Adriana Delpiano reconoce que el Crédito con Aval del Estado (CAE) no fue «un tema programático» al inicio del segundo gobierno de Michelle Bachelet, pero sí asegura que «en el andar» se vio que había que hacerle algunos ajustes.
«Una de las grandes críticas del movimiento estudiantil era que había que sacar a la banca», explica la ex ministra de Educación en conversación con EmolTV. Por eso, dice, el proyecto que buscaba modificarlo que se presentó en marzo —y que inicialmente se presentaría en noviembre, pero fue retrasado por el protagonismo que el tema alcanzó durante la campaña presidencial— está «elaborado en todos sus aspectos técnicos».
«Es un proyecto muy desde el Ministerio de Hacienda, con una mirada y un énfasis en Educación», afirma.
La semana pasada, el actual titular de la cartera, Gerardo Varela, indicó que el proyecto, que no alcanzó a ser votado, será reemplazado por una nueva iniciativa. «Trabajamos mucho en él (..) Es un buen proyecto de ley, se trabajó mucho tiempo en él. Es un buen proyecto, serio, que crea una institucionalidad especial y que transforma a Ingresa en un servicio público con autonomía», añade la ex ministra.
Para ella, la iniciativa «coincidía con hacerse cargo de los principales problemas del CAE» y por eso, asegura, se trata de un proyecto que «nos dejó satisfechos». «No sé por dónde pudiera ir la crítica que el Gobierno tenga en torno a este proyecto de ley«, asegura.
El nuevo proyecto «Yo espero que se cumplan los principios básicos del crédito», opina Delpiano sobre la iniciativa que el Gobierno de Sebastián Piñera deberá presentar dentro su hoja de ruta de 90 días.
Entre esos principios, menciona que sea «atingente al ingreso», que «no te persiga eternamente» y que mantenga a los bancos fuera del modelo. «No veo razón para que en estos 90 días se presente un proyecto con la banca y se incendie la calle. Para eso dejabas el proyecto como estaba en el Parlamento», asegura Delpiano.
Sobre el hecho de retirarlo, la ex ministra considera que se trata de «un hecho político más que práctico». «Si tienes algunas observaciones, basta con que cambies algunos aspectos (del proyecto), que mandes indicaciones», señala.
Afirma, también, que ve «una tensión» en el Gobierno con respecto a las iniciativas de la administración anterior y que le «preocupan las opiniones que se han vertido en el último tiempo, que reflejan más el sentimiento, que el cumplimiento de la ley».
Dichas opiniones fueron calificadas desde la oposición como una manera de pasar una «motosierra administrativa» sobre los proyectos emblemáticos de Bachelet. Sin embargo, reafirma lo que expresó antes de dejar el Gobierno y dice que espera que el proyecto no se «derribe». «No creo que lo vayan a hacer, porque sería un disparo en los pies derribar un proyecto que tenga este nivel de apoyo», concluye. (Emol)