“No queremos nunca más universidades chantas”, fue la frase que utilizó hoy la ministra de Educación, Adriana Delpiano, para resaltar la importancia de la reforma a la educación superior que quiere impulsar el gobierno, y que según dijo ingresaría al Congreso en marzo.
Delpiano afirmó que “con eso cerramos el ciclo de grandes reformas que este gobierno planteó: educación parvularia, educación básica, nueva educación pública, política de educación técnica profesional y carrera docente como la gran inyección a la vena de la calidad, mejores profesores, mejores pagados, con mejores universidades, que se hacen cargo de formar a los alumnos”.
Y en ese contexto, planteó, “lo voy a decir con todas sus palabras: no queremos nunca más universidades chantas; sino universidades de calidad, que no lucran, que hacen una oferta educativa en la que la familia puede confiar a dónde va a mandar a su joven brillante a formarse”.
«¿A qué se refiere la ministra con universidades chantas?» fue la pregunta que surgió entre varios rectores tras las declaraciones de Delpiano. Para algunos la crítica apunta a la Universidad del Mar, pero también hay voces que piensan que la frase estaba dirigida a un grupo de universidades privadas sin acreditación o con pocos años de certificación.
Otras autoridades, en cambio, señalan a las universidades estatales que tienen tres años de acreditación: U. de Los Lagos, U. Tecnológica Metropolitana (Utem) y U. Arturo Prat.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la U. Católica, Daniel Gedda, dijo que “me parece positivo que el Estado reconozca que hay universidades de mala calidad, aunque es bastante tardío su reconocimiento. Esto demuestra que hay que escuchar más al movimiento estudiantil, porque llevamos años denunciando esto”.
Para el rector de la U. Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, “si por chanta se refiere a instituciones con menos años de acreditación, entonces la chantería está en todas partes y en universidades incluso públicas, que recibiendo millonarios aportes del Estado, no logran tener calidad”.
En tanto, su par de la U. del Desarrollo, Federico Valdés, sostuvo que “yo me imagino que se refiere a las que no cumplen con estándares de calidad mínimos. Si uno mira la estadística ve que hay universidades sin acreditación o con acreditación muy baja entre las privadas, pero también en el Cruch”. Y añadió que “comparto el propósito de la ministra de querer que las universidades chilenas sean de calidad y que den tranquilidad a las familias que confían en ellas, pero lamentablemente el borrador de proyecto de ley que ha circulado hasta ahora no está enfocado en la calidad, ni en la libertad de enseñanza, que son esenciales para tener un sistema universitario en el que todos podamos confiar”.
El rector de la U. Andrés Bello, José Rodríguez, enfatizó que “no me siento aludido por sus palabras” y fue crítico con la ministra señalando que “si existen esas universidades chantas de las que habla la ministra es una falla del Estado, que debe regular el sistema y ayudar a todas las instituciones para que tengan calidad”.
El rector de la U. Santo Tomás y presidente de la Corporación de Universidades Privadas (CUP), Jaime Vatter, dijo que “si la ministra dice que hay universidades chantas, el problema es de las instituciones que tienen que supervisar a esos planteles, como la CNA, entonces les preguntaría a ellos qué pasa”.
Desde el Consejo de Rectores (Cruch) rechazan cualquier intento por cuestionar la calidad de los planteles que lo integran. El vicepresidente y rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, afirmó que “el adjetivo ‘chanta’ tiene una periferia de significación muy amplia. Uno podría acotar su sentido para predicarlo sobre aquellas universidades que no están acreditadas y a aquellas dedicadas al comercio educacional. En tal sentido no se aplica a ninguna universidad del Consejo de Rectores”.
Mientras, el rector de la U. Católica del Maule, Diego Durán, planteó que “nadie en el país quiere universidades que no respondan a la calidad que necesita la ciudadanía, se debe fortalecer la institucionalidad para que eviten que esto pase. El mismo Estado ha permitido que ocurran casos como el de la U. del Mar”. Y agregó que para evitar que existan universidades de mala calidad “se requiere un gran acuerdo nacional sobre la educación superior más allá de ideologismos”.
En tanto, el rector de la U. de Talca, Alvaro Rojas, manifestó que “creo que la expresión de la ministra se refiere más al aspecto comercial de algunas instituciones que al académico”.
