Escalona: «Mayoría de Piñera en Congreso provocaría peligrosa regresión»

Escalona: «Mayoría de Piñera en Congreso provocaría peligrosa regresión»

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Concentrado en su campaña para volver al Senado, representando ahora a la Región de Aysén, Camilo Escalona analiza el escenario político cuando las campañas ya están en tierra derecha. Optimista como es, el exsenador sigue convencido de que es posible ganarle a Sebastián Piñera e insiste en que es necesario un acuerdo entre las fuerzas de centroizquierda de cara a la segunda vuelta, haciendo hincapié en los temas fundamentales que unen al sector y dejando de lado las discrepancias. Pero, pese a su optimismo, al vicepresidente del Partido Socialista se le nota preocupado de que eso se pueda concretar.

– ¿Cómo ve el escenario parlamentario ahora que la carrera ya empezó?

– Es un escenario que tiene un alto grado de incógnita. Sin embargo, espero que la derecha no alcance la mitad más uno en la Cámara o el Senado, porque eso -que es el propósito explícito de Sebastián Piñera- precipitaría una regresión social, que es muy peligrosa para el país.

– ¿Por qué cree eso?

– Porque provocaría grandes tensiones y exacerbaría las disputas ideológicas y sociales. Entonces, por la gobernabilidad democrática de la nación chilena, espero que las fuerzas que no están incluidas en la lista de Chile Vamos constituyan, independientemente de su diversidad y heterogeneidad, más de 50% de la Cámara y el Senado. Es una meta difícil, pero pienso que se puede alcanzar.

– Tan difícil que en la Nueva Mayoría están pesimistas, tanto que ya preocupa el destino de las reformas de Bachelet.

– Pero desde hace un año que vengo advirtiendo que se estaba generando un escenario desfavorable; y, ahora, los que precipitaron el escenario desfavorable, están llorando.

– ¿Estamos hablando de la DC?

– No vale la pena levantar el dedo en contra de nadie en particular, porque eso agudiza las disputas personales. Pero repito lo que he dicho tantas veces: si hubiésemos construido unidad en torno a la postulación de Ricardo Lagos, tendríamos un escenario completamente diferente. Lamento que Insulza, por ejemplo, no ayudara en nada y, por el contrario, se cruzara en ese camino en un momento en que él pudo haber aportado a ese propósito y mantuvo una postulación que no tenía destino, como la experiencia lo demostró. Lamento también que yo mismo y las personas que pensaban igual no tuviéramos la capacidad de convencer al Comité Central del PS para que tomara un camino diferente.

– En este escenario tan complejo, ¿cree que aún sea viable un acuerdo de cara a la segunda vuelta?

– Para eso he sugerido que se salgan las mentes, por unos minutos, del tema electoral y se aborde lo que es esencial en política y se elabore una plataforma de ideas fundamentales y que los partidos designen una comisión de hombres buenos y se prepare un texto desde ahora con la perspectiva del tiempo y las semanas suficientes, para que el día 20 de noviembre se suscriba, no un pacto mínimo respecto de la administración del gobierno o de cuotas de poder. Lo fundamental son las grandes orientaciones, el horizonte con el cual se va a presentar el candidato en la segunda vuelta.

– ¿Cree que si Piñera consiguiera la mayoría en el Congreso sería tan dramático como que arrasara con todo lo que se ha hecho?

– Creo en mi país, así es que no soy catastrofista, pero no creo en Piñera. Tengo la convicción de que lo que se ha construido desde el triunfo del “NO” para acá han sido bases estables, mayorías ciudadanas sólidas en torno a una visión democrática del Chile en que vivimos. Y frente a esas grandes convicciones no creo que la ultraderecha vaya a cambiar las cosas. Pero Piñera se salió de una posición de centro derecha -que él tradicionalmente tuvo- a una posición de derecha regresiva.

– Dicen que en esta campaña se ha derechizado.

