Es martes en la tarde y el presidente de Renovación Nacional, Mario Desbordes viaja desde Valparaíso a Santiago. Dentro de la crisis que vive el país, mantiene su tono calmado. Y más aún con lo que minutos antes había pasado en la Cámara: el diputado de su colectividad, Diego Paulsen, fue electo para liderar la testera.
Pero su mirada es a largo plazo. En conversación con El Líbero plantea la necesidad de hacer «una mesa amplia de trabajo para lograr un pacto social nuevo». Sostiene que post crisis del coronavirus, se debe generar una instancia para «pensar en Chile los próximos diez o veinte años».
El líder de RN aborda también la situación política actual del país. Valora la labor del gobierno tanto en materia sanitaria como de coordinación política. Y destaca liderazgos que han emergido de esta pandemia, como el de la subsecretaria de la Prevención del Delito, Katherine Martorell, el de la subsecretaria de Salud, Paula Daza, y la vocera de gobierno, Karla Rubilar. En la oposición subraya el rol del diputado Juan Luis Castro (PS) y de la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches,
-¿Qué le parece el triunfo del diputado Diego Paulsen para presidir la Cámara de Diputados?
-A pesar de que lo más probable es que la oposición vete el resultado -porque son mayoría-, es algo simbólico y demuestra la división que tienen ellos.
Quiero felicitar a la nueva mesa directiva de la @Camara_cl. En especial al nuevo presidente @diegopaulsen, gran orgullo para @DiputadosRN y su casa @RNchile,
y a mi amigo @Panchoundurraga y Rodrigo González como vicepresidentes. Mucho éxito, harto por hacer desde el Congreso.
-A un mes de la llegada del coronavirus a Chile, ¿cómo ha visto el actuar del gobierno durante la crisis?
-El gobierno ha hecho un muy buen trabajo desde el punto de vista de salud y también desde la coordinación política. Las dudas que había del equipo político, creo que por lo menos en este episodio espero que se hayan despejado. He visto bien instalados a los ministros del comité político, bien coordinados con el ministro de Hacienda. El balance es positivo para el gobierno en general, desde lo político, lo económico, las medidas adoptadas, y también en lo sanitario
-¿Y eso usted cree que es lo que reflejan las encuestas?
-Lo reflejan las encuestas, pero si el Presidente estuviera pendiente de las encuestas, obviamente que estaría tomando las medidas que son más populares -probablemente aquellas que están siendo pedidas por la calle-, y varias veces ha optado por cosas distintas a lo que pide la gente, Twitter, sabiendo que está actuando en lo correcto y yendo muchas veces contra la marea.
-Usted fue uno de los pocos que lo defendió abiertamente tras sacarse una foto en Plaza Baquedano, ¿por qué?
-Creo que se hizo un escándalo completamente artificial, pero lo más importante es que yo no voy a permitir que un sector político pretenda erguirse como el dueño de definir quién entra o quién no entra a la plaza. Eso no es democrático y no lo podemos tolerar. Y además creo que no merecía las descalificaciones que recibió.
-A partir de la crisis del Covid-19, ¿qué nuevos liderazgos tanto del oficialismo como de oposición han surgido en este mes?
-No hay duda que Katherine Martorell ha demostrado un liderazgo muy potente. Es una mujer joven que ya se había destacado en el área de prevención del delito. También la subsecretaria de Salud Paula Daza ha sido para muchos un descubrimiento. Los que la conocíamos sabíamos de su calidad profesional y técnica. Creo que también la ministra Rubilar lo ha hecho muy bien -aunque todos sabemos lo que ella es capaz de hacer-, sin dejar de mencionar que el ministro Mañalich ha hecho bien su trabajo y ha cumplido el rol que le corresponde como ministro de salud.
-¿Y por parte de la oposición ha visto algunos parlamentarios más dialogantes durante ese tiempo?
–La oposición en general ha estado un poco al debe en el diálogo durante este período de pandemia, pero de todas maneras ha habido parlamentarios que han estado dispuestos a conversar y a trabajar en conjunto con el gobierno. Un ejemplo ha sido Juan Luis Castro que fue presidente del Colegio Médico y la presidenta actual del gremio, Izkia Siches, también ha tenido un protagonismo importante. No hay duda de que pertenece a la oposición, pero creo que en general ha estado bien a la altura, ha sido una persona responsable en su actuar y ha destacado.
-¿Cómo califica el actuar de los alcaldes en esta oportunidad?
