El legislador de Buenos Aires Gustavo Vera denunció por enriquecimiento ilícito al ex director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia argentina, Antonio «Jaime» Stiuso, en el centro de la polémica por su vinculación con el fallecido fiscal Alberto Nisman.
La denuncia del parlamentario alcanza a otros cuatro agentes del servicio secreto y los acusa de enriquecerse y blanquear dinero a través de siete empresas, lideradas por American Tape, que crearon mientras trabajaban en la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Vera, fundador del bloque «Bien Común», consideró «incontestable» que estos agentes de inteligencia sean dueños, directivos o fundadores de esas compañías. Además, sostuvo que con un «modesto» sueldo de 15.000 pesos mensuales (unos 1.700 dólares) es «absolutamente imposible» que los denunciados puedan justificar la composición de su patrimonio.
Según el legislador, que ha presentado ya tres denuncias contra la Secretaría de Inteligencia, el capital de American Tape pasó en 2013 de 6.000 pesos (unos 690 dólares) a 6 millones de pesos (690.000 dólares). Vera también denunció operaciones ilícitas en el aeropuerto de Ezeiza, donde Stiuso y otro de los agentes denunciados tenían un control operativo «bastante importante» y pudieron caer en tráfico de influencias y cohecho.
La denuncia es consecuencia de una investigación de la Fundación Alameda, que también dirige Vera, sobre una red de trata de personas atribuida al ex agente Raúl Martins, relacionada con varias compañías interconectadas por sus domicilios y su personal directivo, en el que figuran otros miembros del servicio secreto. La denuncia coincide con la conmoción política provocada en Argentina por la muerte del fiscal Alberto Nisman, que falleció en su casa de un disparo en la cabeza, en circunstancias sin aclarar, el pasado 18 de enero. Nisman murió un día antes de comparecer ante el Congreso para detallar una denuncia contra la presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de los sospechosos iraníes del ataque terrorista contra la mutual judía AMIA, que dejó 85 muertos en 1994.
El Gobierno afirma que Nisman, fiscal de la causa AMIA, mantenía una estrecha relación con Stiuso y recibía información del ex jefe de la Inteligencia, relevado de su cargo el pasado diciembre.
La presidenta argentina sostiene que la muerte de Nisman forma parte de una confabulación para desestabilizar a su Gobierno orquestada por un sector de los servicios de Inteligencia. Pese a los comentarios del Gobierno, la fiscal que investiga la muerte de Nisman no ha citado a declarar a Stiuso. Antonio Stiuso, conocido como «Jaime», se inició en los servicios secretos durante la dictadura argentina (1976-1983) y se labró una carrera ascendente con los sucesivos gobiernos democráticos. Fue el fallecido ex presidente Néstor Kirchner, esposo de Cristina Fernández, quien le presentó a Nisman para que colaborara con el fiscal en la investigación sobre el atentado contra la AMIA.
La firma del acuerdo de entendimiento con Irán, en 2013, supuso un quiebre en las relaciones de Nisman y Stiuso con Cristina Fernández, ya que ambos sostenían que el atentado fue perpetrado por terroristas iraníes. Tras el escándalo que ha puesto en el ojo del huracán a los servicios secretos, Fernández anunció la disolución de la Secretaría de Inteligencia y su sustitución por una Agencia Federal de Inteligencia (Emol-Agencias)