¿El género, plan o negligencia?-Pilar Molina

¿El género, plan o negligencia?-Pilar Molina

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Esta semana el gobierno protagonizó un segundo bochorno con el nombramiento del Fiscal Nacional, cargo importantísimo por la crisis de seguridad a la que sus líderes ayudaron a empujar cuando, como oposición, bloquearon todos los intentos de contener el orden público, tanto legislativa como políticamente.

No le bastó la vergüenza histórica, cuando hace menos de un mes el Senado rechazó la jefatura propuesta por el Ejecutivo de José Morales, algo que nunca antes había ocurrido. En las horas finales del último día (el jueves pasado) para elegir el nombre dentro de la quina que envió la Corte Suprema, Boric nominó esta segunda vez a Marta Herrera, quien también fue su carta en la primera ocasión. Desistió entonces proponer su nombre al Senado, sin embargo, porque tenía muy pocos votos, considerándola muchos una prolongación de la criticada administración del último fiscal nacional, Jorge Abbott.

En la oposición creen además que ella actuó con sesgo durante la administración del ex Presidente Piñera, contra el cual dirigió una investigación que no tenía destino (por la compra de la minera Dominga), pero se prestó para que la izquierda lo acusara constitucionalmente con el afán de destituirlo.

Una vez más, el Presidente Boric despreció el acuerdo con los senadores de oposición, a pesar de que este nombramiento requiere dos tercios de quórum. Prácticamente toda la oposición le anunció que no aprobará su candidata y lo mismo hizo la ex DC, Ximena Rincón. El Mandatario no puede haber ignorado que no alcanzaría el quórum ni siquiera alineando los 25 senadores oficialistas, varios de los cuales le habían hecho ver a sus ministras días antes que Herrena no tenía los votos y algunos de ellos están dudosos de asentir frente a los hechos consumados.

Inentendible tanta desidia, porque a las razones anteriores para oponerse a la carta femenina de Boric se sumaron nuevos antecedentes. La Asociación Nacional de Funcionarios del Ministerio Público se declaró en “alerta nacional”, señalando que “rechaza categóricamente” el ascenso de la actual jefa de la Unidad Anticorrupción del Ministerio Público.

Ante la mala recepción que ha tenido el nombramiento de Herrera, la Ministra de Justicia, Marcela Ríos, declaró: “no queremos que esto se convierta en un tema de género”.  En eso lo convirtió precisamente La Moneda al declarar su intención de poner la primera mujer a cargo del Ministerio Público. Ríos ratificó esa percepción simbólica del nombramiento haciendo caso omiso de la validez de las objeciones a Herrera para decir que esperaba “que estas críticas no estén fundadas en un sesgo de género”.

Es increíble ver cómo La Moneda se desgasta en malas causas con la excusa del género. Que senadores consideren que Herrera contribuyó a que la Fiscalía dificultara el control del orden público durante el estallido social, no tiene nada que ver con que sea mujer.

Pero en un Gobierno que se define como feminista, pareciera que todo tiene que pasar por ese colador, venga o no al caso. La mayoría de las intervenciones del Presidente en redes sociales, entre el lunes y ayer viernes, se refieren a temas de seguridad o de género, donde retuitea con frecuencia las intervenciones de la activista feminista que nominó en el Ministerio de la Mujer. En uno de esos retuits protestó indignado que “los medios conservadores” invisibilizaran a las mujeres, destacando sólo la participación de hombres en el acuerdo del lunes para una nueva Constitución.

En una de estas, lo ocurrido no es improvisación ni negligencia del Mandatario (porque no le echen la culpa a sus ministras). Por el contrario, ello podría corresponder a una estrategia para convertir la designación del Fiscal Nacional en una lucha de género con el objetivo de que en la tercera ocasión, si fracasa este proceso, no pueda negarse el Senado por segunda vez a nombrar una mujer. Y tiene otras candidatas cercanas, afirman, como Nely Salvo y eventualmente la actual Defensora de la Niñez, Patricia Muñoz.

Al menos, a favor de Boric, en este caso habría un plan, porque lo lamentable es ver la improvisación en prácticamente todas las áreas. Este gobierno cierra el primer año como lo empezó, rico en palabras y pobre en acción efectiva. (El Líbero)

Pilar Molina