¿Es un buen momento para invertir en Chile?

¿Es un buen momento para invertir en Chile?

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La mayor parte de los analistas e instituciones que estudian la economía chilena proyectan que este año la inversión se contraerá entre 3% y 4%. Señalan que este factor podría llevarnos a un segundo año de crecimiento económico por debajo del potencial, deteriorando, en consecuencia, la creación de empleos formales. El avance del coronavirus en el mundo y su reciente propagación en nuestro país hacen aún más desafiante el escenario económico de este año. La inversión es el principal ingrediente para sostener el crecimiento económico, potenciar la productividad de largo plazo, crear puestos de trabajo y financiar de manera sostenible una agenda social ambiciosa. Chile necesita inversión.

La política fiscal está haciendo lo suyo a través de una estrategia de inversión en infraestructura que suma esfuerzos públicos y privados. En 2019, la inversión pública creció 9,3%, como consecuencia de la agenda de aceleración económica lanzada por el Gobierno a mediados de año. A esto se agrega el Plan de Protección del Empleo y Recuperación Económica anunciado en diciembre, que se traducirá en un nuevo aumento relevante de la inversión pública este año. Este plan incorpora medidas por US$ 5.500 millones, concentradas en inversión, reconstrucción, para favorecer el empleo, además de alivios tributarios y de financiamiento.

Si bien la política fiscal está colaborando activamente en potenciar la inversión en Chile, no podemos dejar de lado la importancia de la inversión privada, la cual explica más del 80% del total. Chile es un país que ha crecido y se ha desarrollado gracias a la inversión y al emprendimiento privado.

Dentro de los argumentos que se mencionan para proyectar una caída en la inversión, destacan la violencia que aún se observa en las calles y, como un factor de más largo plazo, la incertidumbre que genera el debate constitucional. Si bien la expansión del coronavirus ha sumado factores de rezago a la inversión con retornos de corto plazo, estos se irán moderando a medida que la incertidumbre respecto de la propagación del virus vaya disminuyendo. En definitiva, hay argumentos atendibles para explicar una contracción en la inversión, pero también es cierto que existe una serie de factores que siguen haciendo de Chile una buena opción para desarrollar proyectos de largo plazo.

Por un lado, la incertidumbre tributaria, que nos acompañó durante gran parte de 2018 y 2019, se disipó con la aprobación en el Congreso y reciente promulgación de la Ley de Modernización Tributaria. Esta iniciativa incorpora incentivos directos a la inversión, destacando la depreciación instantánea para el 50% de las inversiones que se realicen por un período de dos años.

Adicional a los esfuerzos fiscales, la política monetaria también está contribuyendo con las tasas de interés más bajas desde la crisis financiera de 2008-2009, generando condiciones de financiamiento favorables para apalancar los recursos necesarios para invertir.

Si observamos las cifras, los temores para invertir se reflejan con más claridad en inversionistas locales. En términos generales, inversionistas extranjeros no han postergado sus inversiones en nuestro país. Valoran el camino institucional y democrático que Chile está siguiendo en el debate constitucional y las garantías que entrega el Acuerdo firmado el 15 de noviembre por parlamentarios de prácticamente todo el espectro político, así como el acuerdo por la paz y la agenda social.

Adicionalmente, desde el exterior ponderan en mayor medida las fortalezas institucionales y el marco de política económica de nuestro país, que nos ha dado tan buenos resultados en las últimas tres décadas y que se ha mantenido inalterado, pese a todo lo ocurrido desde el 18 de octubre.

La evidencia muestra que los grandes proyectos de inversión, que se evalúan con perspectivas de largo plazo, han seguido su curso, que la inversión no se ha detenido. De acuerdo con la información catastrada por la Oficina GPS del Ministerio de Economía, en los últimos meses se han aprobado proyectos de diversos sectores económicos, totalizando US$ 3.790 millones. Por su parte, se contabilizan 90 proyectos próximos a iniciar su construcción u operación este año, que implican recursos por más de US$ 22 mil millones en el próximo quinquenio, generando más de 85 mil empleos.

La pregunta es: ¿Necesitamos mejores condiciones para invertir o necesitamos invertir para mejorar las condiciones? Invertir hoy puede ser una oportunidad. Quisiera hacer un llamado a todos los inversionistas a no quedar fuera de este proceso, a valorar las fortalezas de Chile, a aprovechar las oportunidades que ofrece nuestro país en distintos sectores e industrias, a no llegar tarde y seguir contribuyendo con el bienestar de los chilenos, como lo han hecho por décadas.

 

Lucas Palacios/El Mercurio

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