Ya se hizo oficial: la economía de China creció a su ritmo más lento de los últimos 25 años según los datos publicados este martes por la oficina estadística de Beijing. Esto aumenta la presión para hacer frente a los temores de una desaceleración prolongada y obliga a poner muchos resguardos para aliviar el miedo que afecta a los mercados globales.
Lo de China bien puede ser la tercera oleada de la crisis por el alto endeudamiento privado que enfrenta el gigante asiático desde el año 2009. La banca en la sombra ha crecido a niveles exponenciales y más de 6 mil bancos subterráneos (que en 2008 no existían) pueden provocar el nuevo tsunami financiero global.
Según las cifras oficiales, el crecimiento anual de 6,9% estuvo apenas por debajo de las expectativas del gobierno fijadas en 7%. En los últimos tres meses del año el crecimiento del PIB fue de 6,8%, una décima menos que los tres meses previos y dos décimas menos que el primer y segundo trimestre del año. Sin embargo, el PIB nominal estuvo por debajo del 6 por ciento y fue el más lento de los últimos 30 años.
Puede parecer curioso que el PiB nominal esté por debajo del PiB real, cuando por lo general es al revés. Pero existe una razón: la deuda ha crecido al doble de la tasa de crecimiento del PIB oficial mientras la inflación se ha hecho negativa, esto hace que el deflactor sea mayor. Por lo mismo, gran parte de los nuevos préstamos no se dirige a estimular la economía sino a pagar los préstamos viejos. Es el triste círculo vicioso de la deuda en que ha entrado China, y del cual, como todas las adicciones, se hace difícil salir. El hecho de que el PIB nominal sea menor al PIB real indica la aceleración de los precios negativos. Hay deflación para rato.
Este es el tercer trimestre consecutivo en que el deflactor de precios es negativo en China. El estallido de la burbuja inmobiliaria ha arrastrado a todos los sectores creando una crisis de sobreproducción que golpea a la industria y los servicios. La caída del deflactor en los últimos cuatro años puede estar camuflando el verdadero crecimiento de China: en torno al cero por ciento, como indica esta gráfica de The Wall Street Journal. Por algo hay tanto nerviosismo en los mercados.
Sin embargo, cuando contemplamos el incremento de la deuda privada para el período 2009-2014 quedamos atónitos y con razón:
China y Hong Kong son los países en que más aumentó la deuda privada en los últimos siete años. A niveles del 80 y el 100 por ciento del PIB.
Con precios a la baja y estancamiento económico los países más endeudados son los que más sufren las crisis financieras, como quedó demostrado con Europa y Estados unidos en 2008. Ahora, siete años después, estamos frente a frente al tercer tsunami de la crisis y esta vez directamente de China.