El centro de estudios Espacio Público, en conjunto con la empresa encuestadora Ipsos, dio a conocer este lunes los resultados del sondeo anual de opinión pública que realizan sobre las percepciones de la sociedad chilena, destacando que la delincuencia, el desempleo y la calidad de la salud siguen siendo sus principales preocupaciones.
En la encuesta, denominada «chilenas y chilenos hoy: desafiando los prejuicios, complejizando la discusión», un 53% mencionó a la seguridad ciudadana como el problema más urgente. Más atrás, con un 40%, señaló a la falta de trabajo y las mejoras del sistema sanitario.
Al consultar por los principales problemas que les afectarán en 10 años más, y comparándolo con la pregunta anterior, se advierte que el problema de las bajas pensiones sube desde un 22% a un 31%, siendo de especial preocupación para un 59% de las personas entre 61 y 75 años.
Por otro lado, el problema de la contaminación ambiental y el cambio climático crece desde un 12% a un 20%, empujado principalmente por un 35% de jóvenes entre 18 y 29 años, y un 28% de personas del segmento ABC1.
Al respecto, la directora ejecutiva de Espacio Público, Pía Mundaca, señaló que los datos recuerdan «aquellos desafíos apremiantes que tiene nuestra sociedad, muchos de los cuales se han mantenido durante años y siguen esperando, además de reforzar aquellas urgencias que se han acrecentado producto de la pandemia».
En tanto, la directora de Estudios Públicos de Ipsos, Alejandra Ojeda, indicó que «la crisis de salud ha significado distintos tipos de costos para las personas, siendo la caída de los ingresos en los hogares y el aumento del desempleo los dos más evidente en esta etapa, otros efectos están aún por dimensionarse».
VIOLENCIA Y ABUSOS
El estudio también abordó la postura de los chilenos sobre las protestas y los abusos, destacando que, en general, están en desacuerdo con que los saqueos, la quema de edificios y la quema de infraestructura pública son medios necesarios para llamar la atención de las autoridades (84%, 82% y 81% respectivamente).
Sin embargo, un 36% considera que todo proceso de cambio requiere algún grado de violencia, y un 40% está de acuerdo con que es válido hacer barricadas para expresar demandas. Asimismo, se observó una baja importante en el porcentaje que cree que algunas situaciones que afectan su calidad de vida son violentas.
Por ejemplo, sobre el tener bajas pensiones pasó de 94% a 87%; el alto precio de los medicamentos (de 93% a 85%), la demora en atenciones de salud (de 91% a 85%), las colusiones entre empresarios para fijar precios (de 90% a 84%), las bajas penas a condenas de delitos cometidos por ejecutivos de empresas y políticos (de 92% a 83%) y endeudarse por años para estudiar en la universidad (de 89% a 82%).
Por otra parte, se muestra un aumento en el porcentaje que cree que las siguientes acciones son muy violentas: los saqueos (de 77% a 81%), cortar las calles con manifestaciones e impedir el tránsito (de 50% a 57%), las evasiones del metro (de 49% a 55%) y los piropos en la calle (de 48% a 53%).
En cuanto a qué entiende la gente por dignidad, un 25% asocia el término a «un mínimo nivel de calidad de vida para vivir con tranquilidad», un 23% con «el respeto hacia las personas independiente de su condición económica», un 19% con un «trato humano hacia todas las personas», y un 10% con «“terminar con los abusos».
Según explicaron los realizadores del estudio, estos datos indican que no existen visiones predominantes en torno al concepto y que, incluso, el análisis por variables sociodemográficas no muestra que en determinados grupos predomine alguna visión de dignidad por sobre otras.
Cabe destacar que el sondeo se realizó de forma online a 1.000 hombres y mujeres mayores de 18 años que residen en Antofagasta, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Concepción y Talcahuano. (Emol)
