Israel ha movilizado a cerca de 350.000 reservistas. Una parte del Ejército está en la frontera con el Líbano y otra, en la de la Franja de Gaza. El objetivo de la esperada incursión terrestre es desbaratar Hamás, calificada como organización terrorista por Alemania, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países.
Michael Milshtein, exintegrante del servicio de inteligencia militar israelí y actualmente investigador del Centro Moshe Dayan de la Universidad de Tel Aviv, no ve alternativa a ese paso. «Hamás siempre ha formulado muy claramente sus objetivos: fomentar la yihad y eliminar a Israel. Nunca ha considerado una mejora económica como un logro estratégico y siempre ha anunciado una futura ofensiva contra Israel”, dice a DW el experto israelí.
EVITAR UN VACÍO DE PODER
Pero, desde ya, se plantea una pregunta: ¿cómo habría de administrarse políticamente la Franja de Gaza tras la destrucción que persigue Israel de Hamás y sus estructuras terroristas? Los israelíes aún no han dado una respuesta oficial. Tampoco se puede prever si esta vez lograrán desactivar por completo a Hamás.
Pero algo es evidente, según Milshtein: no puede haber un vacío de poder. «Un rápido repliegue tras la destrucción del régimen de Hamás produciría un vacío, que sería llenado por la anarquía y grupos islamistas radicales”, dice.
En tales circunstancias, ¿qué forma podría tener un nuevo orden en la Franja de Gaza? Milshtein ve varias opciones, pero considera que todas son problemáticas. Stephan Stetter, politólogo de la universidad de la Bundeswehr, de Múnich, también lo ve así.
Un posible escenario sería que Israel volviera a controlar militarmente la Franja de Gaza, como hasta 2005. Sin embargo, semejante paso podría provocar una nueva resistencia militante. Además, tendría consecuencias fatales para el equilibrio regional, dice Setter a DW.
«Habría en Israel voces que abogarían por volver a poner asentamientos en la Franja de Gaza. Y eso sería agua para los molinos de aquellos que quieren azuzar y mantener este conflicto palestino-israelí”, advierte.
Además, una fuerza de ocupación tiene también obligaciones con la población del lugar, por lo menos teóricamente, de acuerdo con el derecho internacional. «Esa tarea tendría que asumirla entonces principalmente el propio Israel. Y eso superaría financieramente las posibilidades del país”, estima Setter.
En su opinión, probablemente Israel no podría imponer una nueva ocupación si se oponen sus aliados occidentales. Además, tal paso también perjudicaría notablemente las relaciones de Israel con los países árabes con los que ha sellado acuerdos de paz o proyecta hacerlo. «Por eso lo considero improbable”, explica Setter.
Escenario 2: gobierno de la ANP
Una alternativa sería que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) retornara a la Franja de Gaza y la administrara. Ese plan tiene sobre todo un punto débil, según el experto israelí Milshtein: la ANP, liderada por Mahmud Abbas, actúa como gobierno en la Cisjordania, pero de facto solo controla una pequeña parte.
La ANP y Fatah, el partido de Abbas, que la domina, son en efecto muy impopulares en Cisjordania. Ha habido reiteradas protestas populares en su contra, por corrupción e ineficacia, y se le reprocha también falta de legitimidad. Las últimas elecciones presidenciales tuvieron lugar en 2005.
Stephan Setter menciona un problema adicional: si la ANP volviera a la Franja de Gaza tras un triunfo de Israel sobre Hamás, algunos podrían considerar que tomó el poder a costa de las víctimas de la guerra.
Escenario 3: Administración civil palestina mixta
Una opción mejor, pero a la vez más difícil, sería una administración civil palestina mixta, a juicio de Milshtein. Esta se compondría de diferentes representantes de la sociedad civil palestina, entre ellos alcaldes, y tendría estrechos lazos con la ANP.
El experto piensa que semejante modelo podría ser respaldado, por ejemplo, por Egipto, Estados Unidos, Arabia Saudita y los Emiratos árabes Unidos. Sin embargo, habría que contar con que la estabilidad de ese orden no fuera de larga duración. «Pero sería mucho mejor que las demás alternativas”, opina.
Escenario 4: Administración de la ONU
Teóricamente, también la ONU podría asumir la administración de un territorio tras la derrota de una de las partes en conflicto, dice Stephan Setter, remitiéndose a precedentes como los de Kosovo o Timor Oriental.
«Pero eso no es realista en la Franja de Gaza”, opina. Argumenta que un eventual papel destacado de Estados occidentales podría ser visto en forma muy crítica. Además, se plantearía la difícil cuestión de lograr un mandato de la ONU.
Escenario 5: Administración de Estados Árabes
Stetter preferiría otro escenario, en que Estados árabes podrían asumir la administración de la Franja de Gaza, en alianza con la ANP. «Eso podría corresponder, también por otros motivos, al interés de algunos Estados árabes: aquellos que tienen fuertes reparos contra la Hermandad Musulmana, cuya vertiente palestina es Hamás. Egipto ha actuado contra la Hermandad Musulmana, y en Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos ese grupo es combatido”, apunta.
En opinión de Setter, se requeriría unir fuerzas, «también en colaboración con Occidente y la ONU». Aparte de respaldo político, sería necesario flanquear económicamente un modelo como este que, a su juicio, no solo ofrecería una perspectiva a los palestinos, sino también mayor seguridad a Israel. (DW)