Si bien siempre se compite para ganar y en las internas que la DC realizará este domingo 8 de enero hay tres listas en carrera, en dicho partido la verdad es que hay muy pocas dudas de que la timonel Carolina Goic logre, con mayoría, amarrar un triunfo y, así, dirigir por un nuevo mandato a la falange. Las incertidumbres e incógnitas apuntan más a lo que esa victoria puede generar internamente en la colectividad, el efecto que tendrá en la Junta Nacional de fin de mes y cómo puede influir en las decisiones que la tienda deberá tomar para zanjar su apoyo a un candidato presidencial propio o de la Nueva Mayoría.
No es casual que la senadora Goic esté frente a un auspicioso escenario político a ojos de su partido. Va más allá de que sea mujer, joven y un liderazgo nuevo, sino que además tiene ambición política, sentido de oportunidad política, dialoga transversalmente con todas las corrientes internas y no ha cometido errores desde que asumió la presidencia DC por petición de la Junta Nacional el 2 de abril del 2016, luego de la inesperada renuncia del entonces timonel Jorge Pizarro, involucrado en el caso SQM por la asesorías que sus dos hijos prestaron a la minera no metálica.
Desde entonces, ha recorrido más de 100 comunas del país, vinculándose con las bases y dirigencias locales, pero sobre todo se anotó dos aciertos que en el mundo de la falange han sido trascendentes, como reconocen transversalmente en el partido: el liderazgo que demostró en el funeral del ex Mandatario Patricio Aylwin al pedir perdón públicamente por los casos de ilegalidades en el financiamiento de campañas, lo que la puso en el foco público a nivel nacional, y cuando golpeó la mesa ante La Moneda –a pesar de ser una reconocida bacheletista– después de las municipales de octubre, al advertir al Gobierno que “con la DC no se juega”.
“El sentido común partidario reconoce en ella una figura que ha dado frescura y credibilidad a la DC y eso la ha ayudado mucho para estar en el lugar en que se encuentra hoy”, afirmó un parlamentario falangista.
Tuvo un tercer acierto, recordaron en el partido: jugarse políticamente –generando los apoyos necesarios para ello– por quedar como primera vicepresidenta de la DC de la mesa de Pizarro en abril del 2015, ya que “captó” que las dificultades que enfrentaba el senador hacían poco viable que lograra terminar su mandato –lo que sucedió–, quedando instalada como la primera opción para reemplazarlo, como también ocurrió.
“Será un triunfo holgado, pero no todo lo que se quiera”, reconoció un dirigente DC sobre el resultado que obtendrá Goic. La razón, coinciden transversalmente en la tienda, es la preocupación por el nivel de participación que registre esta elección interna, debido a que las bases de la falange ya han tenido entre tres a cuatro votaciones en un año. Enero, por las vacaciones, puede incidir en una baja de electores y la certeza que hay sobre una reelección de la timonel podría desmotivar a los militantes.
Así, nadie cree que se logre llegar a los 21 mil militantes que votaron en diciembre para las elecciones territoriales y los pronósticos promedian los 15 mil electores. Precisamente por esa baja de sufragios y el “clima de certeza” interno sobre la reelección de Goic, es que la timonel ha pedido en regiones a diversos dirigentes no aflojar el trabajo interno, para asegurar un triunfo el domingo que le permita superar el umbral del 60% de los votos.
“El objetivo de Goic es no tener que integrar otras fuerzas a su nueva directiva y esa ha sido la petición que ha hecho. Hay bastante confianza”, explicó un consejero nacional.
Si eso sucede, explicaron en el partido, la líder falangista consolidaría un poder absoluto en la DC, incuestionable. Ello, porque eso significaría que, a pesar del trabajo político de los últimos años, la lista de la disidencia interna, que lidera el diputado Víctor Torres, no habría logrado consolidar una fuerza que le haga un contrapeso real a Goic en los próximos dos años.
“Si la lista de la disidencia no llega al 30%, significa un fracaso político de este sector, pero también que habrá un desequilibrio del poder interno, lo que nunca es bueno”, aseguró un ex dirigente nacional DC.
El diputado Torres dijo que la lista ha trabajado para generar un escenario competitivo a nivel interno y confía en que la mirada política que la sustenta verá sus frutos el domingo. En el seno de la disidencia reconocieron que el objetivo es efectivamente abrochar el 30% de apoyo, para tener presencia, voz e influencia en el rumbo de la próxima directiva nacional.
