Tras el plebiscito del 4 de septiembre, comenzó una carrera desde distintas fuerzas para disputar el centro político. Sin embargo, hay quienes, dentro de la izquierda, pretenden atrapar a aquellos que, a su juicio, votaron por el Presidente Gabriel Boric pero se han desencantado por la distancia que ha tomado de su hoja de ruta original.
Ese es el caso del Partido Popular, colectividad en la que abundan exmilitantes de Comunes, particularmente quienes eran cercanos a la excandidata a la gobernación metropolitana (y posteriormente al Senado) Karina Oliva.
Desde el partido en formación cuentan que sus orígenes se remontan a octubre del año pasado, justamente cuando Comunes, hoy encabezado por Marco Velarde, experimentaba episodios de renuncias masivas.
De hecho, en la directiva hay tres exmilitantes de Comunes: el alcalde de Macul, Gonzalo Montoya; Matías Gazmuri y Juan Pablo Sanhueza (en la fotografía), quien se desempeña como presidente de la colectividad.
Este último era una pieza clave en el entorno de Oliva. Al momento de develarse las irregularidades en los excesivos montos de campaña de la candidata, Sanhueza se desempeñaba como vicepresidente de la fundación Chile Movilizado, fundada por ella. La entidad, según registros del Servel, figuraba como proveedor de servicios por un total de $ 120 millones para su campaña a la gobernación metropolitana.
Pese a que son varios los cercanos a Oliva que hoy son parte del partido en formación, desde la directiva son enfáticos en decir que ella no es parte de la colectividad. Tampoco Jorge Ramírez, quien era el timonel de Comunes cuando se comenzó a investigar a Oliva como presunta autora del delito de fraude de subvenciones.
Del colectivo también participa el exmilitante y exasesor de Tomás Laibe (PS) en la Convención Constitucional Felipe Parada, quien se hizo conocido el año pasado por entregar una copia del proyecto de nueva Constitución al expresidente de Bolivia, Evo Morales.
En el partido en formación estiman que en el total de sus adherentes hay al menos un centenar de exmilitantes de Comunes.
En todo caso, al partido no han llegado sólo salientes miembros de esa tienda. También llegaron a él desde el Partido Humanista John Parada y Octavio González, quien fue timonel de la colectividad cuando militaba en ella. Felipe Espinosa y Claudia Vielma -el secretario general y la tesorera del nuevo partido, respectivamente- provienen de Fuerza Común, movimiento político encabezado por el exconstituyente Fernando Atria, actualmente militante de Convergencia Social (CS).
Sobre la ideología del partido, desde la directiva advierten que aún están en un proceso de definición. Por ahora, lo que tienen claro es que buscan distanciarse de la izquierda que pretende ser oposición al gobierno del Presidente Gabriel Boric, como -en la práctica- lo han sido el disuelto Partido Ecologista Verde (PEV), la diputada Pamela Jiles, entre otros.
Pese a eso, por el momento no se definen como oficialistas. Particularmente, porque identifican que Boric dio un giro al programa que comprometió en campaña. “Somos gente que hizo campaña por él, pero que considera que hoy hay que reivindicar su programa”, dice uno de sus dirigentes.
Consultado sobre las diferencias del Partido Popular con las demás colectividades de izquierda, Sanhueza explica que “no buscamos ser calco ni copia (…). Nuestro esfuerzo está puesto en articular un proyecto militante que represente una voluntad popular de cambio y transformación, que tienda puentes entre quienes participamos del esfuerzo inicial de Apruebo Dignidad y quienes legítimamente estuvieron contribuyendo desde un espacio distinto”.
“Nuestra lucha sigue siendo la justicia social, nuestra pelea es contra los poderosos, nuestra unidad es con la gente, nuestra forma de aportar es militar. Desde ese espacio esperamos fortalecer una fuerza ciudadana y popular que supere el modelo neoliberal y logre instalar una sociedad de derechos”, agrega.
En este sentido, dentro del partido comentan que un diagnóstico común al que han llegado es que el 4 de septiembre la gente “castigó la falta de ayudas económicas y el desvío del programa de gobierno”.
Hasta el 13 de marzo, según información otorgada por el Servel, la colectividad Partido Popular contaba con 991 adherentes, cifra que alcanzaron en poco más de un mes desde que fueron declarados como partido en formación.
En consideración de que la Ley 18.603 establece que los partidos políticos sólo podrán existir una vez que se constituyan legalmente en al menos ocho regiones del país, o bien en un mínimo de tres regiones geográficamente contiguas -todo en un plazo de 210 días corridos-, en el Partido Popular apuestan por comenzar con su constitución en Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta, regiones en que se exige un total de 500 adherentes en cada una de ellas para constituirse formalmente.
Hasta dicha fecha, el partido en formación acumulaba 476 firmantes en Arica y Parinacota y 333 en Tarapacá. En Antofagasta, por ahora, el desafío es mayor, pues cuentan con apenas 27 apoyos.
Con todo, desde la directiva cuentan que próximamente se concentrarán en las regiones del Maule, Valparaíso, la Metropolitana, pues se autoimpusieron la meta de llegar a septiembre con al menos seis regiones legalizadas.
Como parte del trabajo territorial para buscar adherentes, dicen, serán clave Montoya, el concejal de La Granja Sergio Urbina -anteriormente cercano a Comunes-, como el del también concejal por Villa Alemana, Guillermo Barra (antiguo militante de Comunes).
Para los militantes de Comunes, aún está en la retina el allanamiento, a propósito del caso Oliva -y con un importante despliegue policial- en la sede de calle Concha y Toro. Tiempo después, y por las deficiencias económicas propias del partido tras el ciclo electoral, la tienda debió dejar ese lugar. Sin embargo, desde hace algunas semanas, la tienda se instaló en la misma comuna de Santiago, en el barrio Matta Sur.
Definir una nueva sede es parte de los esfuerzos que ha realizado el partido por superar -primero- el episodio ligado a Karina Oliva y las sucesivas fugas de militancia que marcaron el 2022.
“Comunes ha estado en los últimos meses en un proceso de fortalecimiento interno, por medio de un congreso estratégico que ha permitido unificar a la militancia a nivel nacional. Durante el primer trimestre, nos reunimos en varias ocasiones en el verano para discutir los principios ideológicos, la táctica para 2023 y también el ordenamiento orgánico interno del partido, así como también algunos cambios estatutarios”, reconoce su presidente, Marco Velarde.
Y agrega: “Vamos a tener un cierre después de las elecciones de constituyentes donde vamos a compartir cuál es el nuevo Comunes, sobre todo después del proceso que vivimos el año pasado, donde lo importante es aclarar que hemos salido de la crisis política y administrativa que hemos enfrentado en el último año, para mostrar un Comunes más fuerte, donde su militancia se ha unificado y está pensando en respaldar el gobierno del Presidente Boric y el Frente Amplio”.
Sobre la nueva casa partidaria, Velarde señala que “recuperamos una sede, que no habíamos contado desde el año pasado con ella, en el barrio Matta Sur, que está permitiendo tener un lugar donde la militancia pueda compartir, reflexionar y donde también podamos existir físicamente como partido”. (La Tercera)