Durante la sesión de la Cámara de este miércoles en la tarde, el diputado y jefe de bancada de Evópoli, Jorge Guzmán, reabrió una molestia que aún no está completamente superada por la corporación.
El legislador opositor le preguntó a la presidenta de la Cámara, Karol Cariola (PC), qué había pasado con la carta que acordaron los comités para expresarle a la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Frente Amplio), su malestar por declaraciones registradas en la sesión especial del pasado 29 de octubre, en las que la secretaria de Estado hizo un reproche a toda la sala de guardar silencio ante las denuncias sexuales que han afectado a diputados en ejercicio.
Ese día, Orellana había sido citada junto a la titular del Interior, Carolina Tohá (PPD), para dar cuenta de las actuaciones del gobierno ante la denuncia por violación en contra del exsubsecretario Manuel Monsalve.
El problema es que en sus palabras la ministra de la Mujer, además de apuntar a todos, lo que incomodó incluso a las legisladores feministas del Frente Amplio, incurrió en algunas imprecisiones al referirse a los casos de los diputados Francisco Pulgar (hoy desaforado por un caso de violación ocurrido antes de que él llegara al Congreso) y Enrique Lee (quien en 2023 enfrentó una denuncia de acoso sexual que fue investigada y desestimada).
Es por ello que ante la consulta del diputado de Evópoli, Cariola reveló que la carta de queja contra Orellana ya había sido enviada y puso a disposición de los jefes de bancada su contenido, que hasta ayer no era conocido públicamente.
En lo central, además de expresar la preocupación y el malestar de algunas diputadas de oposición (la bancada de Mujeres por la Libertad, que hizo llegar un oficio a la mesa), la misiva escrita por Cariola invita a la ministra a retractarse de sus dichos, que además, por no ajustarse a la realidad y afectar la honra de la institución, serán borradas del acta de aquella sesión especial.
“Le comunico que en atención a la solicitud de la bancada mencionada y en cumplimiento con el Reglamento de la Cámara, las expresiones emitidas en su intervención, que no corresponden a la realidad, serán eliminadas del acta oficial de la sesión. Ese gesto tiene como propósito resguardar la integridad de esta institución y fomentar el respeto mutuo entre nuestras entidades”, dice la carta de la presidenta dirigida a la titular de la Mujer.
“Considerando el impacto de sus palabras en la honra de esta corporación y sus integrantes, le invito respetuosamente a reflexionar sobre la posibilidad de retractarse públicamente de las afirmaciones realizadas. Este acto sería percibido como una muestra de buena voluntad y compromiso con el fortalecimiento del diálogo y la colaboración institucional”, añade la misiva, con fecha del 27 de noviembre.
«DOBLE ESTÁNDAR»
Las declaraciones de Orellana en cuestión se registraron el martes en la noche del 29 de octubre. Ese día, la secretaria de Estado -en una suerte de “yo acuso”- se defendió de las críticas de “doble estándar” por el caso Monsalve.
“Aun así se nos acusa de doble estándar, cuando los hechos de la gestión del ministerio muestran todo lo contrario. Sí podríamos hablar del estándar de quienes, teniendo a un compañero de trabajo imputado por abuso sexual infantil reiterado, no han dicho una palabra”, dijo Orellana. Aludiendo sin nombrar al diputado Pulgar (independiente), dijo que “pese a que (ese parlamentario) es un voto que es considerado clave en un Congreso fragmentado, esa víctima ha sido acompañada ¿por quién?, por nuestra seremi de la Mujer del Maule”.
“No se dijo nada, tampoco en esta sala, que me acusa de tener doble estándar, cuando un diputado, vulnerando el secreto de sumario, se defendió de una acusación de acoso sexual también entregando la identidad de la denunciante. ¿Dónde estuvo ahí la protección?…”, dijo la ministra, quien ante los emplazamientos de los diputados para que revelara a quién se refería, respondió: “Enrique Lee”.
“No se dijo nada en ese entonces, pero se nos acusa a nosotras, que hemos demostrado con querellas y acompañamiento”, remarcó la ministra, quien siguió con su reproche colectivo, salpicando indirectamente incluso a otros secretarios de Estado y legisladores oficialistas que han recurrido a esos diputados “clave” para salvar alguna votación.
“Ningún cálculo político, ni la necesidad de votos en un Congreso fragmentado ante un parlamentario acusado, ni la existencia de ediles electos que abusan de su poder, han impedido que presentemos las acciones correspondientes y que acompañemos a las víctimas, incluso, tratándose de nuestro propio sector; porque sí, la violencia sexual existe en todos los sectores”, añadió.
Sin embargo, Orellana cometió un error, ya que la identidad de la denunciante de Lee, quien se desempeñaba como secretaria del legislador, no fue dada a conocer por el diputado. Fue revelada en la propia Comisión de Mujer de la Cámara, antes de que el diputado fuera notificado de la presentación en su contra.
Esa denuncia en cuestión fue investigada el año pasado por la Cámara, de acuerdo a un protocolo interno, pero fue desestimada por falta de pruebas. El procedimiento fue llevado por la diputada Sofía Cid (ex-RN), quien fue sorteada para ese efecto. Luego el caso fue revisado y cerrado por la Comisión de Régimen Interno. Esta denuncia tampoco prosperó en instancias judiciales y laborales.
Los hechos que se le imputan a Pulgar presuntamente ocurrieron hace 10 años, cuando la denunciante era menor de edad. A pesar de que la denuncia se hizo en 2021, Pulgar igualmente fue elegido posteriormente diputado. (La Tercera)