Inevitablemente, la campaña para la segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales del 24 de noviembre ha dado el inicio a la carrera presidencial de 2025. Mientras que los partidos de derecha ya tienen sus dos aspirantes presidenciales desplegados en terreno en las 10 regiones del país en las que hay un candidato de ese sector que aspira a ser gobernador por los próximos cuatro años, el oficialismo carece de aspirantes que puedan desplegarse en terreno para construir las bases de la campaña que se vendrá en 2025. Como el oficialismo ya parte debilitado por la baja aprobación del Presidente Boric, los partidos de deberán apurarse en identificar potenciales aspirantes a la presidencia para ponerlos en terreno junto a los candidatos a gobernadores del oficialismo.
La primera vuelta de la elección de gobernadores regionales produjo resultados mejores que los esperados para el oficialismo. Aunque la derecha celebró los resultados de la elección municipal, en cuatro regiones del país, los candidatos de izquierda ganaron la elección de gobernadores sin recurrir a segunda vuelta. En dos regiones, Los Ríos y Magallanes, la suma de votos de los dos candidatos de derecha (Chile Vamos y Partido Republicano, respectivamente) fue mayor a la votación obtenida por la candidatura ganadora del oficialismo. La incapacidad de la derecha para presentar candidaturas únicas le regaló a la izquierda dos gobernaturas regionales. La derecha solo logró evitar la segunda vuelta en una región, Aysén.
En las otras 11 regiones del país habrá segunda vuelta. Pero sólo en nueve regiones habrá competencia entre candidatos del oficialismo y de la derecha. En Antofagasta, los dos candidatos en segunda vuelta son de izquierda. A su vez, en Los Lagos, la segunda vuelta la definirán dos candidatos de derecha.
Las nueve regiones en las que habrá competencia entre ambas coaliciones representan casi el 90% de la población nacional. Las seis regiones con más población tendrán segunda vuelta, incluido Santiago, Valparaíso, Biobío (Concepción), Maule (Talca), y La Araucanía (Temuco). A partir de los resultados de la votación en primera vuelta, la elección debiese ser particularmente competitiva en Santiago, Valparaíso, La Araucanía, O’Higgins (Rancagua) y Coquimbo. En Maule y Biobío, los candidatos de derecha parten con una amplia ventaja.
De ahí que resulta clave que las coaliciones políticas se desplieguen en terreno para lograr los mejores resultados posibles. En la derecha, entusiasmados por los resultados de las elecciones municipales y habiendo aprendido la lección de lo dañino que resultó ir en dos listas en primera vuelta para gobernadores, los aspirantes presidenciales Evelyn Matthei de Chile Vamos y José Antonio Kast del Partido Republicano parecen haber concordado una estrategia de cooperación en todas las regiones en las que sus candidatos no se enfrentan. En Los Lagos, Matthei y Kast deberán competir y medir fuerzas. Pero en el resto de las regiones con segunda vuelta, la unidad de ambos candidatos representará un fuerte espaldarazo para las candidaturas de derecha. Otros presidenciables de derecha que legítimamente aspiran a ser candidatos, como el saliente alcalde de La Florida, Rodolfo Carter, o el senador por Santiago, Rojo Edwards, del Partido Social Cristiano, también tendrán oportunidad de medir su popularidad haciendo campaña por los candidatos del sector en las 10 regiones respectivas.
En el oficialismo, en cambio, la situación es más compleja. Aunque Michelle Bachelet aparece liderando las encuestas de intención de voto para 2025, la ex Presidenta no hizo mucha campaña antes de primera vuelta. Aunque participó en un par de actividades con candidatos a alcalde que tenían amplia ventaja en las encuestas, como el titular de Maipú Tomás Vodanovic, Bachelet no tuvo una presencia muy destacada en la campaña. Tal vez ahora Bachelet se la juegue más por los candidatos oficialistas, pero está por verse si Bachelet viajará a las regiones y participará de la extenuante campaña que se viene en las próximas semanas. A sus 73 años, Bachelet, que nunca fue tan ávida deportista como Sebastián Piñera, por ejemplo, ya no tiene la misma energía que hace 20 años, cuando fue candidata por primera vez.
Los otros presidenciables del oficialismo están con problemas por escándalos judiciales (como Carolina Tohá) o siguen en el gabinete (como Álvaro Elizalde, Camila Vallejo o Mario Marcel). El gobernador de la Metropolitana, Claudio Orrego, que aspiraba a ser candidato presidencial en 2025, deberá enfrentar la difícil tarea de, buscando la reelección, explicar si quiere ser gobernador por cuatro años más o si aspira a dejar el cargo en menos de un año para asumir una candidatura presidencial. Si bien hay varios otros líderes de izquierda que quisieran buscar la presidencia, ninguno parece ahora tener suficiente apoyo como para convertirse en un rostro que ayude a los candidatos oficialistas a gobernador a ganar la segunda vuelta del 24 de noviembre.
En política, la dinámica electoral a veces apura las decisiones de cambios de gabinete y anuncios de carreras presidenciales. La segunda vuelta de la elección de gobernadores regionales del 24 de noviembre de 2024 está forzando a un temprano inicio de la carrera presidencial para las elecciones de noviembre de 2025. (El Líbero)
Patricio Navia