Ser o no ser
Pero, junto con el poder interno, si Goic gana holgadamente el domingo, su nombre nuevamente queda instalado como una carta viable de la DC para la carrera presidencial. En la falange hay quienes consideran que un triunfo mayoritario de la senadora generará casi automáticamente su proclamación en la Junta Nacional del 28 de enero como abanderada presidencial del partido. “Goic debe considerar la posibilidad de ser proclamada en la junta, si sucede debe pedir libertad de acción para negociar con la Nueva Mayoría, a todo nivel, la orientación del próximo gobierno y el contenido del programa. Eso la instala como líder”, adelantó un ex dirigente del partido.
Entre los cercanos a Goic y quienes han hablado directamente el tema con ella aseguran que la senadora tiene “más dudas que certezas de ser candidata presidencial”, que mienten los que filtran que tiene la convicción de asumir ahora dicho desafío. Es más, uno de sus colaboradores más estrechos advirtió que una “abrumadora mayoría es una condición necesaria para que sea proclamada en la Junta Nacional, pero que no es suficiente”.
En la propia directiva DC explicaron que el grupo “Progresistas con Progreso” vive ajeno a la realidad del partido, sus miembros no participan en sus instancias partidarias, si lo hacen rara vez opinan realmente en el debate interno. “Solo hacen documentos en una oficina del sector oriente y luego hacen política solo a través de los medios de comunicación, eso genera un rechazo muy fuerte en el partido”, recalcó un diputado de la bancada falangista.
Hay factores que se pondrán sobre la mesa a partir del domingo y que serán considerados por la DC en la Junta. El resultado que arroje hoy la influyente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) sobre la correlación de fuerzas que hasta ahora hay entre Alejandro Guillier y Ricardo Lagos Escobar, como de ambos enfrentados al ex presidente Sebastián Piñera, la principal carta que tiene la derecha. Un dato extra y no menor, agregaron en el partido, será si la senadora aparece en el sondeo y en qué condiciones antes de pensar en proclamaciones.
También está el sector DC que apoya y trabaja por Goic, pero que no comulga con la idea de “quemar” su liderazgo en esta carrera presidencial, sino que apunta a reservarla para el 2022, porque en la contienda de noviembre es evidente –precisó un consejero nacional– que ninguna carta de la DC tiene alguna chance.
El dilema DC en la Junta no deja de ser menor. Si proclaman un candidato propio para las primarias, es una carrera perdida, no hay chance ante Guillier, y una derrota en julio implica repetir lo sucedido el 2013, cuando la falange se quedó sin nada con que poder negociar ante la Nueva Mayoría tras el fracaso de Claudio Orrego en las urnas. “Hay dos suicidios posibles: ir a la primaria y, lo otro, es ir hasta la primera vuelta sin defender la lista parlamentaria del partido”, advirtieron desde la mesa directiva.
Si la Democracia Cristiana lleva a todo evento un candidato propio hasta la primera vuelta presidencial de noviembre, eso significaría que la colectividad estaría obligada a llevar una lista de candidatos parlamentarios fuera del pacto de la coalición y el camino propio en esa línea, según todos los cálculos internos, representaría una debacle electoral, que podría implicar reducir hasta un tercio su actual representación en el Congreso.
“Nadie se va a arriesgar a eso”, reconocieron en la mesa directiva.
Por eso es que es tan importante que, si se llega a generar el escenario de una proclamación de Goic en la Junta Nacional, esta sea con libertad absoluta para negociar, estirar el elástico lo más posible ante la Nueva Mayoría sin que se corte, o sea, sin poner en riesgo el acuerdo parlamentario.
En esa perspectiva, en la DC afirmaron que algunos sectores y parlamentarios ya han entrado en conversaciones preliminares con el Partido Radical e incluso con el propio Guillier, lo que podría ver algunos frutos precisamente en la proclamación que el radicalismo hará el sábado del senador por Antofagasta en el Parque O´Higgins, con la presencia de algunos o su despliegue territorial para aportar huestes para el acto.
La venia del Gute
En la DC tienen asumido que el tema presidencial se tomará la Junta Nacional, porque saben que ya no queda tiempo y es una decisión que no se puede seguir dilatando. Pero en esa cita también se discutirá otro punto no menor: la relación de la falange con la Nueva Mayoría a futuro.
No es gratuito que, a principios de esta semana, el ex timonel Gutenberg Martínez lanzara al debate público una propuesta puntual de lo que entiende debe ser la coalición en la que cohabite la DC. “Una coalición de verdad (…) el nivel objetivo de acuerdo y de diferencias y el nivel de compromiso posible a ser cumplido por cada partido. Me imagino que podrían existir distintos niveles de compromiso, uno el de coalición, otro el de acuerdo programático parcial o no total, con menos miembros la coalición y con alguno más el acuerdo programático», dijo en entrevista con El Mercurio.
