1. Los diplomáticos de carrera que integran la planta de embajadores llegan casi a 75% de ella.
2. Dicha planta tiene un universo de 93 personas. Hasta la fecha, 23 diplomáticos y diplomáticas han sido ascendidos durante el actual gobierno al rango de embajador, desde sus funciones de ministros consejeros o consejeras. Ello ha permitido, además, dar mayor fluidez a la planta del Servicio Exterior, permitiendo que los funcionarios de dicho servicio, egresados de la Academia Diplomática, avancen en su carrera más adecuadamente.
3. Al inicio del gobierno de la Presidenta Bachelet había solo una mujer embajadora de carrera. En la actualidad, de las 12 embajadoras en ejercicio, el 50% son de carrera.
4. En las últimas designaciones han existido traslados de personas que ya ocupaban cargos de embajadores, como son los casos de Marcia Covarrubias, de Argelia a Francia, y Carlos Parke, de Sudáfrica a Uruguay. Por tanto, en esos casos no hay incorporación de nuevos funcionarios. El único caso de nueva incorporación es el de Renán Fuentealba, designado embajador en República Checa, cuya vasta trayectoria contempla haber egresado de la Academia Diplomática, siendo exonerado en 1974 por razones políticas.
5. En este período se han designado diplomáticos de carrera en destinos que tradicionalmente no han sido ocupados por estos, como es el caso de Naciones Unidas, Organización de Estados Americanos, Italia, España, Alemania, entre otros. Además, todos los directores generales (Política, Administrativa, Consular y Protocolo) provienen de aquella carrera. Lo mismo ocurre con las direcciones geográficas o temáticas, que son el motor de nuestra actividad diaria como Cancillería. En estas designaciones siempre ha primado, muy por el contrario de lo expresado por los remitentes de las cartas, el mérito y no la pertenencia a una determinada corriente política.
Lo señalado desmiente lo aseverado en las cartas referidas. Por otra parte, se debe tener presente que las personas designadas como embajadores por la Presidenta de la República, en uso de sus facultades constitucionales, que no pertenecen a la carrera diplomática propiamente tal, poseen una extensa vinculación a los temas de política exterior, además de una trayectoria pública y profesional que merece el mayor respeto. (El Mercurio-Cartas al Director)
Edgardo Riveros Marín
Subsecretario de Relaciones Exteriores