En septiembre del año pasado y luego de 16 meses de análisis, la comisión asesora sobre el sistema de pensiones, más conocida como Comisión Bravo, entregaba a la Presidenta Michelle Bachelet el informe final con tres propuestas globales –“A”,”B” y “C”– que abordaban profundos e incluso estructurales cambios al sistema de AFP, además de 58 medidas específicas.
Luego de esto, se anunció que se crearía un Comité de Ministros que analizaría dichas propuestas. A seis meses de este anuncio, aún no ha habido un pronunciamiento del comité, aunque el Gobierno ha dejado claro que no habrá reformas durante lo que queda de este mandato, sino que se dejará una “hoja de ruta” para el próximo.
Un tema incómodo que ganó agenda tras la masiva movilización del domingo 24 de julio pasado, en la cual –según sus organizadores– unas 750 mil personas a nivel nacional se tomaron las calles exigiendo un cambio del sistema, que entrega bajísimas pensiones.
En este escenario, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, salió a apagar el nuevo incendio para La Moneda y apuntó a la labor de la Comisión Bravo, compuesta por 24 miembros, señalando que si hubiera una solución simple se habría llegado a “una sola propuesta, no a tres, y habrían estado bien calculados los beneficios de cada propuesta”.
Respecto a las propuestas que el Comité de Ministros está trabajando, Valdés manifestó que «eran muy amplias, no completamente coherentes en sí mismas. Eran muchas ideas y, además, los cálculos que hicieron ellos no tenían todos los antecedentes, o todos los medios, pero la verdad es que hemos tenido bastante trabajo simplemente en calcular los efectos de las distintas propuestas».
El presidente de la Comisión, David Bravo, reaccionó a estos dichos, señalando que “eso depende de la propuesta a la que se refiere, “si fuera un poco más específico, uno diría: ¡ah, se refiere a la propuesta B!”.
Su respuesta reabre el conflicto que se vivió al interior de la instancia, relatado extensamente a este medio –tras la entrega del informe en 2015– por uno de los miembros de la comisión, el economista Andras Uthoff, que hoy señala que “lamentablemente quien presidió la Comisión falta a la ética profesional con esta insinuación”.
El doctor en economía de la Universidad de Berkeley, detalló hace unos meses cómo se le había quitado el piso a la propuesta “B”, que cambia estructuralmente el sistema –de la que es uno de los autores–, en favor de la propuesta “A”, que apuesta por mantener el sistema de capitalización individual con modificaciones, o sea, mantiene la lógica de las AFP, y que fue por la que votó Bravo.
Ello, pese a que ambas opciones quedaron empatadas, ya que la “A” fue votada por 12 integrantes, la “B” por 11 y la alternativa de reparto, la opción “C” –que también apunta a un profundo cambio al sistema actual– por uno.
No solo eso. El economista entregaba un dato sorprendente: de las tres propuestas globales, la que mantiene la base del sistema y que contó con el voto del presidente David Bravo, no fue conocida íntegramente por los comisionados cuando se votó. Luego de entregado el informe a la Presidenta aún continuaron revisándola. Según el profesor de la Universidad de Chile, la opción “A” nació y tomó forma luego de que la idea de un sistema mixto fuera ganando adeptos, en contra de lo que el líder de la comisión esperaba.
Hoy, en medio de la crisis que afecta al sistema y tras los dichos de Bravo, Uthoff conversa nuevamente con El Mostrador, y asegura que “además de las propuestas de la vuelta al reparto de Cenda y la Fundación SOL, que luego apoyó nuestra colega polaca y de algunas menos estructurales que se presentaron en las audiencias, los únicos dentro de la Comisión que planteamos una propuesta desde fines de 2014 con una alternativa estructural fuimos los de la Propuesta B”.
Y agrega: “Distinto es que (Bravo) reconozca, como debiera hacerlo, que no nos ofreció ninguna ayuda desde la secretaría para estructurarla, ya que no pensó que sería apoyada por tantos comisionados. La Propuesta ‘A’ de hecho surgió en los últimos días como una reacción a la ‘B’, cuando el profesor Nicholas Barr sugirió que podía lograr los mismos resultados con algo más simple. Cosa que no hace”.
-¿Cómo califica los dichos del líder de la Comisión, ninguneando la propuesta “B”, que cambia el sistema?
-Una vergüenza y lamentable. Pero indica que forma parte de un grupo que desea desprestigiar el trabajo profesional de sus colegas, y que tal vez ahora se arrepiente de no haber apoyado lo que es la única solución para este país, tratando primero de emular lo propuesta del sistema mixto, y de desprestigiarnos ahora. Muchos de sus colaboradores en la Comisión, que ahora callan por razones obvias, alguna vez dirán la verdad.
-¿Cuál es el rol que ha tenido David Bravo en la lectura del informe?
-Creo que Bravo ha estado tratando de decir que hubo una posición de mayoría y la verdad es que no lo fue, porque hubo un empate que quería mantener el mismo sistema con quienes queríamos reformas estructurales, y en consecuencia creo que sus mensajes como líder del grupo no los interpreta a todos, a los 12 miembros que no estamos con la posición A.
-O sea, que no avala propuesta que respalda el sistema actual de las AFP…
-Con algunos cambios estructurales, algunas modificaciones que en mi opinión fueron reacciones a la propuesta nuestra de un modelo mixto, tratan de demostrar que hay un cambio estructural, pero mantienen la lógica del sistema.
-¿Qué consecuencias tiene que las declaraciones del presidente de la comisión no reflejen las distintas posiciones que hubo para la discusión y para concretar cambios al sistema de AFP?
