Quedan sólo diez días para que se inauguren los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y ya hay el primer escándalo. Y no tiene que ver con los casos de doping de los rusos, sino que con las deficiencias que tiene hasta la fecha la Villa Olímpica. De hecho, ya son once las delegaciones que han levantado la voz y han hecho pública su disconformidad con las instalaciones.
Es más, hay dos países, Australia y Argentina, que ya han amenazado con no alojarse ahí y buscar arriendos en departamentos cercanos. Las críticas radican en problemas de electricidad, cortes de agua, de gas e incluso con suciedad. Por ejemplo, los primeros miembros de la delegación española, que llegaron el pasado viernes a Río, también se han visto afectados. «Hay apartamentos con fugas de agua que cuando llegamos tenían un buen charco en el suelo y en algunos no salía el agua caliente. Entendemos que será porque el calentador no estaba bien configurado. Las cisternas no cargaban, pero eso es normal cuando no se han usado nunca antes», explica a Marca Cayetano Cornet, el jefe de la expedición española.
Mientras que el Comité Olímpico argentino reclama que «los departamentos están terminados por afuera, pero cuando se comenzaron a probar se encontraron problemas con plomería y electricidad, que sería el final de obra. En nuestro edificio tenemos cinco pisos y dos no pueden ser habitados. Estamos contratando departamentos fuera de la Villa y vamos a mover al personal técnico para privilegiar a nuestros atletas. Río dice que lo va a terminar, pero nosotros no podemos correr ningún riesgo. Uno de los edificios nuestros es el más afectado, como le pasó a Australia. Las instalaciones del fútbol están bien». Incluso, algunos países, como Italia, han decidido contratar por su cuenta a electricistas y albañiles para que reparen los problemas de sus departamentos. Además de Australia, Argentina, Italia y España, también han tenido problemas Alemania, Brasil, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Japón, Bélgica y Holanda.
Hasta ayer lunes, 19 de los 31 edificios de la Villa Olímpica de Río de Janeiro no habían pasado aún el test de habitabilidad, según reconoció la organización de los Juegos Olímpicos. Ante esto, el director de Comunicaciones del Comité de Río 2016, Mario Andrada, explicó que «tenemos 630 hombres trabajando 24 horas al día para arreglar los problemas en la Villa Olímpica y poder entregarla de forma impecable antes del final de semana, probablemente el jueves».
Chilenos sin mayores problemas Ya son cinco los deportistas chilenos que están alojándose en la Villa Olímpica
de Río de Janeiro: La tiradora skeet Francisca Crovetto, la levantadora de pesas María Fernanda Valdés, el ciclista José Luis Rodríguez y los voleibolistas de playa Marco y Esteban Grimalt. Y ellos dicen no tener mayores inconvenientes con las instalaciones que la organización les ha proporcionado. Sólo casos puntuales que no merece pasar a reclamos. «Hay piezas con problemas en nuestro edificio por lo que cortan el agua en la torre para arreglar cosas puntuales pero solo por momentos», cuenta a Emol desde Brasil Marco Grimalt. Otro miembro de la delegación, que pidió no ser identificado, agrega que «a mí me tocó una pieza ‘piola’. O sea, igual faltan algunos detalles, pero nada muy grave».
Agencias