-Creo que los alcaldes han hecho sus labores, yo defiendo el rol del alcalde, están directamente vinculado con la ciudadanía todos los días, les corresponde recibir los llantos, las quejas, abrazar, dar la cara y, por lo tanto, han hecho lo que han podido y, a su vez, lo que la gente les ha solicitado. Ahora, hay que compatibilizar eso con el rol del gobierno, entiendo que el Presidente Piñera tiene que preocuparse del país entero no solo de una comuna, y por eso muchas veces lo que han pedido los alcaldes no ha sido lo que hace el gobierno, porque este tiene que preocuparse mucho más allá de lo que pase en determinada zona en el país.
-¿Hay alcaldes que se mueven más por agenda propia?
-Por lo menos con mis alcaldes de Renovación Nacional tengo una comunicación permanente y estamos trabajando juntos. Somos muy amigos y trabajamos en equipo con Germán Codina, Felipe Alessandri, José Miguel Arellano, con Raúl Torrealba, son alcaldes muy cercanos al presidente del partido porque trabajamos en coordinación. Me alegro del buen desempeño que han tenido, y no me sorprende porque los conozco y por algo han sido elegidos tantas veces con tan buenas votaciones.
«PENSAR EL CHILE DE LOS PRÓXIMOS DIEZ O VEINTE AÑOS»
-Respecto al 18 de octubre, ¿usted cree que el movimiento está silenciado por la coyuntura y que después volverá a florecer?
–El movimiento social no tiene que ver con la violencia, creo que la mayoría de las personas que se manifestaron lo hicieron pacíficamente. A muchos de la derecha les costó separar el movimiento social, la manifestación legítima y pacífica, de los violentos, y los ponen a todos como violentos; mientras que a la izquierda le ha costado muchísimo ser capaces de condenar con fuerza la violencia porque entienden que la violencia también es parte del movimiento social, y yo creo que no lo es. No hay duda que febrero y marzo, al margen del coronavirus, fueron muchísimo menos violentos o duros de lo que muchos esperaban. El día internacional de la mujer y el aniversario del gobierno, finalmente fueron días normales. El movimiento social como tal va a surgir, pero espero que eso no signifique que al mismo tiempo resurja la violencia.
-¿Esto tiene que ver con el acuerdo firmado por la paz y una nueva Constitución , en noviembre pasado?
-Ahí quiero hacer un punto. Hay mucha gente que dice «ustedes firmaron un documento por la paz y la paz no llegó», y yo a esa gente le quiero refrescar la memoria. Entre el 18 de octubre y el 15 de noviembre el país estaba paralizado completamente porque teníamos dos cosas en las calles: fila de personas manifestándose pacíficamente y un puñado de delincuentes, de violentistas, que lo hacían de manera extraordinariamente violento. Cuando firmamos el documento y los días previos, siempre dijimos que lo hacíamos mirando a los manifestantes pacíficos, la única manera de aislar a estos violentistas era que los manifestantes pacíficos salieran de las calles. Del 15 de noviembre en adelante el país volvió a la normalidad manteniéndose los violentos, eso es cierto, los violentos nunca dejaron la calle, porque obviamente es gente que no le interesa un proceso constituyente, las reformas, ni la democracia. Entonces, más allá de que puede que vuelvan grupos violentos y hay que enfrentarlos con mucha dureza, mucha firmeza, lo que me preocuparía es que volviéramos a un escenario pre 15 de noviembre, donde había además miles de ciudadanos pacíficos en las calles, que el país cerraba todo a las 15 o 16 horas de la tarde, eso sí que no nos podemos dar el lujo que suceda.
-¿Y usted cree que el gobierno tiene en mente este posible escenario?
-El gobierno tiene claro que lo que tenemos ahora es una pausa en tema de reformas sociales que tiene que ver con una pandemia y también tiene muy claro que después viene una crisis económica que no sabemos aún cuál va a ser su profundidad, y por lo tanto, está preparando medidas para enfrentar esta crisis económica, pero en paralelo va a seguir promoviendo reformas sociales. Yo soy partidario de que hiciéramos una mesa amplia de trabajo para lograr un pacto social nuevo, replicando lo que hizo Irlanda el año 1987, pasando de ser el país más pobre de Europa a ser hoy un país que todo el mundo mira con elogios. En su minuto Irlanda hizo un pacto social en materia tributaria bajando los impuestos, en materia laboral en donde afirmó los derechos laborales, y también hizo una reforma educacional muy potente. Hechos como ese, donde se juntaron empresarios grandes, medianos y pequeños, sindicatos, líderes políticos y sociales, es lo que nosotros deberíamos hacer.
-¿Usted lo ha propuesto formalmente?
