“Yo sé que hay muchas especulaciones y que se habla mucho de cambio de gabinete. No hay cambio de gabinete. Acá a todos mis ministros los quiero trabajando”.
Sorpresa en el público -pero no en los ministros- causaron esas declaraciones del Presidente Gabriel Boric. Lo hizo la mañana de este martes durante la ceremonia de puesta en marcha de la Red de Empresas Chile Cuida en el Palacio de La Moneda.
Sin embargo, hasta antes de la alocución del Mandatario, la posición que transmitían en el Ejecutivo era otra. Distintos personeros de gobierno y partidos oficialistas daban por hecho que habría cambio de gabinete y que sería inminente debido a que algunos ministros querían salir para ser candidatos al Congreso y tienen hasta el 15 de noviembre para hacerlo, debido a que ahí se cumple el plazo legal. Así, la duda era solo cuándo.
En Palacio, eso sí, transmitían que el ajuste sería acotado solo a ministros que quisieran dejar el gobierno de Boric y no por autoridades cuestionadas o por el resultado de las elecciones municipales y de gobernadores de octubre pasado. Esto, pese a que la ministra del Interior, Carolina Tohá, ha estado en el foco de las críticas por su manejo en el caso del exsubsecretario Manuel Monsalve.
De hecho, la ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob), Camila Vallejo (PC), lo dijo durante la semana pasada y este lunes lo reforzó en radio Cooperativa. “Antes del 16 de noviembre, de todas maneras, debería haber ajustes ministeriales sobre aquellos que los partidos decidan son candidatos o candidatas al Parlamento”, sostuvo.
Que la vocera mencionara a las colectividades oficialistas no fue casual, recalcan en el sector. Esto, porque, según transmiten en las colectividades y en el propio gobierno, el Mandatario se resiste a la idea de un ajuste ministerial, por lo que el diseño fue traspasar la decisión a las colectividades.
Incluso la semana pasada, el presidente del Partido Comunista, Lautaro Carmona, tenía una expectativa mayor. “No imagino que esto se remita solo a quienes vayan a ser candidatos. (…). Es el último tramo, ya cualitativamente es una dimensión del ejercicio de gobierno que tiene la necesidad de una velocidad y de una gestión de eficiencia, de eficacia, porque no hay más tiempo para arrepentirse”, afirmó.
La resistencia del Mandatario a realizar un cambio, según afirman en el oficialismo, pasa por distintas razones. Según transmiten en Palacio, si bien la decisión de no realizar ningún ajuste en el gabinete se venía conversando en los últimos días, la determinación se terminó de zanjar hoy en la mañana. Es más, los partidos de gobierno fueron notificados de esa postura durante las primeras horas del día.
LAS RAZONES
En el oficialismo transmiten que una de las principales razones para no realizar el ajuste es la resistencia del propio Presidente Boric. Desde hace días el Jefe de Estado ha transmitido que no quiere cambiar a su equipo ni tampoco dejar pautearse por la oposición, la que ha elevado el tono contra Tohá y también contra la ministra de la Mujer, Antonia Orellana.
Así, el Mandatario está convencido -impulsado por algunos de sus asesores- que lo más conveniente es enfrentar a la derecha y pasar a la ofensiva para intentar sacar adelante su programa de gobierno.
De hecho, el Jefe de Estado en un inicio estaba dispuesto solo a realizar una modificación acotada a los que salieran al Congreso y elegir una fecha lo más cercana posible al 15 de noviembre, cuando vence el plazo legal.
El factor de la oposición no es menor, dicen en el Ejecutivo. Esto, porque el Presidente no está dispuesto a realizar una cirugía mayor a su equipo por presiones, principalmente de Chile Vamos y del Partido Republicano. Este elemento es relevante, agregan las mismas fuentes, y fue motivo de discusión al interior del gobierno para ver si realizar o no un ajuste.
Dentro de lo que se evaluó en Palacio es ¿qué gana el gobierno con un cambio a los ministros? La respuesta, añaden las mismas fuentes, es que no cambiaría la actitud de la oposición y tampoco se mejoraría la situación política de la administración de Boric.
