Un equipo de la Universidad de Georgia manipuló los genes de lagartijas anolis, comunes en el Caribe, para obtener ejemplares albinos, según un estudio que publica este martes (27.08.2019) la revista Cell Reports. El propósito de este ejercicio de ingeniería genética, según Doug Menke, profesor asociado de la Universidad de Georgia, es el estudio de las funciones genéticas en sí y, en última instancia, el posible traslado de esa «edición» a otros animales.
Los investigadores consiguieron emplear el método CRISPR-Cas9 de edición genética, ya utilizado recientemente en ratones, plantas e, incluso, humanos, por el cual pueden modificarse los genomas de organismos vivos y que habitualmente consiste en la inyección de reagentes en los óvulos recién fertilizados o en zygotos monocelulares. Hasta ahora no se había podido utilizar en animales que ponen huevos ya que, como las lagartijas, habitualmente los fecundan internamente.
«Dado que inyectamos los huevos no fertilizados, pensábamos que podríamos llevar a cabo la edición de genes solo en los alelos heredados de la madre. No hay ácido desoxirribonucleico (ADN) del padre en esos huevos no fertilizados», explicó el investigador. Los científicos tuvieron que esperar tres meses hasta que las crías de lagartija salieran del cascarón y luego comprobaron que casi la mitad de las lagartijas mutantes tenían cambios genéticos tanto en los alelos maternos como en los paternos.
Eligieron esta variación genética porque no tiene consecuencias letales para los animales y, además, servirá para investigar cómo el albinismo afecta a la retina. «Los humanos y otros primates tienen en el ojo una característica llamada fovea, que es una estructura en la retina con una función fundamental en la agudeza de la visión», añadió. «La fovea -explicó el investigador-, está ausente en los sistemas con modelos mayores, pero está presente en las lagartijas anole, ya que estos reptiles dependen de una visión muy aguda para capturar insectos». (DW, efe/afp)