Elogio a los acuerdos

Elogio a los acuerdos

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El Partido Republicano y otra parte de la derecha han fustigado cualquier opción de acuerdo en pensiones si no va el 6% adicional a la cuenta individual.

“Acordamos lo que yo pienso o no hay acuerdo”, es la consigna valientemente enarbolada en 140 caracteres.

Curiosa forma de buscar pactos sobre intransables que no se discuten.

Lo paradójico es que ello conlleva a —al menos— tres consideraciones que son inverosímiles.

Por una parte, la derecha que se niega a buscar un acuerdo ha levantado la bandera de “la cocina” para decir que cualquier transacción es una claudicación de los principios. El candidato Johannes Kaiser señaló que “el derecho de propiedad no se transa”, como si el mismo sistema previsional —por esencia— no fuera precisamente una renuncia forzada a parte de la libertad.

Lo curioso es que la bandera del “no a los acuerdos” y de la “inmoralidad de la renuncia” es la misma lógica con la que el Frente Amplio y el Partido Comunista llegaron al poder con Boric a la cabeza. Y ahora es la fórmula que enarbola la otra cara de la luna.

En segundo lugar, esa misma parte de la derecha —al ritmo de Bukele y Milei— está a la expectativa de que en el próximo gobierno existirá una mayoría parlamentaria que permitirá imponer la reforma a gusto de ellos. El viento corre en contra de la izquierda y es posible que exista una mayoría suficiente para las derechas, pero esa era exactamente la misma expectativa (pasar la aplanadora) con la que el Frente Amplio y el Partido Comunista llegaron al poder.

En tercer lugar, en un tema tan complejo como el previsional, pensar que se puede imponer una sola visión es del todo cortoplacista, asumiendo que la experiencia latinoamericana (y la propia chilena) ha mostrado que el viento electoral cambia en poco tiempo. Así, una reforma de derecha realizada en el próximo gobierno la puede sustituir una reforma de izquierda (que elimine las AFP o que haga el manotazo argentino a los fondos) en dos gobiernos más. Total, si es por simple mayoría, todo es posible. Próximo gobierno, todo a la cuenta individual. En dos gobiernos más, todo a reparto. La crítica de la “derechita cobarde” a quien quiere allanarse al principio liberal más básico, que es el de nutrirse del otro o acordar con el que piensa diferente, no solo es injusta, sino que extremadamente peligrosa.

Y en la izquierda la cosa no se ve mejor. El Frente Amplio y el Partido Comunista ya anunciaron que si no se vuelve al proyecto original, no habrá votos para sostener el modelo de las AFP. Así las cosas, las viejas banderas del “No + AFP” están listas para volver a ser enarboladas.

Chile lleva demasiado tiempo esperando una reforma previsional. Seguir jugando al todo o nada terminará afectando severamente a un país que necesita más ahorro forzado. El intento de ganar el set 6-0 más bien conduce a que sigamos en el eterno 0 a 0, que es el peor escenario.

La compensación a las mujeres financiada con una parte de la cotización, pero a condición de que posterguen su edad de jubilación, parece acertada. Por otra parte, financiar una garantía transitoria por años cotizados a personas con elevada densidad de cotización genera incentivos a cotizar, algo muy necesario.

Valiente no es quien busca quedar bien con la barra brava. Valiente es quien, cautelando la esencia de sus convicciones, está dispuesto a ceder, a buscar puntos de encuentro. Mal que mal, basta revisar nuestra propia historia para darnos cuenta de que fue esta fórmula la causante del período más virtuoso del país. Tal vez es una mera casualidad que en ese período no existía el Frente Amplio ni el Partido Republicano, y que el Partido Comunista no estaba validado ni como gobierno ni como oposición.

Tal vez es una mera casualidad. (El Mercurio)

Francisco José Covarrubias