El centro es el ser humano

El centro es el ser humano

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Meses atrás me referí a la hoja de ruta difundida por dirigentes de la UDI y RN en la cual convocaban a todos los chilenos a integrar el “acervo común republicano”, olvidando los 17 años de noche oscura de dictadura. Por supuesto estamos dispuestos a perdonar, pero solo puedo hacerlo en lo personal, porque cada uno resolverá sus exigencias. Yo no tengo ninguna, salvo la que angustiados aún, exigen los familiares de los detenidos desaparecidos: ¿Dónde están?

Pero olvidar no es posible. El futuro tiene como base el pasado, como se ha dicho mil veces: “Para que no vuelva a ocurrir”. Acepto que hay muchos “cómplices pasivos” que no lo saben, pero hay otros que podrían solucionar el gran problema. Y éstos quieren formar parte, si llegan a ganar, de un próximo gobierno. Para ser justo debo reconocer que Sebastián Piñera rechazó las violaciones a los derechos humanos y votó que “No” en el plebiscito de 1988.

Pero en esa hoja de ruta que titularon: “Manifiesto por la República y el Buen Gobierno”, señalan que en su visión de la democracia lo primero es el crecimiento económico, afirmación de la cual discrepo. La “Deep Economy”, no me interpreta y creo que tampoco a la mayoría de los chilenos. Pensamos que en el centro debe estar la persona y sus derechos y, el crecimiento y la equitativa distribución junto al servicio de su plena realización en salud, educación, vivienda, trabajo, pensiones, seguridad y todo lo que necesita el ser humano en su desarrollo. Obviamente soy partidario del desarrollo, del crecimiento y de la empresa privada. Son absolutamente indispensables, con una redistribución justa que permita satisfacer las necesidades de los chilenos.

También nosotros los DC hemos cometido muchos errores políticos, pero no horrores. Nuestro “Tea Party” chilensis, sector progresista conservador,  en las pasadas elecciones municipales propuso que el PDC debía llevar un candidato a alcalde en cada comuna del país. Afortunadamente esa tesis fue rechazada por la Junta Nacional, pero fue un primer esbozo del “camino propio”,  que lograron imponer en una de las últimas Juntas Nacionales, es cierto, con un 67% versus nuestra proposición de ir a primarias con todos nuestros aliados, con los cuales participamos en el gobierno. Pero el resultado está a la vista: de 22 diputados que teníamos de un total de 120, bajamos a 14 de ahora 155  que componen la Cámara. ¡Qué fracaso! ¿Se harán responsables de sus actos? Hasta hoy no lo han asumido.

En senadores nuestras posiciones obtuvieron los tres parlamentarios electos. El “Tea Party” ninguno. En diputados, de 14 que fueron elegidos, tenemos mayoría. Sin comentarios. Después de las elecciones el Consejo Nacional del partido presidido dignamente por el diputado Matías Walker, con la excepción del camarada Gutenberg Martínez que se retiró antes de la votación y una abstención más, aprobó el apoyo en segunda vuelta presidencial al senador Alejandro Guillier, decisión que también correspondía a los acuerdos unánimes que sancionamos en la Junta Nacional al reiterar como domicilio político del partido la centro izquierda.

Como demócratacristiano, con más de 60 años de militancia, por supuesto adhiero a los acuerdos que adoptamos y votaré por el senador Alejandro Guillier, decisión que deberían promover todos los militantes del partido. (La Tercera)

Belisario Velasco

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