, se ve que el empleo salariado público aumenta, mientras que el empleo asalariado privado se destruye”, sostuvo.
Para la economista del Instituto Libertad y Desarrollo lo anterior se refleja en la última evaluación que entregó la DIPRES, donde de 23 programas evaluados, 11 están calificados como insuficientes y cuyos recursos suman un presupuesto igual al del Sename, es decir, “harta plata que se está botando a la basura”.
“El endeudamiento ha crecido mucho más rápido, hemos pasado de 30 mil millones de dólares a 60 mil millones de dólares en cuatro años, eso es muchísimo. Hay que apretarse el cinturón y gastar en lo que se tiene, no hay que comprometer gastos en cosas que no se pueden financiar. Para el próximo año ellos mismos estiman un crecimiento de 3% y el gasto es 3,9%. Además, no es que el precio del cobre va a subir y mágicamente vamos a crecer al 5%”, enfatizó Carolina Gronwald.
Oscar Perelló, investigador del Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales de la UC, CLAPES, el gasto de 3,9% estuvo por sobre lo que proyectaban la mayoría de los analistas, incluso el Banco Central esperaba un 3% de crecimiento.
“No es tajantemente un gasto irresponsable, pero si demuestra que las prioridades no están completamente puestas en consolidar las finanzas públicas, en bajar el déficit y la deuda fiscal porque con ese nivel de gasto va a aumentar de manera importante en los próximos años, entonces pareciera que ese discurso de que iban a estar puestas las fichas en la economía y en consolidarse no fue tanto la prioridad del Gobierno a la hora de hacer el anuncio”, aclaró el experto de CLAPES.
El especialista de la Universidad Católica aclaró que efectivamente la deuda está alta y que ha llegado a niveles históricos. “Pareciera que el ritmo de crecimiento del gasto público ha sido demasiado rápido en los últimos años y lo más importante que son gastos comprometidos para el futuro porque muchos quedaron amarrados para los próximos años, entonces, qué espacio va a haber hacia delante para que los otros gobiernos hagan buenas políticas públicas o por lo menos puedan hacer sus gastos si estos están amarrados desde ahora”, precisó.
Perelló explicó que las arcas fiscales positivas que dice el Gobierno que van a quedar son bastantes reducidas y además tienen algunos supuestos económicos detrás que no son del todo conservadores, al contrario, son bastante optimistas por lo que no es claro que vaya a haber mucho espacio para que el Gobierno que venga pueda gastar y hacer sus programas.
Lo anterior, a juicio de Oscar Perello también se refleja en la falta de diálogo que hubo muchas veces con la oposición donde no se miraba cuánto gasto significaban estas reformas.
En cuanto a la confianza del empresariado el ambiente de negocios que se genera no depende de quien esté en el Gobierno. “Yo no creo que sea efectivo que dependa de un lado u otro hacer buenas políticas públicas y generar confianzas en la sociedad civil. Creo que efectivamente importa quien gobierne, pero debiera ser un mínimo para cualquier sector generar un ambiente proclive”, precisó.
El investigador de CLAPES dijo que la deuda a fin de año va a estar en torno al 23,5%., lo que constituye la cifra más alta desde 1994, en donde fue de 22,8%, una situación complicada porque los gastos comprometidos que hay y las proyecciones económicas para el próximo año estiman que la deuda va a seguir aumentando por lo menos por dos o tres años más. (Por Carola Oyarce/El Muro)