– Yo temo que el discurso de Piñera va más allá de querer agrupar a los más duros de la derecha, él da cuenta de una convicción ideológica de generar un proceso de regresión social y eso me preocupa.

– Entonces, ¿es tanto más grave la decisión de la DC, se equivocó?

– Efectivamente, la decisión de decir que van a reagrupar al centro es un ejercicio que no se va a cumplir en la realidad, porque el país es otro.

– En este contexto, ¿qué rol juega el gobierno?, se lo pregunto porque hasta hace unas semanas parecía que se había instalado el pato cojo en La Moneda, pero se activó su agenda legislativa e ingresó una serie de proyectos que generan bastante debate ideológico.

– El gobierno no deja de ser de toda la nación y, por lo tanto, tiene que gobernar para todos, esa es una primera obligación que no se debe olvidar en el marco de la contingencia electoral, porque sería muy negativo que se olvidara. En segundo lugar, debe aunar las fuerzas de la Nueva Mayoría en todas aquellas materias que la situación se lo permita, entendiendo que va a haber, seguramente, disensos que no se van a disolver.

– ¿Por qué cree eso?

– Porque cada cual está haciendo el ejercicio de levantar el perfil y en esa práctica va a haber personas que tomen distancia del gobierno. Hay que reducir las áreas de disenso, esa es la tarea del gobierno.

– En ese sentido, ¿cómo lo está haciendo su candidato Guillier?, se lo pregunto porque se entiende que debería haber sintonía entre el candidato y el gobierno, pensando en la prolongación de este último.

– No se debería pensar así, porque el candidato no reemplaza al gobierno, eso nunca ha ocurrido, mientras más nítido el rol de cada uno es mejor. Lo que tiene que hacer Guillier es hacer su campaña presidencial y alejarse de todas las otras disputas que se producen, porque no es ese su rol, es imposible que él pueda pasar a ser una especie de comité político en campaña.

– ¿Cree como muchos en la Nueva Mayoría que es insalvable el que se repita la imagen de Bachelet entregándole la banda a Piñera?

– Incluso las encuestas más favorables a Piñera, como la Cadem, indican que se puede evitar esa situación, porque la suma de los que no están con Piñera son muchos más. Por eso digo que los partidos se olviden de los cupos por un rato, que cada cual haga su propia campaña como corresponde, de manera limpia, constructiva, sin recurrir a golpes bajos y que los colectivos que sean -centros de pensamiento, los propios institutos de los partidos- preparen desde ahora las ideas fundamentales para enfrentar la segunda vuelta. Eso me parece de una importancia cardinal, porque la mayoría de los chilenos no quiere que Piñera vuelva, pero aunque muchos de ellos están contra Piñera, están tan enojados que no van a ir a votar. Entonces, hay que recuperar el respaldo de nuestra base social, lo que significa pensar en el Chile de mañana y proponérselo al país y para eso hay que prepararse para la segunda vuelta.

REFORMA PREVISIONAL

– Desde que se presentó la reforma previsional, la oposición ha pedido que se le retire la urgencia, porque temen que pueda darse lo del ’99, cuando Lagos –dicen- ganó gracias a la reforma laboral, ¿cree que sea posible eso?

– No, Piñera le está cuidando el bolsillo a las AFP no más. Es verdad que la gente salió a marchar multitudinariamente por una demanda concreta, en este caso ‘no más AFP’, porque todos se sienten abusados, pero ese punto en que todos se juntan se transforma después en infinitos puntos de vista diferentes. Si alguien cree que la sociedad chilena se puede meter en una especie de corral y ser empujada como rebaño a votar, levantando una bandera a última hora, está haciendo un completo ridículo, la sociedad chilena es mucho más compleja que eso.

– ¿No cree que esta reforma es ideológica?

– No es ideológica. Ese es un tema inminentemente práctico, de políticas públicas concretas. A Piñera le importa mantener el status quo económico, porque los grandes controladores de las AFP lo apoyan, eso es todo, porque no quiere perder el voto duro. (DF)

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