Así, la apuesta del Jefe de Estado es enfrentar a la derecha y ver hasta dónde están dispuestos a llegar. En La Moneda, en todo caso, reconocen que el escenario es arriesgado porque saben que está la amenaza latente de una acusación constitucional en contra de la ministra Tohá, quien también -en los últimos días- transmitió a su partido, el PPD, sus intenciones de quedarse en el gabinete de Boric.
En el gobierno aseguran que es costoso para la oposición, ante la opinión pública, empujar tantos libelos ya que, aseguran, “están dañando a las instituciones”. Y ese elemento, agregan, lo quieren resaltar.
De hecho, algo de eso dejó entrever esta mañana el titular de la Segpres, Álvaro Elizalde. “Implica una desviación respecto del sentido por el cual el constituyente estableció el instrumento de la acusación constitucional. Eso implicaría establecer una especie de parlamentarismo de facto, cuando también conforme a la Constitución quien evalúa el gabinete es el Presidente de la República”, sostuvo.
Otro factor sobre la mesa para evitar un cambio ministerial, dicen en el Ejecutivo, es darles continuidad a las reformas apostando por mantener a los ministros que han encabezado sus tramitaciones. Ahí, por ejemplo, se cuenta a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), con la reforma previsional; el ministro de Educación, Nicolás Cataldo (PC), con el fin al CAE; la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (FA), con el proyecto de aborto legal, y la ministra del Interior, Carolina Tohá (PPD), con la batería de iniciativas sobre seguridad, incluyendo la creación del ministerio.
Otro elemento que consideran son los rechazos a salir del gabinete para competir en el Congreso. Esto ocurrió con la ministra de Defensa, Maya Fernández (PS), quien le comunicó la semana pasada a la presidenta del Partido Socialista, senadora Paulina Vodanovic, que no saldría del gabinete. Esa misma decisión tomó la subsecretaria de Segegob, Nicole Cardoch (PS).
Dentro de los cálculos que se hicieron para no ser candidatos al Congreso, afirman en el oficialismo, están que no hay garantías de salir electos, los costos de una campaña y también las intenciones de continuar con sus respectivas agendas en el Ejecutivo.
En el caso del Partido Comunista, la prioridad de la decisión la tenía el Ejecutivo. Así fue que se zanjó que no hubiese salidas y la única excepción había sido el ministro de Educación, Nicolás Cataldo. Sin embargo, tras el giro de Boric, eso no ocurrirá. Esto, pese a que se transmitió que el mismo Cataldo se había despedido de su equipo, aunque cercanos al secretario de Estado lo descartan.
De todas maneras, sin cambios en el gabinete, los comunistas tendrán cuatro titulares en los ministerios (Vallejo en Segegob, Jara en Trabajo, Cataldo en Educación y Gajardo en Justicia). Este escenario, en todo caso, genera resistencia en un sector de la alianza de gobierno, porque -dicen- no se condice con los resultados de las municipales.
Otro asunto que se ha tenido sobre la mesa en el gobierno para evitar un cambio, son los resultados electorales de los comicios pasados. En el gobierno -y el propio Presidente- se reforzó que los números de las elecciones dieron cuenta de que las fuerzas políticas se equilibraron y que, por ende, el oficialismo no quedó en un mal pie en relación a la oposición.
A ello se suma que los resultados municipales en los distritos en que aspiraban algunos ministros y subsecretarios para eventualmente ser candidatos al Congreso, no les fue como esperaban. Se trata de la Región de Valparaíso y la Región de O’Higgins.
Considerando el nuevo diseño, fuentes en Palacio apuntan a que las salidas se concentrarían entre subsecretarios y delegados que buscarán ser candidatos a diputados y senadores el próximo año.
Entre los nombres que destacan como probables salidas están los delegados regionales de Valparaíso Sofía González (PC), del Biobío Daniela Dresdner (FA) y de La Araucanía José Montalva (ind. PPD). Además de la delegada provincial de Malleco, Andrea Parra (PPD). (La Tercera)