Con la evidente inconveniencia de seguir y seguir escalando un conflicto que ya se propagó -como las crisis encadenadas del sector- al comité político de ministros en La Moneda luego de que el Caso Segundo Retiro (el de los fondos de pensiones) involucrara a los de Hacienda (Ignacio Briones), Defensa (Mario Desbordes) y Segpres (Cristián Monckeberg), los persistentes llamados de autoridades y parlamentarios a sofocarlo ahora parecen cruzarse con lo típico que ocurre en estos casos: hasta dónde las huestes de cada bando deben salir a defender a sus secretarios de Estado en estos lances intestinos.
Y eso es lo que está pasando en RN ante la figura de Monckeberg -dos veces expresidente del partido y aliado incondicional y mutuo con Desbordes-, sobre todo luego que Evópoli se indignara con ambos por las críticas cruzadas con Briones. Como en ese último partido ya contraatacaron para protegerlo, ahora la pelota está en la cancha del colectivo que dirige a punta de zozobras Rafael Prohens. Concretamente en su ya fracturada bancada de diputados, donde se debate si responder con una carta, declaración o nota firmada por todas y todos, o con una foto con el Segpres… con el riesgo de que eso solo consiga echarle más queroseno a la pira.
Como se sabe, el asunto escaló demasiado rápido ayer luego que los diputados leales al jefe de Defensa las emprendieran contra el de Hacienda, partiendo por eso del “ministro fantasma” de Camilo Morán (exjefe de gabinete de Desbordes y su reemplazo en la Cámara), y siguiendo con el “ha cometido muchos errores, tratemos de ayudarlo, le faltan dedos para el piano” del también diputado Jorge Durán. Como después el vicepresidente Evópoli Francisco Undurraga le enrostró a Morán que “fue nombrado a dedo” y “que al menos tiene que venir al Congreso”, palabras sacan palabras y ahora el aludido se la tomó personal y piensa seguir en la sección Hora de Incidentes de alguna de las próximas sesiones de sala.
Todo esto, mientras en los últimos días esta pugna enfureció a Evópoli. Ayer hubo voces que bregaban por reclamar oficial y directamente ante el Presidente Sebastián Piñera por el cometido de Monckeberg (como dicen en la UDI que en su momento hizo su jefa Jacqueline van Rysselberghe), cosa que decían no querían hacer. En ese partido, como en el gremialista, hubo quienes pensaban que el Segpres estuvo a punto de caer junto con Víctor Pérez, pero como no pasó, con lo de Briones apostaron de nuevo. ¿Resultado? Se volvió tema en el gobierno y Chile Vamos si esto se terminará acaso con la salida de algún ministro -léase Monckeberg o Briones- en un momento bastante poco oportuno para el sector.
El asunto es que ahora en Evópoli, donde no hay quien lea que los ministros de Segpres y Defensa juegan hombro con hombro en todo esto, no han despejado prístinamente si esa gestión se hizo o no. Recién pasado el mediodía de hoy han asomado voces en ese partido que aseguran que no se ha pedido una cita con el mandatario. Pero como ya rompieron lanzas por Briones, ahora la cuestión es qué hace RN con Monckeberg.
En ese mar de dimes y diretes fue que el asunto se tomó ayer la bancada de diputados de RN, la que -recordemos- está fracturada hace meses entre desbordistas y antidesbordistas, cruzados por la pugna entre el Apruebo y el Rechazo, por el control de la directiva y la fecha de las elecciones, y por la candidatura para las primarias de Chile Vamos (los adversarios del jefe de Defensa quieren instalar a Sebastián Sichel). Por un lado, Desbordes y Monckeberg gastaron ayer parte de sus horas ministros en calmar a su gente y que no escalen más el asunto. El primero ha pedido que si defienden a su socio, no lo hagan haciendo nada que se lea como una agresión a Briones.
Todos esto, mientras ayer colisionaban señales contradictorias. Por un lado el jefe de diputados Sebastián Torrealba jugó la ficha de la “vocería de la unidad” junto a sus pares Luciano Cruz-Coke (Evópoli) y María José Hoffmann (UDI). Pero durante la misma tarde Prohens salió a defender con todo a Monckeberg con eso de “el jueguito de pegarle a los ministros RN debe terminar aquí y ahora”. En Evópoli hubo gente que leyó esto así: que más que ayudarlo, lo perjudican al colocarle demasiados halógenos encima.
Y eso parece que es lo que estaría frenando la idea que discurrieron ayer leales al tándem, como los diputados Frank Sauerbaum y Francisco Eguiguren, conversando con el resto de los diputados del partido. Divididos y todo, tienen en común un canal de mensajería celular llamado “En Votación” -dicen- que sí los reúne a todos. Y por ahí, cuentan, se desgranó un largo intercambio en la tarde de ayer. Claro que también hubo minidiscusiones entre legisladores rivales de muy distinto nivel argumentativo.
La cuestión es que mientras diputados como Diego Schalper proponían una conversación seria de toda la bancada acerca de la relación con el gobierno -a raíz de las críticas a Briones- Sauerbaum y Eguiguren pidieron cerrar filas con Monckeberg. Se plantearon ideas como cartas, declaraciones firmadas por los 36, o una foto; hubo diputadas y diputados que apoyaron la idea. También gente que fue más allá y pidió “mostrar los dientes», y que no pueden quedarse de brazos cruzados si Evópoli no lo hizo.
Discusiones de más o de menos, los adversarios de la dupla ministerial estarían de acuerdo en plegarse a un gesto así -no con mucho entusiasmo- entre otras cosas porque se vería muy feo y porque toda esa bancada fue electa bajo el mando de los dos secretarios de Estado. Pero entre los mismos promotores admiten tener dudas de si el pretendido gesto podría perjudicar al Segpres en vez de ayudarlo.
La idea no parece convencer ni a Monckeberg ni a Desbordes. El protagonista de esta nota, aunque agradecido por el respaldo, habría pedido no subir más cambios ante el riesgo de que se lea como otro choque con Briones. El segundo tampoco está de acuerdo en agravar la situación; es de la tesis que no se debería haber disparado contra otros ministros. Pesa en contra también que el Segpres podría quedar más expuesto, y además que algunos temen que se lea como un ministro débil que necesita precisamente este gesto. En La Moneda hay voces que afirman que esta intentona ha sido “desactivada”.
Lo que sigue sin respuesta es la duda de si el Segpres saldrá o no del gabinete, aunque sea para competir en las elecciones que vienen.
Y lo que sí advierten con energía en su bando y sus leales es que, si Monckeberg termina cayendo a raíz de esta crisis, el asunto se pondrá azabache porque entonces ni él ni Desbordes podrán -sostienen- seguir frenando ni conteniendo a sus diputados ante cualquier riña con sus socios de coalición. (La Tercera)