FES, CAE por su propio peso-Gerardo Varela

FES, CAE por su propio peso-Gerardo Varela

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Escribo esta nota sin conocer lo que se avizora, será un proyecto peor que lo anunciado por, el Presidente en su discurso.

Con la reforma al CAE del Presidente Piñera (menores intereses, limitación del 10% del ingreso, liberación transitoria en caso de cesantía, etc.), el CAE dejó de ser un problema económico o social y sólo subsiste como un problema político artificial. Al actual gobierno le rinde frutos anunciar proyectos en la víspera de una elección que incluye condonaciones en letras de liquidación y mayores gravámenes a los jóvenes profesionales en letra chica.

El proyecto anunciado, prohíbe el copago a la clase media chilena (3,3 millones de personas). En otras palabras, prohíbe a las familias invertir en la educación de sus hijos. A esa inaceptable e inconveniente prohibición, le agrega una también inaceptable intervención en la autonomía universitaria.

El proyecto demandará una tarea imposible como es la fijación por parte del Estado de los precios de más de 2.000 carreras, que no son uniformes (Derecho en Talca, no cuesta lo mismo que Derecho en Santiago y por eso valen distinto), impondrá un impuesto a los profesionales recién egresados que agregado al 6% adicional de previsión será un gravamen insoportable para los chilenos (lo extranjeros no lo sufrirán) de clase media. El efecto de este proyecto será desfinanciar a las universidades, gravar a los profesionales y la reacción natural será disminuir la calidad de la oferta y la entrada de nuevos actores a ese mercado. Si además saca a la banca del sistema, lo reemplazará por un órgano estatal que demandará más gasto, más burocracias y con toda seguridad peor servicio al público.

Una de las tres industrias más importantes de EE.UU. es la educación. En Chile podría ser igual. Una industria de servicios, competitiva, innovadora y amistosa con el medio ambiente. Para eso se requiere más inversión en talento, investigación e infraestructura. Siendo la educación el motor de desarrollo de los países y la mayor palanca de movilidad social, no se entiende que un gobierno que se autodenomina “progresista” anuncie una propuesta tan retrógrada.

Habiendo más de 1 millón de personas esperando por una operación, y siendo que la mejor inversión en educación es la que se hace en la infancia temprana no se entiende que el gobierno insista en poner los huevos en la canasta equivocada. (El Líbero)

Gerardo Varela

Ex ministro de Educación