El presidente del Parlamento británico, John Bercow, dio hoy luz verde a que el Gobierno someta mañana a votación por tercera vez el tratado de salida de la Unión Europea acordado con Bruselas.
La nueva moción que ha presentado el Ejecutivo ante la Cámara de los Comunes cubre solo los términos del acuerdo de salida, y no la declaración política sobre la futura relación que lo acompaña, por lo que Bercow considera que la votación es distinta a las dos anteriores y permitirá que se lleve a cabo. En enero y en marzo se sometió a votación el acuerdo y los documentos que lleva asociados. En ambas ocasiones, fueron rechazados por una amplia mayoría.
Rizando un rizo que parecía haber llegado ya al límite de su complejidad, la primera ministra británica Theresa May presentará el viernes (29.03.2019) por tercera vez a los diputados su impopular acuerdo de «brexit», pero, esta vez, sin la declaración política que lo acompaña. Al Gobierno británico se le está agotando el tiempo adicional que le había acordado la Unión Europea para evitar que Reino Unido saliera sin un acuerdo este viernes, 29 de marzo, fecha que desde hace dos años estaba inscrita en rojo en los calendarios como el día del «brexit». La UE advirtió que, si Reino Unido aspira a una prórroga hasta el 22 de mayo, debe adoptar el acuerdo de retirada esta semana. De lo contrario, tendrá que presentar un plan B antes del 12 de abril o verse abocado a un «brexit» brutal.
SORTEAR UN OBSTÁCULO
«La propuesta de mañana ofrece al Parlamento la oportunidad de garantizar esa prórroga», explicó el jueves la ministra de Relaciones con el Parlamento, Andrea Leadsom. Y llamó a los diputados, que ya rechazaron el texto estrepitosamente en dos ocasiones, «a que lo respalden y se aseguren de que abandonemos la UE el 22 de mayo, dando a los ciudadanos y a las empresas la seguridad que necesitan».
La semana pasada, el presidente de la Cámara de los Comunes, el controvertido John Bercow, impidió una tercera votación afirmando que el Parlamento no podía volver a examinar una propuesta «sin cambios» durante la misma sesión parlamentaria. Para sortear este obstáculo, el Ejecutivo decidió someter únicamente esta vez el Tratado de Retirada, un documento de 585 páginas que estipula los términos de la salida británica del bloque, sin la declaración política de 26 páginas que la acompaña para establecer la grandes líneas de la futura relación que ambas partes deben aún negociar.
La maniobra surtió efecto con Bercow, quien aceptó que «la moción es nueva, sustancialmente diferente». Pero enfureció a muchos diputados de la oposición, perplejos ante este nuevo movimiento inesperado que agrega confusión al caos. Para poder esperar que el texto sea aprobado, May necesita convencer al menos a 75 de sus propios legisladores rebeldes, que votaron en su contra en la ocasión precedente por considerar que la primera ministra llevó mal la negociación con Bruselas. (DW, efe/afp)