Fue el el 31 de julio de 2019 cuando el gran maestro de la Logia, Sebastián Jans, dictó un decreto que sellaba la salida de un miembro de la orden por enviar un mensaje y foto por WhatsApp a una mujer, en términos, “subidos de tono”. El caso se arrastraba desde 2017, y aunque la resolución del líder de los Masones en Chile buscaba poner fin al conflicto, no hizo otra cosa que iniciarlo.
Esto, pues a el 28 de agosto, el expulsado, Miguel Plana Zenteno, interpuso un recurso de protección con Sebastián Jans, en la Corte de Apelaciones de Santiago, acusando al líder masón de actuar ilegalmente y afectar sus derechos constitucionales.
El recurso de protección argumenta que, a juicio de Plana, su remoción “es un acto arbitrario e ilegal que viola mi derecho constitucional a no ser juzgado por una comisión especial, consagrado el artículo 19 Nº 3, inciso 5º, de la Constitución Política de la República”. El recurrente reclama que el decreto que ordena su expulsión fue compartido a 12 mil miembros de la orden y que “se advierte con claridad que ni siquiera se me solicitó una exposición de descargos; menos aún el Gran Maestro adoptó todas las medidas para impedir mi indefensión, lo que, como hemos visto anteriormente, es una obligación primordial que le asiste”.
La denuncia que dio origen a este conflicto, y en lo que se funda la resolución del gran maestro, data del 14 de marzo de 2017, cuando la mujer identificada con las iniciales L.V.A. denunció a Plaza en la Masonería por “haber incurrido en una conducta lesiva a su honra y buen nombre, al haberle enviado un Whatsapp inapropiado”.
En el recurso de protección, el recurrente recordó que “tomé su fotografía de su mismo Whatsapp y pretendía enviarla como broma a un amigo con un torpe mensaje. Por mi poca experiencia en el sistema, el mensaje se lo envié a ella misma; en consecuencia, jamás llegó a red social alguna ni a ninguna otra persona que a ella misma. Al darme cuenta de mi error, por el mismo whatsapp le pedí disculpas inmediatamente a la afectada”.
Plaza estaba encargado de coordinar y apoyar en la formación ética a un grupo juvenil de la Masonería, que se conocen como clanes, donde la presidenta de este equipo era la afectada. El exmiembro de la Logia le envió este mensaje, el que originalmente iba dirigido a un amigo: “Y esa? Me hizo pebre anoche”. Cuando se dio cuenta, le dijo “me equivoqué de destinatario”, a lo que ella indica, “es broma? Qué te pasa”.
Luego de interpuesto el recurso de protección, la Corte de Apelaciones de Santiago pidió un informe al Gran Mestro, Sebastián Jans, para conocer su versión de los hechos.
En tanto, desde la Gran Logia, señalaron que “el señor Plana fue expulsado por una conducta absolutamente incompatible con todo principio ético, y más aún con los que rigen la masonería. Por mandato de la Gran Logia debía coordinar y apoyar en su formación ética al grupo juvenil, llamados clanes, cuya presidenta y líder del grupo fue la afectada. El señor Plana tuvo aproximadamente dos años para ofrecer algún tipo de disculpa y no lo hizo”. (La Tercera)