Aspiramos todos a que Chile transite de una buena vez la senda del desarrollo con inclusión y una mayor equidad. Crecer y prosperar no sólo es una aspiración innata del ser humano, sino también es la base del capitalismo. Sin embargo, últimamente suena inalcanzable.
Debemos reforzar nuestra apuesta como país para llegar a ser un país desarrollado. Mucho se hizo, mucho se perdió. ¿Seguiremos diciéndole no al progreso? El hombre se diferencia por su capacidad de progresar, innovar y desarrollar nuevas cosas, con lo cual negar esa posibilidad a los ciudadanos -sobre todo a nuestros niños y jóvenes- es inadmisible.
El escenario que hoy se vislumbra constituye un riesgo cierto para nuestra aspiración de convertirnos en un país desarrollado. Ello nos exige resolver una gran parte de los graves problemas que nos acucian de los cuales me referiré hoy, a la necesaria seguridad nacional.
Chile atraviesa una grave crisis de seguridad, cruzada por el aumento de uso de armas de fuego, la irrupción de una nueva delincuencia y el avance del crimen organizado. Tasas de homicidios en aumento. Factores como la presencia de carteles narcotraficantes, la desaceleración económica, el deterioro del poder estatal sumado a la falta de estrategias regionales contribuyen al actual escenario.
Un informe de la PDI, de julio de 2023, ya advertía las siguientes tasas de homicidios: 4,5 en 2018; 4,8 en 2019; 5,7 en 2020; 4,6 en 2021, y 6,7 en 2022.
En noviembre de 2023, el Ministerio Público -en coordinación con el Ministerio del Interior- creó un organismo especializado llamado Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH).
ECOH informó que desde el 13 de noviembre del 2023 hasta el 14 de enero de 2024, se han contabilizado 155 concurrencias a “sitios del suceso”, 104 homicidios y 216 víctimas de delitos ligados al crimen organizado.
Clapes UC realizó el estudio el “Costo Económico de la Delincuencia: Chile 2013-2022”, el que arrojó como principal conclusión que los gastos económicos asociados a la delincuencia han crecido un 94% (medidos en dólares de 2022) entre 2013 y 2022, siendo el sector privado el que más invierte. Dicho estudio advierte que como porcentaje del PIB los costos de la delincuencia subieron de un 1,4% en 2013 a un 2,0% en 2022 y si se incluyen algunos gastos relacionados con los delitos de cuello y corbata este porcentaje sube a 2,1% del PIB el 2022. Este costo, es cuatro veces el gasto en defensa, y similar a lo que el gobierno pretende recaudar con una reforma tributaria.
Este estudio es una estimación conservadora, dado que hay muchas cosas que no se pueden medir, como la inseguridad que lleva a no salir del hogar, a no usar el automóvil después de ciertas horas o inclusive el tratamiento del estrés que ocasiona vivir en un contexto inseguro y mucho mayor el de quienes sufren perdidas y vidas de familiares. Este contexto nos lleva a enfatizar la necesidad de contar con políticas de prevención y respuesta más efectivas en un contexto de percepción de violencia y victimización creciente
La semana pasada la Madre Rosa Helena Bahamondes denunció que dos religiosas fueron tomadas como rehenes en un asalto a la Congregación Hijas de San José, en la comuna de Santiago en un tremendo asalto en el convento del barrio de Yungay, diciendo: “Tuve que negociar nuestra propia libertad, nuestra propia vida”, agregando que “las víctimas son el patio trasero de la política y el gobierno”, marcan una triste realidad. Y así se suceden hechos delictivos cada día.
El Presidente Boric finalmente convocó al Cosena (Consejo de Seguridad Nacional), lo que ya la oposición venía solicitándole desde hace meses, con el rechazo de su coalición de gobierno, particularmente del Partido Comunista.
El Cosena está integrado por el Presidente, quien lo lidera, además de los presidentes del Senado, la Cámara de Diputados y la Corte Suprema. A ellos se suman los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, el general director de Carabineros y el contralor general de la República.
Es vital que Chile ponga freno a esta escalada que va en el camino de lo que ocurre en Ecuador, con graves consecuencias para el país.
La relación entre el desarrollo y la seguridad es estrecha e interdependiente, ya que el concepto de desarrollo alude al proceso de ampliación de las opciones de que disponen las personas, y la seguridad significa que éstas pueden ejercer tales opciones de forma libre y segura.
No hay desarrollo posible en estas circunstancias . Se puede resolver, sin duda alguna. Hemos perdido mucho tiempo ya que esto no es nuevo. ¿ Podremos ganar esta batalla ? No lo tengo aún claro. (El Líbero)
Iris Boeninger