El último Informe de la Fiscalía Nacional da cuenta de cómo ha crecido el delito de secuestro, en comparación a otras tipologías delictuales.
En la última década ha habido un alza de un 136% en la cantidad de secuestros cometidos; es más, del 2021 al 2022, se produjo un alza del 68% en este tipo de delitos.
En Pauta de Análisis de Radio Pauta, Daniel Johnson, director ejecutivo de Paz Ciudadana, se refirió a la realidad delictual en la que se encuentra el país, a la penetración del crimen organizado y a las medidas que deben implementarse.
Al respecto, y según los datos del departamento de la unidad de estudios de la Fiscalía, “el 27% de los secuestros están relacionados con el crimen organizado, con alta participación de extranjeros y altísima concentración de este delito en el norte y en la Región Metropolitana”.
En relación a los tipos de secuestros, Johnson explicó que “cualquier secuestro es igual de grave, pero cuando está relacionado con crimen organizado se puede prever una metodología utilizada para conseguir recursos. Una misma organización puede cometer muchos casos y durante mucho tiempo, a diferencia de los secuestros en el ámbito familiar”.
El director ejecutivo de Paz Ciudadana explicó que “existen tres tipos de secuestros que distingue el informe: secuestros extorsivos; secuestros que están relacionados con otros delitos, y el tercer caso es aquel que tiene que ver con ajuste de cuentas entre bandas. El que lidera las cifras es el que está relacionado con otros delitos”.
Daniel Johnson fue enfático en afirmar que “la situación del crimen organizado en Chile está creciendo” ya que “hay indicios en muchos indicadores delictuales tales como homicidios, imputados conocidos y desconocidos; vehículos desaparecidos y presencia de armas de fuego”.
Asimismo explicó que dentro de la población migratoria, “hay personas que vienen a cometer delitos”, y ” si pensamos que son adultos que iniciaron sus carreras delictivas de manera temprana y en otros países, no tiene sentido pensar en prevención, por lo tanto, tenemos que mejorar el sistema de persecución penal”.
En relación a los efectos que pudo haber tenido la pandemia, Johnson dijo que “si bien no hay evidencia totalmente comprobada, “se piensa que el cierre de fronteras permitió iniciar un negocio de tráfico de personas, principalmente en el norte, y eso hizo que quienes las traficaban, y que ya cometían delitos, se transforman en trata de personas, en comercio sexual y luego en extorsión”.
TRABAJO DE FISCALÍAS
Destacó que “para que las organizaciones delictuales se instalen en un país se necesitan tres cosas: estar ocultos de las policías y por lo tanto, que el sistema de persecución no funcione; realizar reclutamiento de jóvenes, y por eso “la prevención es tan relevante” e involucramiento de funcionarios en organizaciones delictuales, ya que “para crecer una organización delictual se necesita corromper el estado” aunque en Chile el nivel de corrupción es bajo.
En este sentido, para combatir de manera eficaz es necesario que existan “fiscalías más especializadas con una fiscalía supraterritorial es fundamental debido a que los delitos no ocurren en una sola región, necesitamos perseguir a la organización, no solo a la persona que cometió el delito”.
