CAE vs. FES: los jóvenes salen perdiendo

CAE vs. FES: los jóvenes salen perdiendo

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Estamos en presencia de un nuevo fenómeno. Por primera vez la generación de los hijos está viviendo más estrecheces económicas que la generación de sus padres. Este es un hecho nuevo en el Chile de las últimas décadas, y que afecta el corazón de una de las más típicas aspiraciones de las familias chilenas: “Quiero que mis hijos vivan mejor que yo”.

  • Hasta ahora eso se había ido cumpliendo, acompañado por el crecimiento económico, el empleo, y la expansión del sistema universitario que permitió que muchas familias lograran que sus hijos fueran los primeros de su generación en acceder a la educación superior.

2.- Cambia… todo cambia. Sin embargo, este panorama alentador ya cambió. Y las razones son varias. La más importante es que Chile dejó de crecer:

  • En efecto, mientras entre 1990 y 2012, el país creció a una tasa de 5,3% promedio, con una década del 90 excepcional en ese sentido, a partir del 2013 el promedio es de solo 2,1%. Esto significa que el aumento del ingreso per cápita prácticamente se detuvo.
  • El “frenazo” del crecimiento tiene su correlato en el mercado laboral. Un estudio del economista Claudio Sapelli (Faro-UDD), cuyo título es “Las causas del estallido: una discusión desde la economía”, señala que el deterioro del mercado del trabajo de los jóvenes, en especial de la generación de los nacidos entre 1989 a 1995, y que entraron al mercado laboral 20 a 25 años después, puede haber sido “combustible” de la “chispa” que dio origen al estallido social de hace 5 años atrás. El estudio indica que la generación nacida entre esos años ha tenido ingresos inferiores y niveles de empleo más bajos que las generaciones precedentes.
  • Otra manifestación concreta es la dificultad de las nuevas generaciones para acceder a una vivienda propia. Esto no es solo consecuencia de lo anterior, sino también de los retiros de fondos de las AFP, que debilitaron el mercado de capitales,  llevando las tasas de interés de los créditos hipotecarios a generar niveles de dividendos  que las nuevas generaciones no pueden pagar.

3.- El FES, un golpe adicional. Aunque falta por conocer en más detalle los anuncios del presidente Boric sobre el nuevo sistema de financiamiento de la educación superior, hay dos cosas que parecen claras:

  • En el caso de las familias que están en los deciles de ingreso 7, 8 y 9 (3,3 millones de familias aprox.), los padres ya no podrán seguir aportando a la educación de sus hijos. Se acaba el copago.
  • Los estudiantes pagarán sus estudios una vez que estén trabajando, mediante un nuevo impuesto de hasta el 8% de sus ingresos, que será descontado directamente de su sueldo.
  • Entonces, en resumen, si hoy un estudiante del noveno decil, por dar un ejemplo, en un arancel de $500 mil mensuales, financiaba sus estudios con un CAE del 50% y un aporte de su familia del otro 50%, se endeudaba por $250 mil al mes. En el futuro tendrá que pagar los $500 mil completos a través del mecanismo de un nuevo impuesto.

4.- Ingreso disponible cada vez más chico. El punto de fondo es que con las reformas propuestas las nuevas generaciones tendrán un ingreso disponible significativamente menor que las generaciones que las precedieron.

  • Hagamos un cálculo simple, y dejando afuera el impuesto al trabajo. A los que hoy entran el mercado laboral, se les descuenta un 10% que va a la AFP, otro 7% para su sistema de salud y 3% para financiar el seguro de cesantía (un % lo paga el empleador). Eso suma 20%.
  • ¿Pero qué pasará en el futuro? A ese 20% queremos agregarle un 6% más de cotización previsional y un 8% de pago al FES como impuesto a sus estudios universitarios. Eso suma: 10+6 +7+ 3+8=34. Las nuevas generaciones partirán con una carga contributiva del 34%.
  • Podremos autoengañarnos diciendo que el 6% de cotización previsional extra lo va a pagar el empleador, pero todos sabemos que no es así y que tendrá un impacto inevitable en los salarios.
  • En resumen, tenemos que “sincerar” la discusión. En un país que no crece les estamos dejando a las futuras generaciones un ingreso disponible significativamente menor. En vez de apagar la “chispa”, seguimos echándole leña al fuego. (Ex Ante)

Joaquín Lavín