Cepal: una república independiente-Andrés Montero

Cepal: una república independiente-Andrés Montero

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Información de prensa reciente nos advierte que la Comisión Económica para América Latina, Cepal, ha iniciado importantes obras de ampliación en su sede de Vitacura. La casa matriz de Cepal está ubicada en uno de los terrenos más caros de Chile. Alberga a unos 500 empleados y a futuro albergará a muchos más. Un nuevo edificio de alto estándar tecnológico se construye actualmente con un costo de entre US$15 y US$30 MM.

Chile alberga actualmente a varias unidades de la ONU en la Cepal, siendo Santiago un hub regional relevante. Este organismo ha sido muy controvertido en términos de su real aporte a las economías regionales. En efecto, muchos se preguntan si los centenares de estudios producidos por centenares de profesionales de distintas diciplinas han tenido resultados positivos. La Cepal es como un laberinto, en que poco se conoce de su operatoria interna. No es fácil acceder a como se financia y cuánto aporta Chile y sus contribuyentes al total requerido para su operación. En lo que no hay dudas, es que este organismo internacional siempre ha sido sesgado ideológicamente, tanto en el tipo de funcionarios que laboran allí, como en las conclusiones de sus estudios.

Entre mayo de 1950 y julio de 1963 el secretario ejecutivo de Cepal fue el argentino Raúl Prebisch, quien fue un campeón del proteccionismo, de la sustitución de importaciones y de una serie de teorías económicas fracasadas en todo el mundo. Los cepalianos promovían la industrialización en América Latina ignorando los conceptos de ventajas comparativas y comercio exterior libre. Así los países se llenaron de fábricas ineficientes de todo tipo de productos, siempre subsidiados por el Estado de manera directa o por la vía de las tarifas y cuotas a la importación. No es coincidencia que Prebisch gobernó la Cepal 13 años, lo mismo que la mexicana Alicia Bárcena, quien, a través de una carta firmada por ella, el organismo regional expresó su profundo dolor por la muerte de Fidel Castro “uno de los gigantes de nuestra historia compartida”. “El rostro presente de nuestro continente lleva impreso en sus rasgos la huella de su presencia, el timbre de su voz, los colores de los sueños que animó”.

Bárcena, hoy canciller mexicana y ex embajadora de México en Chile expresó en Twitter sus condolencias, tras la partida del dictador. “Se ha apagado la vida fecunda de un gigante. Abrazo fraterno Raúl Castro y al pueblo cubano. Hasta la victoria siempre Comandante”. El lector podrá hacerse una idea de las siniestras manos en que estuvo la Cepal por más de una década. ¿Cuánta persecución ideológica interna hubo, para quienes no se cuadraban con la jefa? La Cepal ha sido también un receptáculo de funcionarios fracasados de distintos gobiernos, quienes encontraron en ese lugar, acogida y trabajo.

Las preguntas que nos hacemos los contribuyentes chilenos son innumerables. Algunas que surgen de inmediato:

1- ¿El extenso terreno de Vitacura paga contribuciones de bienes raíces?

2- El nuevo proyecto de construcción está sujeto a regulaciones y aprobaciones de la Dirección de Obras de la IM de Vitacura?

3- ¿Cuál es el aporte anual del Estado de Chile -o sea de los contribuyentes chilenos- a la Cepal?

4- ¿Cuántos trabajadores laboran la CEPAL y cuáles son sus mecanismos de contratación?

5- ¿Qué normas laborales se aplican a los funcionarios de Cepal

6- ¿Qué horarios de trabajo y salario tienen?

7- ¿Pagan impuestos los funcionarios de Cepal?

8- ¿Cuándo Chile donó el terreno a la ONU, se especificó si libremente podían anexar nuevos organismos al terreno cedido?

9- ¿Cómo afecta a la estética de la comuna la nueva construcción, considerando que hoy ahí se emplaza un edificio emblemático, diseñado por el arquitecto Emilio Duhart?

10- ¿Quién y cómo controla la efectividad y la necesidad de que la Cepal exista?

11- Cual es el organigrama de la Cepal y cuál es la trayectoria de quienes trabajan ahí? Es importante destacar que la Agenda 2030, el feminismo fanático, migración y derechos humanos, concentran los estudios de la Cepal.

A pesar de centenares de trabajos llevados adelante por “sesudos” funcionarios, Cuba, Venezuela y Nicaragua están cada vez peor y no vemos a la Cepal instalando sedes en dichos países. Haití no existe realmente para la Cepal. Un estudio cepaliano se llama: “Haití nos reta y nos compromete”, pero hasta ahí llegan. Nada concreto. Ellos prefieren la apacible Vitacura, llena de buenos restaurantes y de parques. Los resultados económicos de la región no serían peores si la Cepal no existiese. Los grandes beneficiados con su existencia son sus empleados, que viven en un mundo paradisíaco, con jubilaciones tempranas, buenos seguros y altos sueldos.

Sería importante que algún organismo estudie: ¿Cuánto dinero se ha gastado en Cepal? y ¿cuántas obras sociales reales su pudieron haber construido con ese dinero? La Cepal representa una burocracia monumental, financiada por millones de personas que no tienen acceso a sus resultados. La Cepal le debe una explicación a los chilenos y a los habitantes de América Latina. Nos esforzaremos pues, por presionar a los responsables para que “rindan cuentas”. Llegó la hora de la transparencia para Cepal. O promueven cambios sustantivos pronto, o los stakeholders los exigiremos. (El Líbero)

Andrés Montero