Tras un movido y difícil 2023, las eventuales vacaciones quedan olvidadas: llegamos al cuarto mes y entramos de lleno a la movida agenda de temas pendientes. Y así, en un mismo día, nos encontramos con distintas situaciones de interés que podrían afectar el rumbo de la reforma tributaria.
Empecemos. El 19 de marzo de 2024, salió el primer fallo del Tribunal Tributario y Aduanero (TTA) – de la Región del Ñuble y Región del Biobío – que se pronuncia acerca de un requerimiento presentado por el Director del Servicio de Impuestos Internos respecto de la aplicación de la Norma General Antielusión (NGA). A juicio del tribunal, el contribuyente incurrió en una figura elusiva mediante el abuso de las formas jurídicas. Aunque tal vez el TTA hizo un análisis simplista de las operaciones en cuestión, después de años de vigencia de la norma finalmente conocemos el primer pronunciamiento judicial respecto de la NGA en Chile -y (¡sorpresa!) a favor del Servicio de Impuestos Internos. Es un ejemplo claro de que la NGA sí funciona, tal y como figura redactada hoy en el Código Tributario.
Llevando esta situación al “supuesto” Pacto Fiscal, recordemos que “no es amistad, el que siempre pide y nunca da”. Y, específicamente en relación con el proyecto de Cumplimiento Tributario presentado por el Ejecutivo dentro del llamado “Pacto Fiscal”, el tango se baila de a dos y, perdón por tanto refrán, la codicia rompe el saco. En efecto, la pretensión del Ejecutivo de que el mismo Servicio de Impuestos Internos aplique la Norma General Antielusión -es decir, deje de lado el rol actual de los TTA en esta materia-, viene a tirar a la basura el principio de la buena fe de los contribuyentes, obligándolos a probar su inocencia en un juicio al invertir la carga de la prueba. La única y débil garantía que estos tendrían durante el procedimiento es que se establecería una “Comisión de Expertos” (vaya a saberse quiénes serían los expertos) que analice el caso y dé su “opinión” sobre si la conducta revisada es elusiva o no. Aunque la “opinión” no sería obligatoria para el SII, mientras la Comisión haga su análisis, sí se suspende la prescripción… en favor del SII.
También se mantienen las multas para los asesores del contribuyente, con la salvedad de que si este último no señala quién ideó o planificó su reorganización elusiva, será el propio contribuyente quién será multado, siendo solidariamente responsables directores, representantes o administradores. ¡Ojo, redactores del proyecto, con imponer dos veces una sanción por el mismo hecho!
De aprobarse en estos términos, es posible vaticinar que la pista se podrá (más) pesada para los contribuyentes y que enfrentarán años de juicios en esta materia por parte del Servicio de Impuestos Internos.
Por otro lado, el mismo 19 de marzo, ocurrió un hecho, en mi opinión, histórico. La elección de José García Ruminot como presidente del Senado estableció un nuevo equilibrio de las fuerzas políticas, precisamente cuando se discuten dos reformas emblemáticas del gobierno: la previsional y la tributaria. Supone un nuevo escenario para el gobierno del Presidente Boric y no queda claro si se aprobarán tal cual o si sufrirán modificaciones de envergadura. La senadora Rincón cruzó el Rubicón y, si logra entrar a la comisión de Hacienda de la Cámara Alta, el panorama para el ministro Marcel y compañía se ve difícil si no ceden en sus pretensiones actuales.
Entonces, tal como en una montaña rusa, cuyo trayecto comienza de forma lenta, con el chirrido de las cadenas que van llevando a tirones a los participantes hacia una cima, pronto los chilenos llegaremos a esa cúspide desde la cual saldremos disparados a toda velocidad, y con sensaciones al menos de vértigo, a quizás qué reformas previsionales y tributarias.
Mientras tanto, seguimos desatendiendo lo importante. Es crecimiento lo que (y no me canso de repetir) nos dará mayor recaudación (y no a un 0,2% anual), lo que sólo se logra con políticas y reglas claras que den certeza y seguridad a los inversores. Algo que de momento, está resultando difícil de cumplir. (Ex Ante)
José María Diez