El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue nominado oficialmente el jueves por su Partido de los Trabajadores (PT) para competir el 2 de octubre contra el mandatario de extrema derecha Jair Bolsonaro, en las elecciones más polarizadas de Brasil en décadas.
Con una ventaja de dos dígitos en las encuestas de opinión, una victoria de Lula representaría un asombroso regreso del ex dirigente sindical. Lula, que estuvo al frente de Brasil durante dos mandatos entre 2003 y 2010, pasó 580 días en prisión por condenas de corrupción que luego fueron anuladas.
El líder de 76 años no asistió a la convención de su partido en un hotel del centro de Sao Paulo, donde otros seis partidos de la coalición también respaldaron su sexta candidatura presidencial.
En contra del consejo de sus colaboradores más cercanos, Lula decidió hacer campaña y se reunió con votantes en su estado natal de Pernambuco, en el empobrecido noreste de Brasil.
«Dijo que ya estaba bien de hablar dentro del partido y que era hora de salir a la calle y hablar con los votantes», dijo un asesor de Lula a Reuters.
En el momento en que el PT lanzaba su candidatura, Lula se reunió con artistas e intelectuales en un mitin en un teatro de la ciudad de Recife, donde sus partidarios corearon su nombre.
Para atraer a los votantes moderados decepcionados con el Gobierno de Bolsonaro y suavizar su imagen de izquierdista, Lula eligió como compañero de fórmula al ex gobernador de Sao Paulo Geraldo Alckmin, un centrista respetado por los empresarios. (El Mostrador Reuters)