El documentado trabajo del profesor Jaime Arancibia ayuda a desmitificar una consigna bastante extendida en el marco del proceso constituyente. En efecto, la edición histórica publicada junto a “El Mercurio” del domingo revela que alrededor del 45% del texto constitucional vigente se origina desde 1989 en adelante. Luego, la Constitución que hoy se cuestiona no es simplemente aquella impuesta por el régimen de Pinochet, sino más bien el fruto de la evolución democrática del Chile posdictadura.
Se trata, así, de un respaldo empírico a la interpretación según la cual la Carta que nos rige puede ser considerada la Constitución de la transición, pues en muchos sentidos refleja y simboliza los acuerdos políticos de las últimas décadas. Nada de esto implica una solución ni una posición determinada ante el debate constitucional. Sin embargo, los protagonistas de la transición pactada y sus herederos debieran advertir que el ocaso de la Constitución actual es el ocaso de su legado, por más que se resistan a reconocerlo como tal. (El Mercurio Cartas)
Claudio Alvarado R.
Director ejecutivo IES