El periodo electoral de “todo vale”

El periodo electoral de “todo vale”

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Según la ley electoral, en el último mes de campaña comienza el período de mayor volumen en las campañas. Durante el último mes hay franja en la televisión abierta, se puede colocar propaganda en la vía pública y varias otras medidas que permiten visibilizar de mayor grado las candidaturas. Pero lo que ha pasado en estos últimos días es que los candidatos, en especial los que están en las encuestas entre el tercer y séptimo lugar, han recurrido a todo tipo de ataques a quienes van en punta, con el objetivo secreto de llevar más votantes a las urnas y no perder influencia.

La ventaja entre quienes están en los dos primeros lugares respecto al resto es cada vez mayor y la única que pudiera entrar en esta contienda es Beatriz Sanchez, quien depende de cuánta gente lleve a votar y por ello su franja se centra en eso. Pero el resto de los candidatos se juega algo más: su propia sobrevivencia en política. A manera de ejemplo, si Carolina Goic llega en quinto lugar, dentro de la DC la temporada de cuchillos largos empezará esa misma noche. Es por ello que cambió su tono conciliador, que la había hecho una política respetable, por el de ataques en especial a su potencial aliado Alejandro Guillier.  Goic, aprovechando la crisis en el PS por el caso del alcalde de San Ramón y sus vínculos con el narcotráfico, se sumó a Kast y ME-O para instalar que el senador por Antofagasta es también culpable de las cuitas de la directiva del PS.

También forma parte de esta etapa del “todo vale” lo ocurrido en el debate de la Archi. Más allá de las ultracomentadas monedas del senador Navarro, ese encuentro estuvo marcado por los sostenidos ataques a Piñera de todo tipo, incluyendo acusaciones de mentiroso y cruel. La estrategia de los candidatos menores parece ser motivar el antipiñerismo (y ahora el antineomayorismo) para llevar más votantes a las urnas y sobrevivir políticamente. En esa estrategia le hacen un favor a Piñera, pues se instala con más fuerza que sería el más probable presidente y que sus contendores, a falta de ideas, han caído en la desesperación. Por ello el ex presidente se puede dar el lujo de poner a Aylwin en su franja y hablar de acuerdos y paz. Nadie pone en serio la principal debilidad de quien va en primer lugar: que su gobierno no fue el gran realizador y que el crecimiento económico coincidió con un ciclo positivo de materias primas y nada más.

Esta elección tiene el serio riesgo de ser una de las que tenga mayor abstención no solo en la historia chilena, sino comparada con otras latinoamericanas o de países de la OCDE. Aunque se diga lo contrario, si muchas personas se quedan en su casa ese día, la propia existencia de la democracia chilena está en riesgo.

Una de las razones es la despolitización mayor de la sociedad chilena, donde según la encuesta CEP solo el 12 % se interesa por conversar de política en su entorno. Pero otra razón es la falta de propuestas que reafirma la tesis de muchas personas respecto a  que los candidatos viven en su propio mundo y no el real donde el transporte público es deficitario en Santiago y precario en regiones, donde los bancos no dan crédito a los pequeños emprendedores que deben recurrir a otras formas de financiamiento con mayores riesgos, donde a un porcentaje cada vez mayor de graduados jóvenes les cuesta conseguir empleos y deben competir con migrantes cada vez más calificados, entre muchas otras vivencias cotidianas que se pueden leer en las mismas encuestas que tienen los candidatos en sus manos. (La Tercera)

Carlos Correa

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