Debe renunciar

Debe renunciar

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La trastada que le hizo la DC a su candidata presidencial es solo comparable con la operación que ocurrió en el PS para deshacerse del ex presidente Lagos. La senadora Goic había planteado toda la semana que no era sostenible la candidatura a la reelección del diputado Ricardo Rincón y la junta nacional simplemente ignoró su pedido. Su propio partido consideró que salvar la lista parlamentaria, y en especial al diputado por la Región de O’Higgins, era más importante que el honor de la candidata.

Para Carolina Goic, la única salida posible es renunciar cuanto antes a la candidatura. Seguir bregando con un partido que la desconoce y que, si es necesario para salvar su votación parlamentaria, volverá a humillarla, solo traerá más daño a la carrera política de una de las mejores senadoras que ha tenido la DC en su historia. Por otro lado, su renuncia podrá ser vista como un sacrificio en la lucha contra la violencia de género, tema muy encendido en la agenda por el increíble fallo de la Corte Suprema sobre el agresor de Nabila Rifo y el éxito comunicacional de la campaña #Niunamenos.

Ante una humillación del mismo calibre en el PS, el ex presidente Lagos no dudó en renunciar, y como si fuera el padre de Hamlet, su fantasma político acosa a quienes hicieron la operación para sacarlo de la contienda presidencial. Una bajada de Goic con los consiguientes costos para la DC tendrá el mismo efecto. Y paradojalmente, estando fuera de competencia, tendrá más apoyo en las encuestas.  Este puede ser el hito necesario que le dé emoción a su candidatura.

Lo ocurrido el fin de semana muestra que la verdadera motivación de la otrora poderosa Nueva Mayoría es salvar los muebles en la elección parlamentaria y dejar la presidencial en un segundo plano. En las conversaciones de pasillos y cafés, se asume que Piñera ya tiene listo el retorno al gobierno y que para capear el largo invierno que viene fuera del poder, el Parlamento es un buen refugio.

El cambio al sistema binominal a uno proporcional, que debiera haber calmado las guerras internas dentro de los partidos, en realidad las ha puesto más violentas. Recuerda al Renacimiento, donde el descubrimiento de nuevas tierras desató una serie de conflictos entre las potencias a niveles no vistos anteriormente. El temor a quedarse fuera ha desatado los peores demonios en los partidos, que se mantienen unidos solamente por la ley antidíscolos que impide a esta altura postular fuera del cupo partidario.

En esa guerra, los candidatos presidenciales de la Nueva Mayoría se han vuelto intrascendentes. Hace pocas semanas, el senador Guillier pidió que se llegara a un acuerdo parlamentario entre los partidos que lo apoyan y la DC, previendo que necesitará a estos últimos en una segunda vuelta. Sin explicación alguna, simplemente lo ignoraron. El episodio Rincón es manifiesto de este mismo fenómeno y, ante esto, a Carolina Goic le queda una sola bala para imponerse: su propia renuncia. (La Tercera)

Carlos Correa

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