Frente a la conformación de listas para la elección de consejeros constitucionales, el expresidente Ricardo Lagos volvió a jugar su capital político al defender con ahínco la idea de que el PPD, en conjunto al Socialismo Democrático, debía seguir un camino propio y competir en las elecciones del 7 de mayo en una lista separada de Apruebo Dignidad. En otras palabras, medirse frente a Apruebo Dignidad.
Eso explica por qué en aquellos días en que mientras el Presidente Boric hacía pública su petición de conformar una lista única del oficialismo, Lagos, en su intervención en el consejo nacional del PPD, fuera tan enfático en la línea inversa al mandatario: “para dar más fuerza al gobierno tiene que haber una expresión fuerte y solidaria del Socialismo Democrático, que el PPD está llamado a encarnar junto a las otras fuerzas”, afirmó.
Pero su llamado quedó prácticamente en nada, cuando el partido más grande y relevante del Socialismo Democrático, el Socialista, decidió sumarse a la lista de Apruebo Dignidad. De seguro, Lagos debe haber recordado con dolor otro momento que vivió como abandono del PS (cuando el partido optó por Alejandro Guillier para 2017), y sentido este nuevo distanciamiento como una afrenta más del PS a su persona.
Quizá por lo mismo, decidió persistir. Según reportes de prensa de esos primeros días del año, el expresidente protagonizó varios llamados a dirigentes del PPD para alinearlos en esa misma dirección, pese a la decisión de los socialistas. Tanto así que cuando Sergio Bitar desistió de competir por Tarapacá -producto del distanciamiento con el PS-, fue el mismo Lagos quien lo convenció para sumarlo otra vez al elenco del partido para llegar al Consejo Constitucional.
Lagos se la jugó activamente por la tesis de la diferenciación electoral con el gobierno y comprometió la suerte del PPD en ello. Visto así, y cuando los números preliminares no parecen particularmente halagüeños para la lista deshilachada de la exConcertación, se entiende que Lagos Escobar haya decidido entrar de lleno al fango electoral impugnando el indulto que el Presidente Boric otorgó a Jorge Mateluna.
En una reciente entrevista, Lagos recordó que él ya había indultado a Mateluna y establecido ciertos requisitos. “La norma era que aquel que ya fue indultado una vez no puede ser indultado de nuevo”. La paz social no depende de un indulto, sentenció. Así, instaló desde el mundo de la centroizquierda una mirada crítica a los indultos otorgados por el gobierno, reflotando de paso la cuña que en su día alimentó el exsenador Girardi: la lista del gobierno es la lista de los indultos.
Un tema que de seguro olfateó podría darle identidad y posicionamiento frente a la opinión pública a la lista Todo por Chile y transformar estratégicamente el tema indultos en un parteaguas con Unidad por Chile, lista apoyada por el Presidente Boric.
Si hay algo indesmentible en su historia es que el expresidente medita calculadamente cada uno de sus pasos en política. Es estratégico, no da puntada sin hilo. A sus 85 años, sigue muy lúcido y activo en política, y tal como lo hizo frente al proceso constituyente, no parece dispuesto a permanecer indiferente ante lo que estima arriesga el partido que una vez fundó y la centroizquierda en general al fundirse con el mundo de Apruebo Dignidad.
Ante el riesgo de perder la identidad en esta pasada electoral, esta vez Lagos apuntó su dedo contra Boric y los indultos. Sin embargo, intuyo que más allá de darle entidad desde la centroizquierda al tema indultos, será poco lo que ese dedo apuntalará a Todo por Chile y al PPD.
También intuyo, que frente a la crítica que le vino desde su mismo partido en boca de Tucapel Jiménez, el fundador del PPD retrocederá. (Ex Ante)
Cristián Valdivieso