Martínez fundamentó su idea. «Desde un punto de vista teórico, es posible reconocer diferencias que imposibilitan que todos cedan en sus posiciones por un acuerdo común, que es indispensable para ser coalición, pero que sí estén dispuestos a un nivel menor o distinto de compromiso, como sería un acuerdo en algunos de los puntos de un programa. Podrían ser una especie de círculos, de dos círculos concéntricos, con compromisos y responsabilidades diferentes, donde nadie esté forzado a imposibles. Lo esencial es que la coalición sea de centro izquierda, es decir, no puede ser algo de izquierda ni tampoco solo de centro. Esto es vital, es superar la disyuntiva refundacional o de concertación del primer tiempo», agregó.
En la DC entendieron estas palabras como el visto bueno público del “Gute” para la continuidad de la Nueva Mayoría como se le conoce hasta ahora, lo que implica que no hará olas para fomentar un camino propio por ahora. Entre sus más cercanos y quienes lo conocen públicamente reiteraron que la prioridad política del ex timonel es una sola, la lista parlamentaria de la DC, nada más, que está consciente de que en materia presidencial la falange no tiene nada que hacer, que es vital, por lo mismo, mantenerse como parte de la coalición para llevar una nómina de candidatos dentro del pacto y preservar doctrinariamente el partido desde sus bancadas en el Congreso.
Dicho eso, en las filas DC entendieron que la propuesta de Martínez apunta a ello, a una señal política en la que asume la convivencia de la antigua Concertación con la actual Nueva Mayoría, donde la presencia del PC es crucial y es el factor que siempre ha hecho ruido al “Gute”. Entre los parlamentarios del partido, algunos agregaron que la idea del ex timonel fue solo una “salida elegante” para no tener que pronunciarse a fondo sobre la relación con los comunistas, consciente de que no hay espacio político para aventurase con tesis del camino propio.
“El ambiente mayoritario en el partido es mantener el domicilio político en la Nueva Mayoría y, por lo mismo, es muy probable que eso se explicite en un voto político en la Junta Nacional”, explicó uno de los consejeros nacionales.
Visión que es compartida por el diputado Torres. “Hay tesis diferentes sobre la estructura del conglomerado y la creatividad da para mucho, lo que importa es resguardar la permanencia de una coalición de centro izquierda y hay una mayoría en la DC convencida del rol del partido en ella y cuál debe ser su política de acuerdos”, precisó.
Martínez no fue el único que puso propuestas sobre la mesa. Aunque en una dirección totalmente opuesta, el grupo “Progresistas con Progreso”, liderado por la ex ministra Mariana Aylwin, reiteró ayer –a través de un documento publicado en El Mercurio– la necesidad de que la DC dé por superada a la Nueva Mayoría y se la juegue por un candidato propio hasta el final.
«Las encuestas de opinión demuestran inalterablemente lo mismo. ¡Esta coalición gobernante, con todo respeto, ya no da para más! No tiene alma, no tiene proyecto común, no tiene credibilidad y tampoco capacidad de gobernar. ¿Cómo y por qué podría proyectarse? El peor escenario es el del continuismo acomodaticio. Ello sería la condena a muerte de nuestro partido y estaría marcado por el sello de la infidelidad a nuestra memoria y pasado histórico», reza parte del texto del grupo que suscriben, entre otros, ex ministros como Eduardo Aninat, Hugo Lavados y Pedro García.
Salvo el reducido número de adherentes que suscriben el documento, la línea política que trata de levantar Mariana Aylwin no tiene acogida en la DC. El hecho de que no se lanzara a una candidatura interna para no arriesgarse a una derrota estrepitosa es un índice claro –agregaron dirigentes, consejeros, parlamentarios y ex autoridades del partido– de lo minoritario de su liderazgo interno y del rechazo que generan entre las bases de la falange.
En la propia directiva DC explicaron que el grupo “Progresistas con Progreso” vive ajeno a la realidad del partido, sus miembros no participan en sus instancias partidarias, si lo hacen rara vez opinan realmente en el debate interno. “Solo hacen documentos en una oficina del sector oriente y luego hacen política solo a través de los medios de comunicación, eso genera un rechazo muy fuerte en el partido”, recalcó un diputado de la bancada falangista.
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