-Lo hemos hablado con el Presidente y con varios líderes políticos. Tenemos que tratar de pensar en Chile los próximo diez o veinte años, y lo que ha hecho Irlanda es ir ratificando su pacto social cada cierta cantidad de año. Lo que tenemos que decirle a la ciudadanía es «mire, esto se puede solucionar hoy día, esto en tres años, esto en cinco años», etc. Lo que hay que hacer es un pacto amplio en donde acordemos todo eso, acordemos cronogramas, acordemos el cómo vamos a avanzar. Para eso yo veo disponible un 70% del espectro político y social, o sea, hay un 30% que siempre se va a oponer a todo. Pero a pesar de eso hay que avanzar. Después del coronavirus espero que el Presidente Piñera y el gobierno sea el que vea este proceso.
-En relación al calendario constituyente, ¿usted cree que el plebiscito se va a hacer de todas maneras en la fecha establecida?
-Hay un acuerdo tácito que lo hemos expresado varios que tenemos que revisar en julio cuál es la situación de salud a nivel país, no es seguro. Ahora, he escuchado críticas de que uno podría no haber hecho el plebiscito porque tiene un costo «x», y la verdad es que creo que la democracia tiene un costo y si es por eso, no tengamos democracia. Pudimos haber hecho un giro completo en el acuerdo y haber planteado que fuera el próximo Congreso el que se abocara al proceso constituyente, eso no es entender nada lo que pasó antes del 15 de noviembre. La gente lo que planteó, y aunque no les guste a algunos, es un proceso, por un lado constituyente, por otro lado de reformas sociales y por otro lado una agenda potente anti abuso que es lo que hemos planteado ahora Renovación Nacional. Cuando me dicen que la Constitución no es prioritaria… es evidente que a uno le preguntan en una encuesta cuáles son sus prioridades, igual que en la pirámide de Maslow siempre nos van a aparecer las necesidades no cubiertas como las principales prioridades de un ser humano, es lo natural. Yo tengo problemas de seguridad, de salud, de trabajo y siempre voy a mencionar eso y voy a dejar para el final el paraguas grande. Pero eso no significa que a la gente no le interese el proceso constituyente.
-¿Cómo ve la relación post coronavirus entre el gobierno y la oposición?¿ Cree que va a haber una unidad para avanzar en temas prioritarias?
-Por eso yo creo que ojalá seamos capaces de sentarnos a conversar un pacto social amplio, porque si vamos a estar debatiendo proyecto a proyecto es un desgaste enorme, y la ciudadanía lo que espera de nosotros es una cosa más maciza, más amplia, es una hoja de ruta clara de para dónde queremos llevar al país entre todos, y no solamente cada una de las reformas en particular, porque eso no solo es agotador, con la oposición actual es bien difícil de avanzar.
-¿Ha conversado con alguna persona de la oposición sobre esta idea de un nuevo pacto social?
-Estoy completamente de acuerdo en eso con Heraldo Muñoz del PPD, el presidente de la DC, Fuad Chahín, el presidente del partido radical Carlos Maldonado. Entiendo que también está en acuerdo el presidente socialista, Álvaro Elizalde. En la oposición hay disposición a sentarse a conversar algo como eso.
-¿Y respecto al resto de la oposición, más «radicalizada» ?
-Siempre la va a haber. Creo que los que dicen «mira la oposición se radicalizó después del 18 de octubre», no es cierto. Siempre ha habido un atadura que se opone a todo o un sector de la oposición que no se quiso sentar el primer mes del gobierno del Presidente Piñera a una mesa para buscar solución a los problemas de la infancia. Eso es lo que hemos tenido desde el día uno, no ha cambiado nada y efectivamente hay un sector de la oposición que vota todo en contra, que rechaza todo, que bloquea todo.
-Sobre la unidad de Chile Vamos, ¿usted cree que esta crisis ha fortalecido al conglomerado?
–Valoro que la gente en las encuestas tenga una opinión positiva de Chile Vamos muy superior al Frente Amplio, muy superior a la Nueva Mayoría, etc. Pero está claro que hay una porción importante de la población que no se explica la pelea pequeña, por no ser capaces de sentarnos a conversar, por no ponernos de acuerdo. Por lo tanto, ojalá retomar y tener en la práctica una coalición unida, pero unida en la diversidad. O sea, la coalición no puede estar unida en torno a lo que un solo partido pretenda o quiera, tiene que estar unida en torno a un concepto de diversidad respetuosa, donde estamos todos unidos, pero ojo con la identidad de cada una de las partes respetadas.
-¿Con José Antonio Kast no ha habido mayores conversaciones?
-José Antonio Kast usó una estrategia política que es declararse de oposición, criticar en todo al gobierno. Yo era el que abogaba por incorporarlo, por no cerrarle la puerta, pero claramente el que cerró la puerta fue él, por lo tanto, no hay mucho más que conversar. Él se autodefinió de oposición y no ha hecho más que criticar todo lo que hace el gobierno de manera permanente. Desde el día uno de la pandemia ha estado haciendo peticiones exageradas, que se han ido demostrando con el correr de la semana como equivocadas. (El Líbero)