-Menosprecia las posiciones más estructurales. Entonces, seguir con la misma lógica no va a hacer grandes cambios en la legitimidad del sistema, que es lo que está en cuestión. El sistema está deslegitimado por la población, no les gusta. Y lo que dice Bravo va en contra de tratar de legitimar un sistema, a tener un buen sistema de pensiones, un buen contrato social, que hoy día no lo hay.
-O sea, ¿a terminar con las AFP?
-Nosotros no terminamos con las AFP. Esto es como recibir un auto chocado, yo tengo que arreglarlo, no me dan plata para comprarme uno nuevo.
-¿Entonces el mandato al crearse la comisión era ese, no terminar con el sistema?
-El mandato era bastante vago, pero no era para cambiar el sistema. Era proponer soluciones y ver cómo se podía legitimar. Y hay 12 personas que piensan que la única forma de hacerlo es con un cambio estructural radical.
Uthoff señala que Bravo “forma parte de un grupo que desea desprestigiar el trabajo profesional de sus colegas, y que tal vez ahora se arrepiente de no haber apoyado lo que es la única solución para este país, tratando primero de emular lo propuesta del sistema mixto, y de desprestigiarnos ahora. Muchos de sus colaboradores en la Comisión, que ahora callan por razones obvias, alguna vez dirán la verdad».
-¿Y ese cambio estructural qué implica?
-Un voto fue para volver al sistema de reparto, no más AFP. Y los otros 11 apostaron a que, por lo menos para las personas de bajos ingresos y para la parte baja de los ingresos, exista un contrato social que se ajuste a los principios de la seguridad social, con solidaridad.
-¿Y eso significaría un cambio muy radical para el sistema de AFP?
-Mixto, sí. Les quitas la mitad de la administración de los fondos a las AFP y lo más probable es que vas a quitarles más, porque la gente no va a querer permanecer en ese sistema.
-En una entrevista tras la entrega del informe, relató cómo se intentó quitar piso a su propuesta, que busca cambios estructurales del sistema de pensiones actual…
-Se nos ninguneó todo el tiempo, se pensó que una propuesta de un sistema mixto no la iba apoyar nadie y al final lo apoyaron 11 comisionados y hay uno adicional que va a una posición más radical. Entonces, nunca se nos dieron los recursos como para trabajar la propuesta. Y hoy día se está quejando el ministro de Hacienda de que las propuestas no están bien elaboradas. Pero nunca tuvimos los recursos para hacerlo. Y el costeo que reclama el ministro era algo que tenía que hacer la Dirección de Presupuesto, que tampoco lo hizo. Entonces eso es claramente no apoyar a la comisión como se debió haber apoyado.
-¿Entonces considera que no se apoyó a la comisión y ahora se la trata de culpar?
-Exacto. La Comisión tenía que disponer de la Dirección de Presupuestos para hacer los cálculos de las propuestas que estaba haciendo. Nosotros tuvimos nuestra propuesta a comienzos del año 2015. Nunca se nos dio boleto. Y ahora se reclama que las propuestas no están bien diseñadas, no están costeadas. Creo que es injusto. La propuesta que plantea volver al sistema de reparto, que la trabajó mucho la comisionada polaca, lo hizo con todo el apoyo de Cenda. Entonces ahí claramente tenía un apoyo logístico. Nosotros no contamos con un respaldo así. Había un equipo, pero estaba dedicado al diagnóstico que estaba haciendo Bravo, que es un buen diagnóstico, pero no para las propuestas.
-¿Entonces faltaron recursos para afinar las propuestas?
-Las propuestas están hechas, pero para diseñarlas bien, nos faltó que nos pusieran el equipo, recursos y costeo que están pidiendo ahora. O sea, este reclamo que hace el ministro Valdés es un reclamo injusto.
“Ya está bueno de comisiones”
-¿Considera que la masiva marcha del domingo es una señal da fuerza como para que las propuestas de la comisión se puedan diseñar ahora?
-Ya sabemos que el sistema actual fracasó. Creo que es un hecho. Seguir con más de lo mismo es una apuesta muy arriesgada. Nadie tiene un modelo mágico que va a resolver todo. Lo que necesitamos es un debate serio en torno a los principios de la seguridad social para construir un contrato social a partir de lo que hoy tenemos. Y eso es lo que nosotros modestamente hicimos con la propuesta “B”.
-Se ha instalado en los medios, lo que ha sido avalado por Bravo, que la Comisión apostó por el impulso de 58 medidas específicas, que son distintas a las tres propuestas estructurales presentadas…
-Las que son relevantes son las propuestas estructurales. Del informe Bravo creo que hay que socializar el diagnóstico, tener como antecedentes las medidas específicas, pero estudiar con muchísimo cuidado las propuestas estructurales y, en el caso mío, yo diría especialmente la propuesta “B”.
-¿Estas propuestas específicas no sirven para solucionar el problema de fondo?
-Es que, si no haces una reforma estructural, las propuestas pierden sentido. Si me dices que hay que elevar la jubilación porque la población se va a envejecer, claro, hay que elevarla. Pero en qué contexto, cómo, cuándo, en qué momento se requiere, es un debate más nacional.
-¿Y esto se tendría que hacer a través de una comisión o cómo?
-No, yo creo que ya está bueno de comisiones. Creo que están todos los elementos como para que alguien tome una decisión más seria de lo que se debe hacer, de cómo se construye un contrato social a partir de lo que hay.
-¿Y quién tiene que tomar esa decisión?
-Tiene que tomarla el Gobierno. Pero la está tomando la ciudadanía en la calle.